Antes
La casa de James por las noches era cálida, tenia una viva presencia desde las paredes en tonos azul marino hasta el enorme balcón de su habitación con vista a la playa. Se encontraba en un estado de gran desorden, que era de esperarse ya que convivía con cuatro niños a los que solía llamar hermanos, y un padre alcohólico y desvergonzado. Este ultimo se había vuelto a casar luego de que la ex señora Mayer (Kathy para los amigos) eligiera divorciarse de el y de sus agresiones. El señor Mayer era un hombre bastante desagradable,para cualquiera que tuviera el disgusto de conocerlo. Durante mis últimos años en San Diego, la policía había irrumpido varias veces en su casa para impedir que agreda a su esposa o a sus hijos pequeños, cuando esté regresaba en estado de ebriedad de algún bar de la ciudad.
Kathy siempre había sido el tipo de mujer silenciosa, quien se mantenía bajo el margen y toleraba todo tipo de agresiones su marido. En ocasiones cuando visitaba a James, la oía sollozar en silencio desde la cocina, mientras preparaba la cena para la familia. Aquella mujer mantenía vivas las viejas costumbres en los antiguos matrimonios."Toda unión que se ha forjado, no puede ser destruida", "que dirá la gente si nos divorciáramos", "divorcio no es sinónimo de familia", entre tantos refranes moralistas de hace un siglo atrás.
James por su lado no parecía verse afectado por los problemas que habitaban en su casa, sino más bien parecía ajeno a estos.Nuestra amistad jamás se había basado en demostraciones sentimentales o confianza para depositar en el otro información de la vida privada. Su carácter era total e insoportablemente alegre, haciendo un chiste de su persona. Siempre había tiempo para las bromas, la falta de responsabilidades y las fiestas escandalosas, de las cuales era echado por intentar pasarse de listo. Sospechaba de que algo mas había entre la comedia que hacía de su vida, como si escondiera sus pensamientos mas profundos bajo un baúl sellado, al cual no tenia acceso alguno. La primera y única oportunidad que tuve para adentrarme entre sus mas recónditas confesiones, fue en una fogata en la playa, durante su cumpleaños numero dieciséis.
Sucedió entonces, que horas antes de que conversáramos, me había pedido que lo cubriera con el señor Mayer. Estaba a punto de hacer una escapada a la ciudad y no regresaría hasta la madrugada de esa misma noche.
James se reuniría en el sótano de su casa con uno de sus "íntimos" amigos surfistas.
Había mencionado que no conocía tan bien a James, pero sabía distinguir sus intereses sexuales incluso cuando no era capaz de confesarmelo.
Una de las cosas curiosas de la amistad, es la poca importancia que se le da a las preferencias de la otra persona. Pero aún así lo cuidaba de los peligros y de los comentarios de otras personas.
No olvidaré nunca en mi vida aquella noche, por el simple hecho de no haber llegado lo suficientemente rápido a casa de James para avisarle del peligro que estaría por correr. Y que quizás su vida no volvería a ser la misma después de aquel evento.Me encontraba montando una scooter moderna muy cerca de la costa, la noche estaba a punto de caer sobre los cielos de San Diego. Mi familia me pidió que volviera temprano, porque tendríamos una cena especial en casa de unos pretenciosos amigos, donde iba aburrirme más de la cuenta.
El clima no pintaba nada bien, había viento y las olas se levantaban al ritmo de este. Las tormentas en la playa no son precisamente lo más hermoso, así que decidí volverme a casa, aún sabiendo que iba mojarme por completo.
Comencé a empaparme de a poco, la lluvia comenzó calmada, pero era consciente de que aún estaba lejos y me quedaba poca gasolina para continuar. Me detuve junto a una estación de gas para recargar el tanque, aunque traía poco dinero.
