Yo nunca crei que podria llegar a estas circunstancias... Yo una simple mortal, siendo perseguida por un demonio, ¿Que ventajas tengo? NINGUNA!
-Sebastian!-grite
No queria mirar atras, y no lo haria, mis pulmones aclamaban a gritos un poco de aire,mis piernas ardian...
Todos mis esfuerzos por escapar de ese maldito laberinto de mansion era imposible... ¿Donde esta el? ¿Donde esta Sebastian?
Pero nada es posible cuando tienes a un demonio de por medio... Claude, me tenia en su telaraña... Me estampo con la pared, sus ojos estaban brillando, nunca pude apresiarselos bien, hasta ahora....
-Bien mocosa-hablo apretando los dientes- ahora no escaparas escuchaste?
No hable, solo lo mire... No con miedo, ni impotencia, sino con furia, coraje y odio.... Un odio enorme hacia el, hacia mi padre y hacia todos en este mundo...
-¿!ESCUCHASTE!?- me dio una bofetada, la cual rompio mi labio, senti el sabor metalico, el sonrio al verme asi, se levanto los lentes y se acerco a mis labios- tus labios se ven tan suaves y deliciosos- lamio la sangre de la comisura de mis labios.
Asco, es lo unico que siento hoy y ahora...
Recuerdo las palabras de mi papá antes que yo corriera...
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-Pensaste que te podrias escapar de mi niña?- Alois
El estaba ahi, parado enfrente de mi, sus intensos ojos zafiro mirandome fijamente, pero habia una pisca de algo en ellos.... Disgusto.
Claude estaba detras de el, aunque algo estaba diferente en el, su cabello, estaba mas largo, y no trae el tipico traje de mayordomo, solo unos pantalones negros y camisa blanca, y sus zapatos negros recien boleados, no era el Claude que yo conocia.
- Te estoy hablando perra- susurro Alois, mirandome entre medio de su flequillo, yo automaticamente me puse rigida, cuando Alois susurraba no era nada bueno.
El me tomo de la muñeca, haciendo presion en ella, me dolia y mucho
-A~alois-tartamudie- me duele!
-Alois?- rio ironico- Ya no me llamas señor?
Con todo el valor del mundo, pude soltarme de el y decir las palabras que tanto harian que me arrepientiera.
-Señor?- hable riendo sarcasticamente- Tu no eres mi señor, Conde Tranci, tu eres solo un hombre que se hace llamar mi padre, me lastimaste durante años, despues de que murio mamá, y todavia me tratabas como empleada, cuando YO una Tranci, deberia ser tratada como una princesa, pero- baje la mirada, sonriendo socarronamente, volvi a mirarlo- Nunca volveras a hablarme o tratarme de esa manera Alois Tranci! NUNCA!
Lo que no sabia es que me iba a arrepentir de esas palabras...
