Sus ojos me observaron por unos nano segundos, creí que por fin se había percatado de que me gustaba, así que intenté ser más discreta y bajé la mirada durante un momento, pero cuando volví a subirla tras unos minutos después; sólo para apreciar su belleza de dios griego, algo me robó el aliento... Él aún estaba observándome, sin inhibiciones. ¡Santa madre de las vacas, mi Crush estaba mirándome!