Capítulo 3 Los portales

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Tratare de explicar lo que me paso el día en el que nos besamos y porque si todavía eramos amigos nos besamos que fue lo que nos empujo a hacerlo. Hace un par de años intente abrir el portal no funciono que cuando vi que era ella mi complementario y que la necesitaba para estas cosas. Lo invocamos y apareció a la media hora o cuarto de hora no estoy muy seguro, mediante mi altavoz y después mediante su móvil con un sonido escalofriante. Cada vez que comentábamos algo que no le gustaba nos lo hacia entender mediante ese sonido, algunas personas de las cuales conocíamos lo vieron todo; como no nos dejo en paz hasta que soñé con el y lo mataba o eso es lo que quiero pensar.

Por lo que recuerdo su forma era musculosa y mas grande que un simple humano, sin nariz, unos ojos rojos y bastante grandes con una sonrisa malévola y unos dientes muy afilados. El torso lo llevaba al descubierto llevaba puestos unos pantalones con apariencia pesada aunque el se movía con una velocidad y destreza que parecía que eran menos pesados que una pluma. En la mano izquierda llevaba un brazalete de unos colores muy oscuros con tonos rojos y negros; en la mano derecha una espada cuya hoja de color rojo como la sangre, una empuñadura muy decorada con un gran detalle había todo tipo de criaturas diabólicas como cerberos e hidras. Me mire a un lago que había al lado mía, me di cuenta de que estaba en un gran prado sin nada mas que un bosque a la derecha y el lago a la izquierda, solo el y yo. Mi apariencia era bastante rara nunca me había visto con una armadura como aquella plateada, en el brazo derecho en el hombro se hacía una especie de ala en el lado del corazón en verde había una luna mas abajo y en los dos lados una flecha verde hacia abajo en la parte de mi espalda se dibujaba una semiluna. El resto de mi brazo entre el codo y la muñeca tenia una forma parecida a otra ala. Tenia en mi mano una espada del mismo color de mi armadura; justo donde empieza el filo del arma había una esfera de luz verde. Parte del flequillo justo en el centro tenía unos cuantos mechones de color verde esmeralda; mi ojo derecho poseía un aura oscura del mismo tono que mi pelo. En ese momento la recordé y fui incapaz de ignorar todo lo que sentía en ese momento por ella fue cuando lo vi claro, grité déjanos en paz si no quieres terminal mal ya que por ella me moriría daría mi vida y todo lo que poseo por su seguridad por el que esté a salvo. Se rió y contestó con una voz profunda y gutural: Tendrás que matarme. En ese momento se dibujó en su rostro una siniestra sonrisa.  

Mi todo y mi nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora