Lealtad

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Sin preocuparse de adónde iba y agitada como para detenerse a deci­dirlo, Dinah dejó el hotel y echó a andar por las calles concurridas. Lo que aca­baba de descubrir de sus nuevas hermanas la había dejado en estado de shock. Estaba claro que Normani y Ally estaban detrás de esa misteriosa oferta de comprar El viñedo a cualquier precio. Naturalmente. ¿Quién más podría valorar El viñedo tanto o mas que la propia familia de Dinah? Sus des­tinos estaban tan relacionados con la historia de los Amasio  y con la propiedad familiar como ella misma, y no era de extrañar que culparan a Lauren por la situación en la que se encontraban los abuelos.

Al fin y al cabo, también ella había culpado a Lauren en una ocasión. ¿Cuándo había dejado de hacerlo? ¿Cuándo había empezado a creer que ocu­rriera lo que ocurriera sus abuelos iban a volver a El viñedo? Dinah reconoció que tenía confianza total en que Lauren haría lo posible para que así fuera. ¿Significaba eso que había estado jugando con ella, como Lauren dijo? A Dinah se le llenaron los ojos de lágrimas de dolor.

Además, estaba la forma en la que ella había defendido a Lauren del ataque de sus hermanas, que durante unos instantes se convirtieron en sus enemigas. No había podido soportar que pensaran en hacerle daño por muy seguras de sí mismas pero, ¿cómo podían entender las razones por las que Lauren se había convertido en la mujer dura que era? Desde el mismo momento de su nacimiento, nada le había resultado fácil. 

Su abuelo había sido un matón y su madre, siempre tan vulnerable y a la vez ruda con su propia hija. Nunca la habían elogiado por sus es­fuerzos en el colegio porque su madre se sentía amenazada por la ambición que Lauren tenía de ser algo más en la vida. Muy pronto tuvo que labrarse su propio camino en la vida, sola y sin ayuda.

Era eso sobre todo lo que hacía que Dinah suspirara por ella. Cuando comenzaba a tener éxito en el mundo de los negocios tan joven, la habían acusado de robo y encarcelado, quitándole todo lo que había con seguido. Su carrera, su reputación, su seguridad financiera e incluso a su prometida, pensó Dinah sintiéndose culpable.

Entonces Lauren había sido demasiado orgullosa como para tenderle una mano a Dinah y ella no conseguía confiar en Lauren. Convencida de que se había lanzado a los brazos de Brianah, le resultó mucho más fácil creer que también era una estafadora. Después de todo, eso era lo que había pensado todo el clan Hansen y, abatida por el dolor de perderla debido a su hermanastra, no había tenido la suficiente seguridad en sí misma como para pensar otra cosa.

Pero Lauren la había amado... entonces la había amado. Ese pensa­miento destrozó a Dinah, que sintió un nudo en la garganta. Era demasiado tar­de para darse cuenta de que la falta de confianza en sí misma y la autosufi­ciencia arrogante de Lauren habían debilitado su relación. Pero el pasado no tenía que afectar al presente, se dijo. No volvería a cometer los mismos errores ni a comportarse como si nada de lo que hiciera pudiera cambiar las cosas.

Justo cuando Lauren había recuperado su libertad y su derecho a vivir de nuevo, las hermanas de Dinah la amenazaban con arruinarla. Tenía que avi­sarle. Tenía que asegurarse de que Lauren entendía exactamente con quién estaba tratando y a lo que se enfrentaba. Dinah sacó su teléfono móvil y marcó el número de la oficina de Londres. La pasaron con Lucy.

—Lauren está ocupada hasta las seis —le dijo la asistente personal.

—Tengo información importante para ella. Sé quién está detrás de la oferta de El viñedo.

— Seguro que puedo hacerte un hueco — concedió Lucy.

Dinah sonrió, vio su propio reflejo en un escaparate y se detuvo en se­co. La sonrisa se desvaneció mientras se observaba, porque tenía un aspecto salvaje: tenía el rostro colorado por haber caminado a un ritmo vertiginoso por las calles, los grandes ojos miel  estaban llenos de ansiedad y tenía los rizos rubios totalmente desordenados. Aun así, Lauren la había elegido a ella y no a Brianah, ¡y ella no había tenido el valor de darle una segunda oportunidad a la relación!

Fallen Angel (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora