Mi Destino en un Papel

* Capítulo 3 *

Semanas después comienzo a notar un poco sospechosas a mis amigas pero no le tomo importancia.

Un día a la semana vamos a la plaza cuando salimos de la universidad, charlamos un rato y compramos golosinas.

Cuando llegamos nos dirigimos a un Banco y nos sentamos, no pasan ni cinco minutos y veo que Fabián se acerca a nosotras. No lo puedo creer, de todos los lugares del mundo justo viene aqui y a esta hora, parece algo de ¿Casualidad? No lo se.

-¿Qué haces aquí? -Logro decir tartamudeando.
-No.... Es que..... tus amigas me citaron aquí. ¿no lo sabías?
-No la verdad que no.
-Bueno nos vamos, los dejamos solos. -Dice Luci y Ángela me guiña un ojo.

En ese instante me doy cuenta de la intencion de las chicas.

-¿Quién de las dos te ha llamado?
-En realidad ambas..... pero... Yo también quería charlar contigo
-Si, dime ¿Qué sucede?
-Es que.... me...gus... te gus ¿quieres salir algunos de estos días conmigo?.

Al escucharlo decir esas palabras que salen de su hermosa y carnosa boca no me resisto y al instante le digo que si, prácticamente no lo dejé si quiera terminar de hablar.

En este momento estaría avergonzada por haber mostrado tanto entusiasmo, pero para ser sincera no me importa, todo lo que vengan de esos labios rosados me encantan y no lo puedo evitar.

Luego de una semana, por fin hoy es el día, el día en que saldré con Fabián.

Estoy tan ansiosa y nerviosa a la vez que mi cabeza es un torbellino de emociones que no puedo explicar. Todo estaba saliendo como lo había planeado, él me retiraba de la fraternidad y en su auto iríamos a un lugar sorpresa. Pasan los minutos y no llegamos a destino; en fin, al Cabo de media hora el coche se detiene y por fin siento mis piernas y mi trasero luego de haber estado todo el trayecto sentada. Nos encontramos en un parque a las ocho de la noche; en el cual la paso super bien hasta que me dice que tiene otra sorpresa.

El auto se detiene y frena justo en la puerta de un Hotel, en ese momento no entendía porque me había llevado allí por eso lo seguí.

Cuando estamos dentro de una habitación le pregunto que cual era la sorpresa y me doy cuenta de que todo era una trampa, sólo quería utlizarme, quería que fuese otra más de sus conquistas y yo no lo iba a aceptar. En el momento en que sus labios rozan los míos inmediatamente como a modo reflejo disparo por el aire un brazo y lo separo de mi empujandolo de tal manera que yo termino en el suelo y él acostado en la cama, aprovecho ese momento y salgo de la habitación, cruzo los pasillos a toda prisa, subo al ascensor y llego al vestíbulo.

Luego de horas de caminar sin rumbo decido volver a llamar a mis amigas, no responden, lo intento con Matías y ocurre lo mismo, lo intento por tercera ves y me contestan.

Una vez dada las instrucciones de donde me encuentro me dispongo a sentarme, pues quien encuentra a las doce de la noche un taxi. Me alivio al ver un rostro conocido tocando la vocina de un automóvil, es Sebastián, el único que si me atendió el teléfono.

Estoy demasiado enojada con el cretino que sólo buscaba aprovecharse de mí como para dirigirle la palabra durante el trayecto a casa. En momentos Sebas trata de sacarme informacion para que le diga lo que había sucedido; aún de estar enfurecida me da un poco de Pena no contestarle pues es un buen chico, siempre ha sido un gran compañero y no se merece que lo trate así, pero no confío lo suficiente en él como para contarle mi vida privada,nunca hemos tenido una relación amistosa, sólo lo conosco por fiestas que ha dado Matt y algunas reuniones familiares en que lo he visto, nada más, pero he tenido que llamarle ya que es el único, aparte de mi mejor amigo que tiene coche.

Pasan los minutos y el auto estaciona justo en frente de la fraternidad; intento sonreír como modo de agradecimiento pero en lugar de eso lo único que consigo es hacer una mueca extraña, pues no tengo ánimos para sonreír y menos cuando pensaba que Fabián sería el chico correcto y que no sólo buscaría tener sexo conmigo.