En ese preciso momento, Lauren acababa de demostrar que era una supuesta criminal poco corriente. Mientras se recuperaba de una violenta paliza propinada por otras presas que envidiaban su popularidad, había arriesgado su propia vida para rescatar a una celebridad de un incendio en el hospital de la cárcel. Se hizo un documental televisivo cuestionando su culpabilidad, y el programa generó un gran interés en su causa que le fue muy favorable.
Cuando dieciocho meses atrás Mike había muerto después de reconocer a Lauren como su hija y de dejarle todos sus bienes en un intento de limpiar su conciencia, Lauren se había convertido en una mujer extremadamente rica. Ni una sola vez durante los años de cárcel el millonario había visitado a su hija o había intentado ponerse en contacto con ella. Además, Félix su representante había tenido que usar todos los argumentos posibles para convencer a su orgullosa cliente de que no podía permitirse rechazar esa herencia si quería su libertad.
—Gracias por todo lo que has hecho —dijo Lauren con sinceridad mientras se despedía de Félix Carrington con un firme apretón de manos—. Estaremos en contacto.
¿Una copa de vino y una mujer? Eso no tenía sentido. ¿A quién había querido impresionar?, se preguntó Lauren mientras se metía en la limusina que la estaba esperando. Sonrió amargamente sintiendo rabia por todo lo que había tenido que aguantar. Era como si toda su vida hubiera tenido que luchar para que los demás la valoraran.
— ¿Por qué te esfuerzas tanto en la escuela? Eso no te llevará a ningún lado... Eres la hija bastarda de Clara Jauregui y todo el mundo te lo va a recordar. No llames la atención, compórtate como las otras niñas —le había dicho su difunta madre con ansiedad, intentando comprender a una chica de doce años que se preocupaba por cosas que a ella nunca le habían interesado.
Desde entonces Lauren había seguido su propio camino, y sabía que no saborearía ese estupendo vino de las colinas californianas, hasta que hubiera solucionado varios problemas y se sintiera satisfecha. Primero, lo referente a la familia Hansen. Ella era la única que no pertenecía a la familia y la única persona prescindible, y la habían utilizado para culparla. A cambio, ella había arruinado la cadena de almacenes de vinos en la que se basaba la fortuna familiar. En realidad, el proceso había comenzado más de un año antes, y sólo Brianah había salido libre de daño. Para reconocer los esfuerzos que Brianah había hecho para reparar los daños, ella estaba dispuesta a recompensarla.
Y además estaba la hermanastra pequeña de Brianah, Dinah Hansen. Al pensar en su antigua prometida, Lauren sonrió con dureza y sus facciones se acentuaron. Ella había despertado los instintos protectores de Lauren y esta se había convencido a sí misma de que ofrecerle cualquier otra cosa que no fuera un matrimonio sería un insulto. Pero cuando los Hansen la eligieron como chivo expiatorio, Dinah debía de haber estado enterada de todo.
¡Por supuesto que ella sabía que le habían tendido una trampa! ¿Por qué si no había roto su compromiso sin dar una explicación satisfactoria el día anterior a su arresto? Lo que sentía por ella le había costado caro, y era un error que no volvería a cometer con ninguna mujer. Dinah la había traicionado por completo.
¿Venganza? No, no hacía falta hacer un drama. Aunque sentía deseos de dejar que sus genes latinos la llevaran hacia el placer de la venganza, Lauren era una mujer sofisticada. Para asegurarse la justicia que ansiaba, cada paso que había dado y que daría en el futuro seguiría siendo formal y ético. Su abuelo materno habría abandonado Cuba en circunstancias parecidas, pero Lauren era una mujer más instruida y mucho más inteligente. Pero aun así, deseaba ver sufrir a sus víctimas.

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Fallen Angel (Pausada)
Fanfic¿Era una hermosa rebelde o un ángel vengador? Hacía cinco años que Lauren Jauregui había conseguido salvar de la ruina el negocio vinícola de la familia Hansen... Pero también había conquistado el corazón de la joven e impresionable Dinah Jane Hanse...