Quédate conmigo. [OS] (ᴊᴏᴋᴇʀ ﹠ ʜᴀʀʟᴇʏ)

♠ Part 1. ♠

Me reincorporé, tiré las sábanas a un lado pasando las manos por mi rostro. Mi cuerpo se encontraba cargado de frustración. Hace días que no podía dormir, y era por una simple razón.

Harley. Un suspiro exasperado escapó de mis labios.

No había vuelto a casa en 2 meses, no sabía dónde estaba. Había mandado a mis hombres a buscarla pero nada había dado resultado, simplemente desapareció sin dejar rastro, sin dejar nada.

Yo la había echado. Podía asumirlo y sabía que en parte lo que estaba sucediendo era mi culpa, pero siempre volvía a mi, yo contaba con eso. Incluso si se demoraba demasiado, mis hombres la buscaban y volvía de inmediato con una sonrisa marcada en el rostro, aún si luego le daba una paliza por tratar de irse.

Pero ahora, había estado demasiado tiempo afuera.

Miré la hora, 7:14 a.m.

Bufé. Desde las 5 a.m. había estando dando vueltas en mi cama tratando de conciliar el sueño. Incluso pensé en cientos de diferentes maneras de encontrar a Batman y quitarle la máscara.

Me levanté e hice crujir mi cuello intentando calmar la frustración que corría como un torrente por mi cuerpo, un gruñido se abrió paso por mi garganta. Mis pies me guiaron a la cocina en busca de un vaso de agua, caminé lentamente por la destruida casa, no era vieja, pero casi todo el lugar estaba repleto de agujeros por golpes o cuchillos. Había sangre en algunas paredes, las puertas estaban casi totalmente destruidas mientras que las habitaciones estaban desordenas y las pistolas, balas, granadas y pequeñas bombas de gas tóxico, se encontraban esparcidas alrededor de todo el lugar.

Seguí mi lento camino pasando sobre una pila de ropa, la mayoría de esta se encontraba enmarañada y sucia. Harley era la que lavaba, la que ordenaba, la que se encargaba de mantener la casa limpia, fresca y, aunque me costara admitirlo, con vida.

Una vez en la cocina alcancé un vaso que estaba al lado del fregadero, hice un mueca al ver la suciedad en el fondo de éste. Con un gesto de fastidio abrí la llave. El agua cayó alrededor de mi mano y el vaso, torcí la muñeca vaciándolo y volviéndolo a llenar, tragué su contenido en segundos.

Su asqueroso sabor me hizo fruncir el ceño de forma casi inconsciente.

Dejé el vaso ahí y caminé hacia el sillón, estaba a punto de sentarme cuando vi una sombra sobre este. Me mantuve inmóvil mientras buscaba con la mirada cualquier cosa con la que pudiera golpearlo si es que se trataba de alguno de mis rivales. Caminé lentamente mientras pretendía averiguar de quien se trataba. La poca luz que se filtraba a través de la ventana me permitió ver un pequeño cuerpo sentado en la esquina del sillón, estaba temblando y en ese instante la reconocí.

Harley.

Me acerqué lentamente hacia ella, mantenía una tímida sonrisa. Estaba asquerosa, su cabello estaba lleno de tierra al igual que su rostro y ropa. Tenía el maquillaje corrido e incluso en la tenue luz vislumbré múltiples golpes, estaba un poco más delgada y sentí su sonrisa desvanecerse paulatinamente a medida que me aproximaba.

—¿Qué sucedió? — mi voz salió más sombría de lo que pretendía, hice una mueca y me senté a su lado.

—Traté de hacer lo que me pediste... no pude, Puddin. — reí irónico, había cumplido un récord.

[...]

Después de eso la castigué obligándola a lavar, ordenar y dejar la casa impecable. Durante todo el día la mantuve obedeciendo mis órdenes, incluso más duramente de lo que la había mantenido antes de que se fuera.

Obviamente esto no la salvó de la golpiza. Fui incluso más inflexible al golpearla, tanto que se mantuvo varios minutos desmayada antes de volver en sí y seguir realizando todas las tareas que le había encomendado.