-¡No es perfecto!- me gritó mi padre nuevamente -Inténtalo nuevamente-
Empecé a cantar de nuevo, para complacer a mi papá.
-¡No!- volvió a gritar -Una princesa debe ser perfecta- el mismo sermón de siempre
-Pues tal vez no sirva como princesa...- susurré
Observé de reojo el reloj que marcaban las cuatro de la tarde, ya era hora de salir de este infierno.
-Padre, mi hermoso padre- dije corriendo hacia la salida -Son las cuatro hora del ballet. Adiós- me despedí y salí corriendo, casi cayendo en el acto por el vestido largo que llevaba.
Fui directamente hacia mi alcoba para sacarme esta ropa incómoda e ir por mis zapatillas.
Perfecta. La palabra que debería definirme, o bueno eso dice mi padre.Tener una familia como la mía es un martirio, mi padre siempre dándome clases de como ser la princesa perfecta y mi madre que es un poco mas comprensiva de lo que aparenta.
Hasta este punto estan confundidos, ¿cierto?
La familia real británica, esos somos nosotros. Mis padres futuros reyes y yo futura princesa, pero falta nombrar al miembro mas importante de esta familia y a la que quiero mucho más que mis padres, mi abuela la reina de Inglaterra.
En estos últimos años tengo que prepararme para mi coronación como princesa, por eso desde que nací tenía que ser buena en todo lo que mi padre quería. Pero hubo una sola cosa en la que me destacaba más que todo. El ballet.
Y siempre habia soñado ir a París, la Opera de París. La mejor escuela de ballet del mundo entero, de ese lugar habían salido todos los bailarines que admiraba.
-Tienes mucho talento- reconocía esa voz en cualquier lugar
-Abuela- sonreí. Parando de practicar y dirigiéndome a abrazarla
-Recuerdo cuando solo eras una niña, eras horrible para este baile- se burló
-No me lo tienes que recordar- reí
-Creo que eres muy buena- dijo
Por eso amaba a mi abuela.
-Deja de meterle ideas en la cabeza, madre- una voz grave interrumpió a mi abuela
-Padre- dije enderezandome
-Termino tu tiempo Charlotte- dijo mi padre -Ve a cambiarte, hay algo que quiero mostrate-
Hize caso a su mandato y fui directamente a cambiarme. Me llevo arriba del Palacio donde se podia observar toda Inglaterra.
-Charlotte- me llamó -Algún día todo esto será tuyo, seras la reina algun dia, despues de mí tendras que cuidar todo el Reino Unido-
Mi padre seguía hablando, pero no lo escuchaba, toda esta idea de ser futura princesa me desesperaba y no solo por que despues de eso tendría que ser reina, solo que eso no quería para mi vida.
-Papá- lo interrumpí -No quiero ser princesa- esta aclaración lo tomó por sorpresa
-¿Qué estas...-
-Quiero ser bailarina- dije mirandolo a los ojos
Esa mirada de decepción ya la habia visto antes, la veía todos los días, cada vez que no hacia algo bien me veía con esos ojos.
-Como termine con una hija como tú- dijo desviando la mirada y preparándose para irse
-¡Papá espera! ¡Haré que estes orgulloso de mí, lo prometo!- grité sin moverme de mi lugar, mientras de mis ojos salían lágrimas
Mi papá se fue, sin decirme algo, so se fue.
Caminaba por los pasillos sin dejar de llorar, sin esperar que llegarían noticias peores.
-¡Señorita!- escuché a uno de los mayordomos que me llamaba. Me giré a mirarlo -Su abuela...-
-No puede ser...- pensé. Empezando a correr a donde estaba mi abuela
Mi abuela se encontraba recosata sobre una cama, observé a mis padres hablando con los médicos en una de las esquinas de la habitación. Me acerqué y me arrodille tomando la mano de mi abuela, comenzando a llorar mucho más.
-Charlotte- susurró la reina
-Aquí estoy, abuela- dije sin dejar de llorar
-Hazlo- susurró nuevamente-¿Cómo?- me sorprendí
-Vete a París- murmuró
-Ahora no hablemos de eso-
-Pero debes ir. Tienes mucho potencial-
-No, no te dejaré- comencé a llorar más
-Hija, no iras a ningún lado sin que vaya contigo- dijo entregandome un collar que llevaba consigo, juntó su frente con la mía y se separó cuando los doctores comenzaron a revisarla nuevamente.
Me paré y retrocedí unos pasos. -Hazlo- volvió a susurrar
Tomé el collar fuertemente entre mis manos y me lo coloqué en em cuello, para luego comenzar a correr hacia mi habitación.
Saqué una maleta que tenia en mi armario y empecé a prdenar mis cosas. En ese instante, cuando ya estaba por terminar, mi puerta se abré dejando ver el rostro de mi madre.
-Mamá...- me asusté un poco
-Tod esta bien- me dijo ayudándome a alistar las últimas cosas que faltaban -Lucas te esta esperando en el auto- me sorprendí
Lucas era uno de los mayordomos en el que mi abuela confiaba más.
-Te amo, mi pequeña princesa- dijo mi madre besándome ma frente
-Y yo a ti, mamá-
-Ahora, ve a cumplir tus sueños- dijo soltandome -No olvides que siempre podras regresar aquí-
-Sí- asentí para luego salir corriendo hacia el auto que me esperaba
-¿Lista, señorita?- pregunto Lucas
Asenti. Observando desde la ventana como mi hogar se estaba alejando, mientras el auto avanzaba.