Aprendí que las personas
no son del todo sinceras,
el daño que hacen las palabras
y lo fácil que es romper promesas.
Aprendí que el tiempo
va muy lento
y a veces vuela.
Aprendí a contar estrellas
aún cuando en el cielo
no hay ni una de ellas.
Aprendí a coser
mis propias heridas
y lo que duele querer
sin ser querida.
Aprendí cómo se siente
un alma vacía
y lo difícil que es olvidar
algo que te hizo sentir viva.
Aprendí que a veces las victorias
son también batallas perdidas.
Aprendí a perderme
y a encontrar la salida.
