Capítulo 5: Oscuridad Y Payasos

142 6 0
                                    

-¿Te puedo acompañar?

-¿Thomas, verdad?

-Si. Y. ¿me dejas acompañarte?

-Okay, ven.- que estarán tramando los chicos que le dijeron a Thomas que me acompañara, ni siquiera me conoce bien.

Me monte y prendí mi carro, encendí la emisora y sonó Romeo, maneje mientras cantaba. No se porque pero siempre me han gustado más los artistas latinos, que los de mi país.

-Oye Sean, quiere que sepas que él lo siente y que no fue su intención haberlo hecho con esa chica en tu habitación.

-¿Aja y qué más?- dije mientras aparcaba el carro en uno de los estacionamientos.-Ahora me dirás que los cerdos vuelan, las vacas son azules y que tú eres virgen, no lo creo.

-¡Es en serio!-dijo mientras se desmontaba del auto junto conmigo.

-Ya te dije te creo tanto, como creo que los cerdos vuelan.-entre al super y me dirigí hacía donde están los carritos, con Thomas pisando mis talones, mientras íbamos en un silencio incómodo.

-¿Oye?

-¿Mmm?

-¿Qué piensas cocinar?

-Tal vez haga lasaña, ¿por?

-¿Te puedo ayudar?

-Claro, pero por ahora solo necesito que me busques salsas y dos refrescos.

-Como  usted diga Comandanta.-Thomas cogió un carro y dobló por el otro pasillo, mientras yo iba por el pasillo de las pastar eligiendo qué escoger, salí de ahí y entre al de carnes y embutidos para buscar lo que me faltaba.

Terminando de escoger los ingredientes, fui hacía la caja a pagar y me encontré a Thomas, vi como la cajera le estaba haciendo ojitos y él se le notaba más nervioso que un niño pequeño cuando lo regañan por tomar algo sin permiso, mientras me buscaba, cuando me vio me pidió ayuda con la mirada.

Sé que me arrepentiré de esto más tarde-¿Bebe, ya buscaste lo que te pedí?-dije mientras lo abrazaba por la espalda.

-S-sí cariño, ahí está.- dijo mientras señalaba el mostrador donde estaban las bebidas, las salsas y ¿condones?

-Amor, no entiendo porque compras esto si por 8 meses no lo necesitaremos.- dije mientras sobaba mi panza. Todos los que estaban detrás de mí empezaron a murmurar y la cajera frunció el ceño, mientras pasaba, las cosas por la máquina.

Thomas se acercó a mi oído- ¿Qué haces?

-Salvándote el pellejo de esta zorra mal parada.-dije mientras le agarraba el pelo.

-Pero ahora todos van a creer que estás embarazada.

-Vale verga, de todos modos, no me conocen.

-Que cojones.- dijo mientras se ríe, me reí con él. Para cuando nos dimos cuenta, media clientela del supermercado nos miraba.

-Tírennos una foto, dura más.-dije un poco alterada.

-Cariño, no te alteres eso le puede hacer daño al bebé.-dijo Thomas siguiéndome el juego.

-Está bien. ¿Ya terminaste de mirarnos? Es que necesito que pases eso rápido, tengo que alimentar unos monos.- la chica me miró como si fuera un bicho raro y lo pasó todo rápido, pagamos y nos montamos en el auto. Desde que nos montamos nos explotamos de la risa.

-No puedo creer que hayamos hecho eso.-dijo mientras calmaba su risa.

-Mis amigas y yo hacemos cosas peores.

Yo Soy La Duff??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora