MI HERMANA

5 0 0
                                    

No tengo muchos recuerdos de cuando éramos pequeñas, no felices.

Ella es mayor que yo por dos, casi tres, años, la verdad no sé cómo tomarlo a veces, era más alta y delgada que yo, tiene los ojos rasgados y pocas pecas en las mejillas. Cuando nació, fue prematura de 6 meses, por un susto que tuvo mi madre durante una fiesta, estuvo casi dos meses en el hospital porque había nacido demasiado pequeña, mi madre dice que cabía en una caja de zapatos, era muy frágil.

Cuando yo nací, dice mi mamá que mi papá brincaba de alegría, me contó que mientras íbamos en la ambulancia el me hacía caritas para que yo riera y esas cosas que hacen los papás.

No recuerdo qué edad tenía de lo primero que recuerdo, obviamente, no es nada bueno.

Mi hermana y yo estábamos en casa, vivíamos en un segundo piso, jugábamos con un par de muñecas que nos habían comprado. Después de un rato escuche entrar a mis papás por la puerta principal, otra vez, estaban gritándose, me asusté, mi hermana me abrazo y de repente se escucharon golpes, salimos corriendo a la otra habitación y mi madre estaba ahí, tirada, justo frente a la pared, gimiendo por el dolor, mi padre estaba viendola, él volvió a tocarla.

Mi mamá siempre me decía que mi hermana me cuidaba mucho, que me protegía y se preocupaba por mi, ¿Qué pasó?

-¡Dame al niño! —Grito él.

Mi hermano, mi pequeño hermano de pocos meses estaba siendo sostenido por mi mamá, lo sujetaba con fuerza, pero no lo lastimaba, sólo se aferraba a él.

Antes era más valiente, o eso creo, quizá ahora ya no tengo fuerza.

Se lo arrebató, ella intento quitárselo de nuevo pero él la pateó, lo hizo con tanta fuerza que golpeó su cabeza contra la pared y cayó al piso, por segunda vez.

-¡Deja a mi hermano! ¡Damelo! —Le grité.

Quizá no debería ser así, debería haber dejado que los grandes arreglaran sus problemas entre ellos, pero siempre he querido protegerlos, no soy valiente, soy idiota.

Un golpe, eso ví al día siguiente, mi rostro tenía un moretón y sangre seca en mi labio, creo que me desmayé, creo que no fuí muy útil para defender a mi madre y proteger a mi hermano, era una niña, quizá 5 o 6 años, quizá menos.

El diario de CADonde viven las historias. Descúbrelo ahora