Quién sabe

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"Extraño, juraría que era menguante..." Su leve sonrisa se borró, pero aquella expresión seria en la cual se había tornado sólo duró unos segundos, ya que Fred llamó su atención con un toque a su hombro.

Cuando Freddy le iba a preguntar qué pasaba Fred empezó a tocarlo de manera más atrevida, pasando su mano por su espalda y la otra bajaba por su brazo, completamente atento al tacto.

Freddy no se movió ni se quejó, al contrario, sentía lo mismo que Fred, lo sabía, porque cada vez que cruzaban miradas sentían que todo era uno de esos alocados sueños donde todo parecía ser sacado de un cuento. Pero esto era real, por más extraño que pareciera ser.

Fred después de sobarle por un buen rato los brazos a Freddy, lo miró más fijamente a sus ojos y soltó un suspiro con una sonrisa antes de abrazarle con fuerza. Freddy le devolvió el abrazo, como si aquello que estuviera ocurriendo fuera el más grandioso de los milagros.

No saben cuanto tiempo se quedaron así, pero ese abrazo se detuvo cuando Freddy sentía que Fred temblaba con intensidad y en una de esas lo escuchó estornudar, entonces recordó que Fred estaba desnudo. 

Lo separó de la manera más suave posible, como si fuera un frágil cristal que si se rompía volvería a estar atrapado en la oscuridad de su cabeza. Fue a su cajón y le tiró un pijama a Fred, quien entendiendo y agradeciendo se lo puso rápidamente, sobandose a si mismo tratando de entrar en calor.

-Y ahora que se nos pasó la emoción... ¿Podemos hablar más seriamente de lo que acaba de ocurrir? -Propuso Fred abriendo las tapas de la cama y acostándoce en ella cubriendo parte de su cara, el frío aún no se lo quitaba.

-Uh... No sé que decir, ni yo entiendo bien que pasó. -Freddy se sacó el uniforme para ponerse una polera y unos pantalones holgados. -Se fue la lluvia y llegaste tú... -Se sentó estilo indio a los pies de la cama mirando a Fred, ahora dándose cuenta de que siertas características habían cambiado. -Tu pelo no está más... ¿Oscuro que el mío?

Por simple acto de reflejo; Fred miró su cabello, comparando su color con el de Freddy. -Freddy, por primera vez en la vida tienes razón, incluso es hasta negro... ¿Qué hay de la piel? - Sacando su mano miró a Freddy indicándole que ponga la suya al lado de esta, cosa que hizo sin rechistar. -Oh, soy más pálido... Me gusta, a las chicas les encanta los hombres pálidos con cabello oscuro, ya sabes, tonterías de vampiros. -Escuchó a Freddy soltar una leve risita, eso de sierta forma le alegró, al fin y al cabo era la primera vez que no le regañaba por decir algo como eso.

-Es extraño, pareciera que eres por completo... Tú. Por sierto, bonitos ojos azul oscuro. -Comentó sólo para que Fred se enterase, y entonces Fred estiró su brazo hacia su mueble que estaba al lado de la cama, buscando su celular. Lo encendió, buscó la cámara y se empezó a mirar embobado.

-Dios... Soy hermoso. -Sonrió ampliamente -Un hermoso... Con sueño -Bostezó. -Durmamos, esto de tener un cuerpo es relajantemente... Relajante, sí, que bueno es no escucharte reclamar por todo. -Freddy le hizo un mohín fingiendo enfado. -Buenas noches. Sueña conmigo. -Se acomodó mejor en la cama con sus manos en la almohada.

-Hey hey hey, hazte a un lado, que es mi cama también. -Freddy empezó a empujar a Fred quien con pereza se arrastró un poco dejándole un espacio, que Freddy llenó rápidamente cubiréndose también con las tapas. -Buenas noches, sueña conmigo, igualmente.

-¿Para escuchar tus reclamos hasta en sueños? No.

-Pues lo mismo opino. Sueña... Con micrófonos... Y parlantes. -Dijo bromeando.

-Gracias, lo haré. Tu sueña un mundo sin mi.

-No tienes ni que decirlo. -Soltarón una suave risa.

Entre más comentarios y un Fred que obligó a Freddy a apagar la luz que se había quedado prendida, ambos cayeron dormidos.














-¿Me pareció escuchar más de una voz?... Bah, cosas mías. -Se dijo la madre de Freddy mientras seguía de largo por el pasillo hasta su cuarto.

No fuimos, hoy somos [FredxFreddy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora