Extra; Adiós

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 Era temprano en la mañana con pasos lentos caminaba por aquel hospital el olor a cloro y desinfectante siempre le perturbaría, el de enfermedad y muerte.

-Buenos días señor Kamui –Saludo una enfermera a lo que hizo un gesto con la cabeza siguió caminando hasta lo que sería la habitación de su amado –

-Buenos días amor –pronuncio sentándose a un lado, aquellos ojos mares se abrieron lentamente para sonreírle –

-Buenos días –Susurro su pareja le tomo la mano apretándola con la suya –

-¿qué tal dormiste? –Pregunto –

-supongo que bien –Rio suavemente –extraño dormir a tu lado.

-Yo también lo hago amor, pero no me permiten quedarme –Bajo la mirada su pareja solo sonrió –

-lo sé mi amor lo sé –Contestó –

-¿estás bien? –Pregunto –

-si ¿por qué lo preguntas? –Respondió –

-Siento como si supieras algo pero me lo ocultaras –Su pareja solo rio suavemente –

-No te oculto nada que ya no sepas –Expreso sonriéndole –Mi berenjena arrugada ¿me besas?

-No tienes por qué pedírmelo siempre he adorado tus labios –Respondió fue un beso suave y lento demostrándose todo el cariño y amor que sentían por el otro, al abrir los ojos noto que aquellos mares contenían un ligero dolor –Enserio mi amor ¿estás bien? Tus labios me dicen una cosa pero tus ojos me demuestran otra distinta.

-Hemos estado por muchos años ¿no? Sabes todos mis miedos, todas mis verdades, mi pecado –Sonrió –

-Nuestro pecado, como nos dice la sociedad, pero amor, amar no es pecado y sabes cuánto te amo –Beso suavemente su frente –Si es así entonces tenemos salvación.

-Sí, eso creo –Murmuro – ¿y Murasaki?

-Vendrá más tarde –Contestó –

-¿Aoi? –Pregunto –

-Está también ocupado con el trabajo estarán aquí para la tarde –Pronunció los ojos mares de su pareja se entristecieron – ¿qué ocurre amor?

-Nada, nada yo solo deseaba que estuvieran a mi lado –Sonrió levemente –pero son muy grandes ya ¿no? El tiempo voló tan rápido, creo que cuando uno ya está así añora mucho el pasado ¿no lo crees?

-Aun así no hemos tenido una mala vida –Habló –Yo disfrute y disfruto cada minuto, segundo y hora a tu lado.

-Yo también lo hago amor mío –Contestó, ambos se sonrieron su pareja le acariciaba suavemente la mejilla mientras apreciaba esos ojos mar que tanto adoraba –

-Gakupo amor mío te amo demasiado lo sabes ¿no? –Su pareja asintió sonriendo –

-Yo también te amo demasiado Kaito siempre has sido mi vida entera –Contestó –

-Gaku, cuando yo me quedé dormido, quiero que abras el segundo cajón allí está mi diario y leas la últimas páginas –Sonrió –por favor.

-Está bien, es un poco extraño pero lo haré... ¿acaso tienes sueño? –Pregunto –

-Si. . .tengo mucho sueño –Bostezo –Bueno amor, nos veremos nuevamente cuando abramos los ojos –susurro, sus parpados se sentían pesados y comenzó a cerrarlos lentamente –

-. . . . –No sabía que responder su pareja solo dormía comenzó a acariciar suavemente aquella cabellera que alguna vez fue azul mar como sus ojos y ahora era blanca como la nieve –Te amo –Dejo un beso en su frente – ¿mh? –Noto que lentamente la máquina que mostraba los latidos de su pareja iba más lento –... no... espera...Kaito yo... yo aún no estoy listo para estar sin ti... Kaito por favor.... –pero ya no había más latidos, las lágrimas comenzaron a surcar por sus ojos mientras se volvía a sentar en la silla, se tapó los labios con las manos intentado ahogar un grito de dolorosa agonía –

Recordó lo que le había dicho su pareja y abrió el segundo cajón para tomar el diario que había leído tiempo atrás, página a página lo fue pasando hasta llegar a la última leyendo todo lo que su amado tenia para decirle como últimas palabras.

-Te lo juro amor mío, que nos volveremos a encontrar –prometió dejando un último besos en aquellos fríos labios –Te lo juro.  

Diario de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora