Capitulo 8

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El parque de verdad era precioso, todo verde y encantador.

No puedo negar que amo estar en lugares como estos, me dan tanta paz y me recuerdan a lugares mejores. Los momentos familiares que tuve en un lugar parecido a este me ahogan y siento como tiran de mi para que caiga en el hechizo, los momentos antes no eran tan malos, hasta que el monstruo decidió regresar, nunca nadie lo llamo y vino como un virus a enfermarnos a todos.

La heladería se veía preciosa aún más de cerca, al otro lado de la puerta y los grandes cristales se veía un chico, estaba dudando en enviar un texto, se veía por la forma en la que colocaba los dedos frente al teclado y los volvía a retirar, no quisiera interrumpirlo para que envié el texto, pero me muero por un helado de vainilla.

"Buenas noches, disculpa si te interrumpí"-Le señale con la cabeza el teléfono-"Quería saber si estabas próximo a cerrar es que me muero por un helado de vainilla"

El joven no se veía tan joven de cerca, no creo que pasara de los 18 pero se veía más grande que yo, o era solamente que yo me veía de menos edad de la que tenía.

"Buenas noches en realidad nunca cerramos parece que estas de suerte"-se rio y me lo dio con tal amabilidad, su voz no era grave pero se escuchaba agradable al oído, su risa sonaba tan extraña, pareciera que no reía mucho desde hace tiempo.- "No interrumpes para nada, que deseas pedir"

De verdad parecía que estaba distraído, le acabo de decir que me muero por un helado de vainilla y de verdad necesito que solo me lo de, mire el menú para que pareciera que estaba decidiendo por algo y no tuviera que decirle que acababa de ordenar justo cuando entré

"Quisiera uno de vainilla por favor"-el joven solo asintió y se dio la vuelta para prepararlo, me percate que tenía un pequeño hoyo en la parte de atrás de su camiseta que estaba manchado del trasero con un poco de helado de lo que parecía ser mora, sonreí y me aguante la risa solo para no avergonzarlo.

"Aquí tienes" Me sonrió, le devolví la sonrisa solo porque se veía que había sido sincera y trate de hacer lo mismo.

Me estaba mirando, me estaba mirando demasiado, trataba de encontrarme la mirada, lo sabía por qué tal vez quería saber si ocultaba algo o si me sentía nervioso cuando me miraba, suena ridículo por que tan solo es un chico que me atendió en una heladería pero se veía que pasaba por penas o simplemente era de esos típicos chicos que solo quieren buscar problemas porque su vida es tan aburrida. Trate de ignorarlo y mirar mi helado y solo metérmelo a la boca de una vez.

El helado estaba delicioso que casi hasta deje de pensar, cuando volví a mí el chico seguía viéndome.

"Bueno muchísimas gracias, pero tengo que irme, el helado esta delicioso"-lo mire a él y después a su gafete-"Gracias de verdad Louis"-Su nombre era Louis, el nombre era lindo.

"Un placer..."-Me miro como señalándome para que le dijera mi nombre, era muy dulce de su parte o tal vez amable querer saber mi nombre, pero no quería decírselo, para que quería saberlo, que tal si nada de los trabajos funcionaba y nunca volviera a esta heladería no me gustaría que se preguntara por mí.

"Harry"-se lo dije lo más rápido que pude para que tal vez ni supiera descifrar que había dicho, y me marche de la tienda.

El helado de verdad estaba delicioso, me estaba hundiendo en recuerdos y memorias, los niños se veían tan contentos aunque algunos estaban casi llorando y uno que otro si soltaba algunos llantos porque no querían irse de aquel lugar.

Camine por algunos minutos más hasta que vi que se estaba vaciando el parque y cuando me iba a terminar mi último bocado del helado me di cuenta que me había ido sin pagarlo, no podía regresar y pagárselo, necesitaba ver si había algún lugar abierto que quisiera algún servicio que yo podría hacer y que me dieron al menos un empleo por algunos días.

Veía como un hombre ya mayor estaba barriendo con su escoba su pequeño jardín, el jardín era precioso y el hombre se veía un poco molesto por tener que barrer ese lugar, como que no estaba muy de acuerdo, pero el hombre no estaba barriendo su pequeño jardín, si no que estaba barriendo un lugar llamado "jardín del amor" y el tipo no parecía muy amoroso.

"Podría ayudarle señor, parece que no quisiera hacerlo y ya sabe si lo barre un poco mal la tierra deja de servir"-le ofrecí mi ayuda al anciano, me miro y me tendió la escoba.-"solo asegúrate de que retires todo.

Vaya, había sido rápido conseguir un empleo aunque no me había ofrecido dinero, el hombre estaba por irse a sentar a la acera de enfrente cuando se regresó y me tendió un billete de 5 dólares-"No es mucho pero ya no hay gente amable, gracias"

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