Always Together?

Capítulo #4: Trabajo Juntos

Martes 21 de Agosto, 2013.

Me despierto por el maldito sonido del despertador, me levanto con dificultad y camino hacia el baño, hago mis necesidades y me baño, cuando salgo ya con mi ropa interior puesta, voy hacia el armario y saco algo simple, unos pantalones blancos ajustados, botas estilo militar negras y una chaqueta de cuero, también negra.

Cuando bajo a la cocina, no encuentro a mi Kevin en esta y voy hacia la sala, tampoco está ahí y por último voy hacia su habitación, cuando llego a mi destino lo encuentro dormido.

-Demonios- murmuro.

Lo muevo, solo se queja y voltea su cuerpo hacia el otro lado dándome la espalda.

Bajo, tomo una manzana y las llaves del auto (si, sé conducir) salgo, me subo al auto y lo enciendo. Unos diez minutos después ya estoy en el estacionamiento del instituto.

Camino hacia la entrada, ya dentro voy hacia mi casillero y checo el horario, tengo cálculo, inglés, física y música, saco mi libreta y libro de cálculo y voy hacia el aula,  hay algunos compañeros ya, me siento en lamparte de atrás, coloco mis codos en la mesa y sostengo mi cabeza entre mis manos.  Minutos después el salón está lleno y la maestra llega.

-Buen día, alumnos- dice sonriendo.

-¡Buen día! Señora woods- decimos todos al unísono.

-Les asignaré un trabajo en pareja- dice emocionada.

-Uhg- dice un grupo de mala gana.

-Muy bien, diré las parejas- dice sacando una hoja de su maletín, donde supongo, están nuestros nombres.

-Wulk con Devine, Laire con Traice...- dejé de prestarle atención hasta que minutos después escucho mi nombre.

-Y por último West con Jones- finaliza.

Mis ojos están como dos platos, casi al salirse de su órbita, lo busco con la mirada hasta que doy con él y tiene una pequeña sonrisa, me volteo y pongo mis brazos cruzados en la mesa y pongo mi cabeza en ellos.

*****

La maestra dijo lo que teníamos que hacer y para cuando es el trabajo. Estoy saliendo del aula y voy hacia mi casillero a cambiar mis libros para luego ir al aula de inglés, ya que es la materia que toca ahora.

De camino a dicha aula choco con algo duro, miro hacia arriba y veo con que o mejor dicho quien he chocado.

-Disculpa- decimos al unísono y luego reímos.

-Lo siento- dice con una pequeña sonrisa.

-Perdóname tú,  estaba tan distraída que no te vi- digo avergonzada.

-Descuida- dice con una sonrisa mucho más grande - ¿Podemos quedar hoy en mi casa luego del instituto? -

-Claro- digo con una sonrisa tímida.

*****

La clase de inglés, el receso, física y música pasaron súper rápido, ya estoy camino a mi auto cuando escucho una voz masculina llamándome.

-¡Jamie!-

Me volteo y veo que la voz proviene de Matt.

-¿Vamos?- pregunta con la respiración entre cortada ya que vino corriendo hacia mi.

-Traje mi auto- digo con el ceño porque la luz del sol da en mi cara. 

-Bueno, ¿Me sigues desde atrás?- Pregunta.

-Vale- respondo.

Ambos nos subimos a nuestros respectivos autos y nos ponemos en marcha, luego de unos diez minutos ya nos encontramos frente a su casa, si acaso se le puede llamar así ya que es inmensamente grande.

-Wow- digo sorprendida.

-Jajaja, ¿gracias?- pregunta en tono burlón.

Toma mi mano y siento una pequeña electricidad, él me mira al igual que yo a él, siento como mis mejillas se van tornando rojas y giro mi cara para que no me vea.

-Hahaha, te ves linda sonrojada- dice riendo.

-¿Gracias?- pregunto aún sonrojada.

-De nada- dice sonriendo.

Abre la puerta y entramos, al parecer no hay nadie.

-¿Vives solo?- pregunto.

-No, pero mis padres siempre están de viaje y es como si viviera solo- dice tirando las llaves en una mesa de centro mediana de caoba.

-Siéntate, vuelvo en seguida- dice subiendo las escaleras.

Me siento en uno de los grandes sillones hasta que él baja con algunas hojas en blanco, reglas, libros de cálculo, lápices y su computadora.

-¡Jamie! Listo, ven a la mesa- dice.

Me paro y voy hacia donde me dijo, me siento en una de las sillas y él se sienta a mi lado, poniéndome un poco nerviosa. Me pasa algunas hojas y comenzamos a hacer el trabajo que nos han asignado, lanza el lapicero sin querer hacia el extremo izquierdo de la mesa, o sea, hacia donde yo estoy, no le presto mucha importancia y sigo escribiendo, toca mi brazo y se hace un rayón en mi hoja.

-Lo siento- murmura.

Levanto mi cara y le respondo:

-No hay problema- susurro. Quedamos cara a cara, a solo sentimientos uno del otro, él se va acercando y siento su respiración cada vez más cerca, hasta que...