No era de esperarse que los planes de James y el de su cómplice, es decir yo mismo, estaban a punto de arruinarse por completo. Encontré al señor Mayer estacionado justo en la gasolinera, pero al momento de ponerse en marcha, dio reversa y estaba casi seguro de que se dirigía a su casa. Esto solo podría significar que tendría que estar allí antes de que llegara aquel hombre.
Me apresuré de inmediato, y no me dio el tiempo suficiente para recargar. Rogaba a quien sea que estuviera por encima de mi, no detenerme a medio camino.
La lluvia se hacía más intensa y me faltaban varios kilómetros para llegar, nuestros hogares estaban un poco más alejados que el resto, en playas que no eran demasiado transitadas.
Las calles recubiertas de tierra se hacían más pesadas como para acelerar y conducir rápido. Mi teléfono no tenía una buena señal e iba demasiado deprisa como para volver a chequear.
En un intento brusco por querer subir la velocidad, me desvié del camino y me estanque en una pequeña ciénaga que estaba junto a la carretera.
Con suerte después de varios intentos logré salir de allí con las prendas cubiertas de fango y la scooter en muy mal estado.
No era capaz de llegar a tiempo, ni siquiera si me echaba a correr a pie.
Solo fui capaz de levantarme y caminar a casa, dejándolo todo al libre albedrío. Hubiese preferido que las cosas no acabarán de esa manera.---
La noche finalmente había caído y la lluvia se detuvo. No asistí a la cena de mis padres, no me encontraba animoso para comer o hacer conversación con alguien más.
Necesitaba con urgencia saber cómo estaba James y como había salido todo con la repentina llegada de su padre.
Lo busqué en su casa pero no se encontraba allí, y no había acudido a mi. Supuse que estaba en la playa como de costumbre o en algún otro sitio junto a su amigo.Lo encontre recostado sobre una roca al lado de una fogata bebiendo coñac barato, pero estaba solo.
No era de sorprender que su rostro estaba cubierto por moretones y una pequeña cortadura en el labio superior.
Nunca fui una persona que cause consuelo en otras personas, así que me senté en la arena sin decir más.-Sabes Dalls? Hay muchas cosas a nuestro al rededor que están fuera de lugar, como si no pertenecieran a ningún sitio en específico- En pocas ocasiones el se transparentaba, como si fuera capaz de compartir sus pensamientos.
-Me gusta pensar que no pertenecemos a ningún sitio, las cosas no tendrían sentido si todo estuvieran en el lugar que se le ha asignado- Incluso a mi me costaba ser sincero conmigo mismo- Se que es un poco contradictorio a lo que debería ser, pero si lo piensas tiene sentido.
-Cuando éramos niños mi padre decía que mi madre era una puta, porque se negaba a complacerlo como hombre, pero tenía la idea de que se acostaba con alguien mas. Recuerdo muy bien que una noche llego a casa casi en un pie de no poder pararse. Yo estaba llegando de un partido de fútbol, y me apure a entrar a casa cuando escuché los gritos de mi madre desde la habitación. El tenía razón, ella estaba teniendo una aventura con otro hombre, en su misma cama. Juro que fue una de las peores noches que he tenido, la había golpeado como un animal y tuvimos que llevarla al hospital mientras la policía se llevaba a mi padre.
-Nunca lo habías mencionado, creí que Kathy era otro tipo de mujer- Su relato me había dejado en un estado de conmoción por unos instantes.
-Ese no es el punto. Hubo muchas noches similares, pero ninguna fue tan violenta como aquella. Y sin embargo ella durante mucho tiempo permaneció a su lado- Siempre ha sido un cerdo machista, incluso conmigo mismo.
James logro mirarme a los ojos, como si estuviera hecho de tristezas. Sabía que su vida había sido más dura que la mía, pero nunca lo había visto en dicho estado. Estaba roto pero no podia ofrecerle más que una compañía.
Terminamos aquella noche hablando sobre nosotros y lo mucho que lo echaría de menos al finalizar las vacaciones de verano.