No te enamores de una prostituta

Conchas calientes

●Narra Nicole:

Y la vi ahí parada, no sabia que decirle. Yo estaba casi completamente segura de mi heterosexualidad pero cuando la veía lo único que quería era tirarla sobre el escritorio y hacer tijeritas toda la noche.
-Hola.- Me contesto.
-¿Que haces aquí?.
-Realmente no lo se.
Era una situación muy incomoda.
-Giuliana.
-¿Si?.
-Se te ve un pezón.
Era cierto, dos botones de su camisa se habían desprendido y no llevaba sostén, sentí como mi concha se humedecia de a poco.
-Lo siento.- Dijo avergonzada y se apresuró a abotonarlos.
-¿Quieres un café?.
-Porfavor.
Fui hasta la cafetera y servi dos tazas.
-Toma.- Dije entregándole la suya.
-Gracias.
Nos sentamos y nos miramos fijamente hasta que al fin dije:
-Serias una buena prostituta.
Ella escupió y derramó el café en su concha.
-¡MI CONCHA! ¡MI CONCHA! AYY ME ARDEEEE, SE ME PRENDE FUEGO LA CAJETA ME QUEMOOOOO.
No sabia que hacer, ¿Que me decia mi madre cuando me quemaba? Ah si, pasta dental. Busque en mi cajón y la saqué, me acerqué a Giuliana y le baje los pantalones y las bragas. Le dije que abriera sus piernas y una selva se avalanzo ante mi. Empecé a untarle la pasta y ella no dejaba de llorar y por momentos gemír. Seguí haciéndolo hasta que encontré un piojo.
-AY TENES PIOJOS EN LA CONCHA ASQUEROSA DE MIERDA.
-NO ME ALCANZA PARA EL JABÓN.
Estaba por contestarle cuando grito con más intensidad.
-AYY ARDE MÁS QUE ANTES.- Lloraba como una loca.- ¿QUE ME PUSISTE?
-Pasta dental.
-¿ESTAS LOCA? ¿ME PUSISTE COLGATE EN LA CONCHA?
-BUENO PERDON.
Me dirigí a la puerta y grite:
-CARLOS LLAMA A UNA AMBULANCIA.
No me dejaron subirme a la ambulancia con Giuliana así que me quede mirando como la concha caliente se alejaba de mi, probablemente jamas querría verme de nuevo

●Narra Giuliana:

Me arde la concha.