Mala imagen

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- Tony... ¡Tony! Despierta.

El ingeniero bostezó acurrucado en la silla y murmuró algo.
- Cinco minutitos más...
- No, despierta. ¡Tony!, tu móvil, te estan llamando.
- ¿Quién?
- No lo sé, para saber eso creo que tienes que responder, digo yo... -rió un poco Bruce.

Con un bostezo, Tony sacó su móvil de su bolsillo y se lo llevó a la oreja.
- ¿Sí?... hola Pepp, ¿qué tal?... ajá... oye, ahora no es un buen momento, ¿no puedes encargarte tú?... pero... no, es que... yo... tengo... -Tony suspiró- vale, está bien, lo haré, lo haré... adiós.
- ¿Qué quería? -preguntó curioso el doctor Banner.
- Ha usado un tono más imperativo que desiderativo... -bromeó- Dice que tengo que ir a una reunión con un empresario de una compañía con la que Stark Industries quiere firmar un contrato. El empresario no firmará a no ser que vaya Iron Man en representación de la compañía, al parecer es un gran fan.
- Parece importante, deberías ir... no es bueno hacer enfadar a Pepper.
- Sí, bueno, no sería la primera vez que la cabreo... -rió el millonario- es que no quiero dejarte solo, ¿y si empeoras?
- Vamos, Stark, estaré bien... y si me pasare algo, la doctora Cho podría ocuparse sin problema -dijo Bruce, quitándole importancia al asunto-. Ve, más te vale no hacer enfadar a la señorita Potts.

Tony dudó un poco, pero no le quedó más remedio que aceptar al ver la determinación de Bruce.
- Está bien -suspiró- nos veremos esta tarde, ¿vale?
- Vale, amigo. Pásalo bien en esa fascinante reunión.
- Ja ja ja, muy gracioso, Banner.

Stark salió de la enfermería, no sin antes dedicarle una sonrisa a Bruce, y se encaminó al taller. Allí se puso una armadura y en cuestión de segundos ya estaba volando de camino a la sede de Stark Industries. Mientras sobrevolaba la ciudad tuvo unos minutos para relajarse un poco, hacía bastante que no tenía tiempo para sí y, en esa armadura, a tantos metros sobre el suelo, nada ni nadie podía molestarle. En la armadura del Vengador dorado se sentía a salvo de los problemas de Tony Stark y su ajetreada vida.

Le sobresaltó un movimiento brusco de la armadura y, de un momento a otro, se encontró volando sin control, precipitándose vertiginosamente hacia el suelo. Mientras caía, intentaba mantener la calma, y consiguió ver que el propulsor de su bota izquierda no funcionaba. Intentó estabilizarse, pero sus movimientos eran incontrolados y el suelo estaba cada vez más cerca.

Como última medida desesperada, decidió apagar el resto de propulsores para evitar el descontrol de movimiento e intentó aprovechar la aerodinámica del traje para frenar y descender la velocidad con el rozamiento con el aire. Procuró dirigirse a una zona donde no dañara a nadie y, cuando solo quedaban unos metros para el impacto, encendió los propulsores que le quedaban para frenar más bruscamente; pero a pesar de todos sus esfuerzos por reducir el impacto, se golpeó con bastante fuerza, llevándose por delante una parte considerable del asfaltado de la calle neoyorquina.

Con un quejido de dolor, la metálica figura del Vengador se levantó del suelo y revisó los propulsores, pero de repente todos los sistemas parecían perfectamente operativos. Extrañado, se elevó del suelo unos metros, y vió que todo esta bien.
- Revisaré el traje cuando vuelva a casa -se dijo para sí y retomó el camino a la sede de Stark Industries.

Cuando el Vengador dorado aterrizó en la puerta del edificio, una pelirroja lo esperaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
- Llegas tarde.
- Sí, lo siento, he tenido unos problemillas técnicos -explicó.
- Vamos adentro, te esperan.
- "Oh, ¿qué te ha pasado, Tony? ¿Estas bien?" -dijo el millonario con voz aguda-. Sí, claro, gracias por preocuparte por mí, Pepper.

Pepper suspiró:
- No tienes remedio...

Ambos entraron en el edificio de Stark Industries y, casi inmediatamente, la mujer y el héroe de la armadura fueron rodeados por un grupo de periodistas. Acostumbrados, se abrieron camino entre la masa hasta encontrarse con un hombre gordo, elegante y con una amable sonrisa al que Pepper se dirigió:
- Señor Matthews, siento la espera, aquí está.
- Oh, Iron Man, por fin, ¡es un placer conocerte! -exclamó el llamado Matthews estrechando con estusiasmo la mano metálica del Vengador.
- El placer es mío, señor Matthews -respondió amablemente, aunque Tony se sentía algo incómodo al ser la "mascota" de la compañía- espero su visita a Stark Industries haya sido placentera.
- Muy placentera, llegaremos a un buen acuerdo, señor Iron Man. Ven, hagámonos una foto, quiero recordar este momento.
- Por suspesto.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2019 ⏰

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