Prefacio

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Ya lo sé, lo sé. No soy normal, jamás lo he sido, aún recuerdo cuando era pequeña, las cosas se movían alrededor de mí, volaban, sin ninguna explicación, solo se detenían cuando dormía, no salía, no lo tenía permitido. Sentada en el piso frio al centro de mi cuarto, se movían mesas de noche, muñecos, ropa, lámparas, basura... Ningún doctor se lo explicaba, nadie le encontraba razón, mis padres prefieren dejarme.

Sólo mi abuela me consolaba, decía que no me preocupara, estaba por llegar. Nunca supe a qué se refería, hasta ese día ese momento que cambio mi vida, ese paquete que apareció sin previo aviso sobre la entrada de la puerta, que al abrirlo un medallón de oro con un pájaro con las alas desplegadas miraba hacia arriba. Me pregunté si era mío, busque en el paquete alguna señal de para quien seria, sólo en el medallón, en la parte de atrás tallado con sumo cuidado la palabra 'Erzebeth'... Mi nombre...

En eso la puerta se abre, tres hombres entran violentamente vestidos de trajes elegantes negros y suben por las escaleras, me quedo petrificada del miedo, temblando.

Se escuchan estruendos, gritos, y bajan, 2 llevan atada a mi madre tratando de luchar para que la suelten y el otro lleva a mi abuela sin problema, ella no se resiste, es más lleva la barbilla en alto con orgullo.

Trato de moverme pero no puedo, es como un hechizo, literalmente no puedo moverme, siento una fuerte presión en mi pecho que no me deja respirar, grito pero los hombres ignoran mi presencia, salen, la puerta se cierra sola y todo termina.

ErzebethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora