SÓLO MÍA

Capítulo 1: El chico nuevo

Todas las mañanas me despierto gracias al sonido de la voz de mi papá diciendo que los humanos somos como el sida, somos peores que animales, que somos la única raza que se destruye así misma; que destruye para construir y construye para destruir, que el fin de ésta raza llegará pronto y todo será gracias a nosotros. Mi papá es un hombre de carácter duro y frío, todos piensan que es así desde que murió mamá pero la verdad es que nunca me ha mostrado una muestra de afecto ni siquiera cuando mamá vivía. Mi padre siempre me decía que era muy blanda y amable por eso todos me pasaban por encima, pero la verdad es que, hago todo por ver feliz a los demás no me gusta que los demás sufran.
Todo esto me ha llevado a tener una pésima relación con mi padre y a volverme cada día más introvertida, la única persona con la que cuento es mi mejor amigo Alan, es  la persona en quien más confío.

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Son las 6:30 y mi despertador suena como todos los días, indica la hora en la que tengo que levantarme para así empezar mi rutina diaria.
Después de levantarme y arreglarme para ir al colegio bajo a desayunar junto a mi padre aunque a veces es algo incómodo ya que nadie dice nada durante el desayuno, pero bueno, ya me acostumbré. 
De camino al colegio me pongo mis audífonos, me siento en la parte trasera del coche y me recargo en la ventana para contemplar el paisaje.

Al llegar al colegio voy por mis libros, me dirijo al aula de clases y espero a que llegue Alan.

—Buenos días pequeña, parece que alguien no durmió bien anoche- dijo Alan mientras revolvía mi cabello-.
—La verdad es que no, me desvelé  haciendo el trabajo de "la diva"-dije mientras daba un pequeño bostezo-. "La diva" era el apodo que Alan y yo le habíamos puesto al profesor de español ya que era algo afeminado.

Las clases pasaban tan lentas que sentí que fueron eternas hasta que sonó la campana del receso.

Cuando al fin sonó la campana que alegraba mi día, Alan y yo nos dirigimos a la cafetería, cuando llegamos notamos que había un grupo de chicas al rededor de la mesa nos asomaba discretamente y ví sentado a un chico de tez blanca, ojos color avellana y cabello negro.

Alan me comentó que era un chico de intercambio que venía de Alemania a terminar la preparatoria.

—¿No se te hace guapo ese chico?-dijo Alan sacándome de mis pensamientos-.
—No te lo puedo negar, es bastante atractivo, pero por favor, ¡mírame! ¿en serio crees que se fijaría en alguien como yo?-dije dando un suspiro desganado-.
—Vamos Aura, eres una chica hermosa, no sólo en tu exterior sino también en tu interior. Si hablaras más te aseguro que podrías tener a cualquier hombre a tus pies.-dijo guiñandome un ojo-.
—¿Seguro que a cualquier hombre?-dije riendo entre dientes.
—Más que seguro, es más, si a mi me gustaran las chavas te aseguro que ya serías mi novia-dijo esbozando una pequeñaa sonrisa-.

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No sé cómo, pero Alan siempre conseguía sacarme una sonrisa, además de que era divertido verlo intentando ligar con su crush. Sobra decir que en cuestiones de amor los dos éramos un fracaso, pero él me aseguró que me ayudaría a conquistar al chico nuevo. Lo primero que tendría que hacer es averiguar su nombre.