Tale of a beast.

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Siempre me ha gustado la noche, desde que era una niña.

Ahora vivo en ella, y por extraño que parezca, en el fondo de mi cansado y destrozado corazón, muy en el fondo, me duele. Se ve que los sueños pueden hacerse realidad de la forma que tu menos quieres.

Me senté en un tronco roído y viejo, esperando a que la luna llegara entera a mis pupilas, para después tumbarme y conseguir un poco de descanso antes de volver a seguir mi camino.

Llevo todo el día andando, y aun así parece que no se cansan. Lo tienen mas fácil por sus todo terrenos de ultimo modelo y sus localizadores de chip. Cómo una pieza de tecnología tan microscópica puede hacer tanto daño a alguien o algo.

Escapé de aquel laboratorio clandestino en medio de la nada hace ya dos años largos, en un ataque de euforia, miedo y ganas de asesinar cuando me implantaron el ADN de lobo, y me quitaron la fe que tenia en la humanidad.

Soy un monstruo. Un monstruo en el cuerpo de una chica que pisó el suelo equivocado en el momento equivocado.

'Ella' fue la que de verdad me salvó de aquel infierno. Yo no podría haber hecho nada,era débil, tenia miedo de que me mataran con sus armas si no hacía lo que ellos querían, 'ella' solo quería salir, ya fuera de la manera fácil o la difícil. Y tanto que tuvo que ser por la difícil.

  Ya no importa, he aprendido a vivir con mi animal interior, turnándonos de vez en cuando para ver lo que nos rodea, para protegernos, para sentir eso que llaman libertad. Mi pelo esta sucio, en cambio el suyo brilla como nuevo; mis ojos brillan con esperanzas de volver a tener una vida normal, los suyos con sed de sangre; mi ropa esta roída, 'ella' no necesita ropa, tiene su pelaje gris ceniza.  

'Ella'. Yo. ¿O yo, 'ella'? Da igual, somos lo mismo. No se porque me lío tanto.

Desperté y vi el alba en el cielo. Me levanté con dos patas de más, y sin importarme lo mas mínimo seguí caminando. Mierda, no tengo tiempo ni para cazar un misero conejo, casi no he olido nada y ya me están pisando los talones.

Solo dos hectáreas más y seré libre por una semana más. Mi manada esta detrás del monte, mi nueva familia. No se nada de mis padres, los intento buscar pero es como si los hayan borrado del mapa; de todas formas aunque los encontrara no haría nada por que supieran que estoy ahí. Ya no los sentiría como mis padres, o alguien en quien fiar.

Ahora están Nuka, Malasia, Rad y más integrantes de la pequeña manada que conseguí formar.

Llegué a la cima del monte, y nada mas hacerlo vi como dos orejas negras miraban a mi dirección, rápidamente reconociéndolas como Azure, un lobo adulto de pelaje negro castaño, y uno de los principales guardianes del territorio. Se acercó a mi corriendo y agachando la cola en señal de sumisión, lamiéndome la nariz con felicidad. Yo le saludé lamiéndolo en la frente y la nuca.

Momentos después otros veintiún lobos de diferentes tamaños y colores se acercaron, repitiendo hacia mi las mismas acciones que hizo Azure.

Momentos así me hacían olvidar la tortura y el dolor que pase, y que el demonio me sigue persiguiendo.

Fin

тαle oғ α вeαѕтDonde viven las historias. Descúbrelo ahora