Capítulo 7

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Sakura:

Gaara me trajo a mi entrevista de trabajo, apenas me hablo de ella. Su comunicatividad es sorprendente. Nos dirigimos a un café que queda a unas cuantas manzanas del departamento, entramos y lo primero que veo es un piano de pared, es viejo pero cuando lo miro siento que ha sido tocado por gente de mucha pasión.
Nos acercamos a la cajera y le preguntamos si es que tiene vacantes disponibles.
-Ooh, claro que tenemos. Eso sí solo tengo para un garzon full time y el otro part time.
-Los tomamos. Dijo seguro de si mismo.
-Entonces quiero que se sienten, les haré una pequeña entrevista.

Gaara:

Esta mujer me tenia harto.
Hacía preguntas personales, si éramos novios, si terminamos el colegio y todo ese jaleo. Sakura se veía más relajada, por lo que cuenta ya había trabajado para algunas panaderías así que se manejaba en eso de servir. Yo era un caso aparte...
A fin de cuentas nos contrataron, pedí el full time ya que terminaba de trabajar a las 12 de la noche, mientras que la rosada tomó el part time que termina su jornada laboral a las 5pm.
Nos dieron un delantal negro a cada uno y nos pusieron a prueba. Quede encargado de las mesas impares.

Sakura:

Al darnos nuestros delantales me organice mentalmente como tratar a los clientes y en cómo ubicarlos, tengo las mesas pares, al ser medianamente pequeño el lugar tengo 6 mesas en mi dominio. Me dirijo hacia la puerta así podré atraer clientes.
Consigo que una familia de 4 entren al local a comer una merienda. Dos adultos y dos niños gemelos de más o menos 7-8 años. Primera mesa ocupada vamos por las otras.
Gaara no tiene problema en clientela por así decirlo, es guapo (muy guapo) de hombros anchos y alto además tiene esa cabellera reluciente  y esos ojos agua marina que simplemente la debes notar. Siempre quise ser pelirroja como mi madre pero los gen es arrojaron una mezcla rara entre el cabello blanco de mi abuelo Jiraiya (es su color natural ) junto con el rojo intenso, legado de kushina.

El día progreso bien, buenas propinas, clientes simpáticos y el olor a café en grano es lo mejor de la vida. Pronto termina mi turno tendré que quedarme en el local hasta que salga Gaara. Estaba pensando seriamente en pedir prestado ese piano (si es que se puede tocar, claro está).

Gaara:

Ya eran las cinco de la tarde, sakura pronto saldrá del camerino, hable con la jefa de que sakura se quede esperándome en una mesa. Me instruyeron para poder preparar capuchinos y otros tipos de cafés. Mientras estaba en eso mis oídos captaron un ligero sonido proveniente de un piano. Me doy la vuelta  para poder ver el origen del sonido, era sakura tocaba el piano con tanta delicadeza y ternura que no pude resistirme en quedarme viéndola hasta que terminara la pieza.

Sakura:

Estaba sentada en una mesa junto a la ventana. Estaba distraída mientras miraba a las personas transitar por la calle.
Veo como entran clientes a la cafetería, no necesito  aclarar que varias de las clientas féminas entran pero no especialmente por querer tomar café.  Gaara en una hora se convirtió en un experto del capuchino,  muchas veces me ha pillado viéndolo y solo me mira entretenido, giro para volver a ver ese piano, no me aguanto y le pregunto a una de las meseras que si se puede tocar, al tener una respuesta afirmativa me dirijo hacia el.  Siento mariposas con tan solo saber que podré presionar esas teclas.

Mis manos se movieron solas, intérprete una canción que en su tiempo amaba,  y lo sigo haciendo tanto que ya no necesitaba de las partituras para poderla tocar.
Al terminar de tocar escuche como alguien aplaudía,  mire hacia la dirección del sonido y era Gaara.  Cuando me vio a los ojos sonrió de una manera única,  hermosa.
-Vuelve a tocar el piano, cerezo.

Gaara:

Ya era tarde, la cafetería cerró hace media hora, estoy limpiando la cafetera para después ir a cambiarme de ropa.
Sakura me espera en la entrada  los camerines, cuando pase por su lado le mande una sonrisa traviesa y un apretón a mu mejilla derecha.
-rosada.
Hizo un bufido de molestia y me miró con ojos desafiantes. Jamás pensé que algo tan pequeño e incluso tierno pudiera tener una mirada aterradora.
Nos despedimos de la jefa y empezamos a caminar hacia el departamento de Sai.

(...)

Al día siguiente nos despertamos a las 6:00 de la mañana para llegar a las 7 al local. Sakura se demora un milenio en el baño, no se que estaba pensando cuando la deje ir primero. Son las 6:37. Okey,  entro. Entró al baño y me saco la polera que use de pijama, mis pantalones y solo me quedo con mis boxes, corro la cortina y entro a la ducha. Antes de que se gire le tapo la boca para que no grite.

Sakura:

Mi pulso esta a mil, Gaara esta en la ducha, mojandose,  y desnudo, ¡DESNUDO!  ¡Y YO TAMBIÉN! Lo más probable que ahora sea un tomate de cabello rosa. Nuestros cuerpos están a una distancia prudente, pero eso no impide que yo tiemble, me comen los nervios. Su cara se acerca hasta que choca su frente con la mía, suelto un gruñido agudo.
-Bonita, ¿me harías el honor de salir del baño para que me pueda duchar? Me acaricia mi nariz con la suya, luego se acerca a mi oreja y me susurra.
-¿ O prefieres quedarte conmigo mientras me baño? Me pregunta y después me mordisquea el lóbulo.  Me entremesco. Así que hice lo primero que mi insisto me dijo.

Salí corriendo.

No lo pude mirar a la cara por el resto del día. Me siento tan avergonzada, y para empeorarla el idiota de Gaara me manda miradas cómplices a las cuales solo respondo con unos sonrojos de tomate y que los clientes me pregunten si es que tengo fiebre.  Hoy le sacan los puntos de la pierna. Hoy en la noche me voy a  vengar.

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