Capítulo 2

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Pasada la discusión, salí de casa encontrándome con Rachel Ricky, Ernesto y Mina, que me recibieron con una cara que decía: ¿A quién estaban matando allá adentro?. Cosa que me dió gracia, por mi parte solo entré al pequeño carro.

- Hola Mirana, ¿todo está bien? - preguntó Ernesto, mi novio. Sí, de ahí el “amigo” pues mis padres no lo saben.

- Sí, ¿por qué no lo estaría? - respondí como lo más normal del mundo.

- Es que se escuchaban unos gritos - dijo Rachel.

- Mh bueno, unos malos entendidos con mi madre - contesté.

No les diría lo que en realidad pasó, no soy de esas personas que les pasa algo y de inmediato se las cuentan a todos, no me gusta hacer eso pues siento que molesto a mis alrededores y si le cuento a alguien sería a Rachel, ella es como una hermana para mí, si así lo podría decir.

- Bueno, conste que tramos de ayudar - agregó Ricky, lo que despertó unas cuantas risas.

Prov. Kento

¿Por qué tenían que terminar las vacaciones, por qué ya no duran dos meses como antes? Se están perdiendo los valores... Ya no hay respeto ... En fin, ya no importa, sirve que vuelvo a mi rutina... A mi aburrida y eterna rutina.

Para ser franco, espero con ansias que llegue el día domingo. Después de quince años volveré a ver a mi sobrina, seguramente ella ni siquiera se acuerde de mí, cuando yo  la conocí ella tenía dos años, si no me equivoco.

La verdad que le tomé mucho cariño, a mí me encantan los niños pequeños, aunque bueno, ella ya no es una niña, tiene ... Diecisiete años, para nada es una niña ya es una jovencita.

No la recuerdo muy bien que se diga, recuerdo que tiene cabello oscuro, los ojos igual de oscuros que su cabello, blanca, muy blanca y diminuta. Como ven no la recuerdo a grandes rasgos, pero no importa, es sábado y llega mañana, si esperé quince años, ¿Qué tanto es un día más?

Estaba pensando qué presente darle como bienvenida a mi sobrina, cuando sonó mi celular, me levanté rápido para contestar, pues mi celular estaba en la cocina y yo en mi cuarto, lo tomé y contesté, de inmediato me di cuenta de que era un alumno mío, Izumi.

- ¿Izumi? - pregunté.

- Quién más, ¿Cómo está Sensei? Espero no molestar o interrumpir algo - contestó con un tono de sarcasmo pero al final cambió a un tono más amable.

- Ja' bien, gracias por preguntar y no, no interrumpes nada solo preparaba unas notas para el lunes, pero tú, ¿cómo estás?- respondí - ¿Qué sucede?

- Pues yo estoy bien, gracias, Mh pues nada en especial, solo que cuentan las malas lenguas que tendrá una visita muy importante, o mejor dicho muy especial, ¿se podría saber quién? - contestó muy en burla.

Estoy seguro de que me hubiese molestado si eso me lo hubiera preguntado Yuko, una alumna que desde que entró a la academia se la pasa coqueteandome, usa faldas cortas, o a veces ropa muy apretada, pero fuera mi alumna o no, jamás me fijaría en ella, no es fea la verdad es muy guapa, pero en general no son mi tipo las japonesas, ellas son muy serias y exageradamente delgadas, y a mí no me gustan así, a mi me gusta que les guste divertirse, que no sean nada tímidas, con piernas gruesas y bajitas, lo sé, nada común pero tampoco corriente.

- Claro que se puede saber, aunque me sorprende tu curiosidad, pero bueno, es mi sobrina, no sé si la recuerdas - dije para recargar el celular en el hombro y tomar una taza para un té.

- Mh... Refresqueme la memoria, ¿yo la he visto antes?

- No, es la primera vez que va a venir a Japón pero ya te he hablado de ella, es lo Londres.

 Un Sueño Hecho ... ¿Realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora