Capitulo 7

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La realidad la golpeó de repente como si fuera una ducha de agua fría. Temblorosa se soltó de Eunhyuk y caminó unos pasos hacia atrás. Esperaba que él dijera algo, pero no lo hizo, en cambio volvió a rodearla con su brazo y a traerla hacía él.
-No intentes huir –ronroneó Eunhyuk.
-No intento huir –susurró ella.
-¿No? ¿Entonces qué haces?
-Ser realista –Eunhyuk se rió- ¿Qué? –reclamó ella.
-Que no veo sentido a tus palabras. Te alejas de mi, cuando te mueres de ganas por pegarte más... además, ambos sabemos que cuanta menos ropa; mejor.
_____ tosió, no pudo evitar la ola de deseo que le recorrió el cuerpo, el calor que se alojaba entre sus piernas, la reacción de sus senos. Pero si podía ignorarlo.
-Te equivocas –dijo soltándose, y agradeció que no le temblara la voz.
_____ se alejó de él con paso rápido y nervioso, no sabía dónde iba, no veía muy bien el camino, pues no pensaba con claridad, su mente estaba inunda de imágenes que no le hacían ningún bien en ese momento. El cuerpo desnudo de Eunhyuk sobre el suyo la torturaba, su sonrisa pícara, sus ojos nublados por el deseo, su boca acercándose peligrosamente a la de ella…
-¡Maldito seas! –gritó en medio de la oscuridad de la noche.
Eunhyuk la miro mientras ella se alejaba con una especie de sonrisa en los labios, aunque quien se fijara lo tomaría más por una mueca. La había espantado. Bien. No, no estaba bien. Le hubiera gustado mucho más llevarla a su cama y disfrutar de aquella ardiente mujer.
Realmente disfrutaría teniéndola entre sus brazos.
Y mucho.
Se terminó de un trago lo que estaba tomando y tras pagar la cuenta salió de aquel lugar, dispuesto a irse a su casa. Solo. Esa noche no quería ningún tipo de compañía. Bueno eso no era del todo cierto, si la castaña quisiera acompañarlo él no se negaría en absoluto. Pero era la única compañía que no estaba disponible.
-Por ahora… -se recordó.
Estaba dispuesto a meterla de nuevo en su cama, y a ser posible no la dejaría salir…
Frustrado entró en su casa, sin poderlo evitar, antes de cerrar la puerta se fijo en la de enfrente. ¿Estaría en su casa? ¿Sola? Gruñendo cerró de un portazo.
Era muy consciente de que aquella belleza se podía llevar cualquier tipo de persona a su cama, si con pasar por delante de alguien llamaba su atención.
Había visto como todo el mundo la miraba, los hombres lo habían mirado mal a él mientras la rodeaba con su brazo, y por un momento se sintió dichoso, hasta que había recordado que tampoco era suya.
Con una exclamación se dirigió al cuarto de baño y abrió el grifo del agua fría.
Salió del cuarto de baño justo cuando el timbre de la puerta sonó.
-¿Quién será? –preguntó al silencio.
Con nada más que una toalla alrededor de la cintura se dirigió a abrir.
Era la persona que menos esperaba; su vecina.
Tenía el castaño cabello despeinado, las mejillas sonrojadas, su boca era una línea recta y sus ojos mostraban confusión. Un nudo se alojó en su estómago, ¿le habría pasado algo?
_____ se fijó en las jugosas gotas de agua que bajaban por el pecho de Eunhyuk y quiso lamérselas… aquella toalla no tapaba mucho, y lo peor era que ella lo había visto todo, y no tenía que hacer mucho esfuerzo para recordar nada. Con cerrar los ojos lo podía ver…
Sacudió la cabeza con un gesto de frustración.
-¿Estás bien? –preguntó Eunhyuk confundido.
Una inseguridad extraña se apoderó de ella, ni siquiera sabía que hacía allí. Hacía unos minutos había estado vagando bajo el frío de la noche, el aire le había sacudido el pelo y enfriado la cara, pero había estado bien, libre.
Y su mente se había puesto a pensar. Preguntas. Propuestas. Dudas. Mucha confusión. Todo se había apoderado de ella, y había llegado a una conclusión, aquello no podía seguir así.
-¿_____? –preguntó él, se comenzaba a preocupar.
-Esto no puede seguir así –dijo ella.
-¿Qué?
-No puede seguir así –repitió.
-¿Qué te pasa?
-Se acabó.
-¿Qué? –preguntó él. Pero ella no dijo nada, simplemente se giró y se metió en su casa, dejando a Eunhyuk pasmado.
Tenía demasiado lío en la cabeza, no sabía por qué se había presentado en casa de Eunhyuk. Estaba loca. Se estaba volviendo loca.
Se tiró sobre su cama y cerró los ojos.
Eunhyuk miró por la ventana de su despacho una vez más, no podía quitarse a _____ de la cabeza. Aún recordaba el extraño ataque que había tenido ella presentándose en su casa.
«Se acabó«» Había dicho, y luego se había ido, había cerrado la puerta de su casa, y ahora todo era extraño.
No había vuelto a tener contacto directo con ella durante casi una semana. Era jueves. El tiempo había pasado lento… lento y tortuoso, y era extraño, porque él no había salido en busca de una chica, algo impropio en él, en cambio si había estado pendiente de la puerta de enfrente.
Sabía que ella no había salido, una suave música se escuchaba desde el interior de la casa cada noche, y él se había hecho consciente de todos los ruidos. La había visto llegar con la compra, vestida con un chándal marrón chocolate que le quedaba ancho, su pelo castaño recogido en una coleta alta, e iba sin una pizca de maquillaje; estaba preciosa… tuvo que hacer un esfuerzo enorme por no salir a ayudarla con aquellas pesadas compras.
También la había visto muchas veces en la cafetería de debajo de su casa, sus miradas se habían cruzado, y una sonrisa amable había sido el saludo. Ninguna palabra. Se había sentido tentado a coquetear para ver si se acercaba, pero no lo había hecho. Cuando una fabulosa rubia se le había acercado, no había podido evitar en fijarse en lo superficial que era.
Todo era extraño, su mente solo estaba ocupada por ella, y eso le enfurecía. Más de una vez, se había sentido tentando a acostarse con la primera que se le pasara por delante, pero todas esas veces se había excusado a sí mismo, al fin y al cabo las excusas eran reales… «Mañana madrugo» «Tengo que preparar un documento» «Estoy cansado» «Mejor mañana»
Malas excusas, pero reales al fin y al cabo.
Una vez al ver la mirada de _____ puesta en él se sintió tentado, y se presentó delante de una fabulosa morocha, de largas piernas y voluptuosos senos, se había puesto a hablar con ella, a la espera de la interrupción de _____. Pero ella no había interrumpido nada, todo lo contrarío, había salido de allí.
Y eso lo había frustrado, le gustaba más cuando ella se le acercaba para molestarlo.
Una llamada a la puerta lo sacó de sus pensamientos.
-Eunhyuk…
-¿Si, Chris? –preguntó al saludo.
-Vamos a ir unos cuantos a tomar algo, ¿te apetece venir?
-No, gracias…
Los ojos de su amigo se abrieron de par en par, si los hubiera abierto un poco más se le hubieran salido. Chris entró al despacho y se sentó en la silla de enfrente.
-Habla.
-¿Qué? –preguntó Justin.
-Confiesa.
-¿Qué tengo que confesar? Creo que no he hecho nada.
-Pues tenemos dos opciones… o ya tienes planes, o alguien te espera en tu cama.
-Ninguna de las dos.
-Entonces te pasa algo –analizó su amigo.
-Estoy perfectamente.
-No lo estás. Algo te pasa. Hace días que no sales, y tú normalmente no te recoges.
-Tengo trabajo.
-¡Dios! ¿Quién fue?
-¿Perdona?
-Si, alguien te ha cambiado. ¿Te has enamorado y me lo he perdido?
-¡No digas tonterías! ¡No me he enamorado!
-¿Quién es ella?
-Chris –le advirtió Eunhyuk.
-Soy tu amigo, ¿por qué no me lo dices?
-Porque no hay nada que decir, y ahora si no te importa tengo que acabar con este documento.
-Te lo arrancaré si hace falta –dijo levantándose- pero averiguaré quien es ella, Lee Hyukjae, lo averiguaré.
-Ya, ya… avísame para conocerla yo también.
-Si, si, ríete –Eunhyuk sonrió, e hizo un gesto para que se fuera- me voy, pero volveré.
-Adiós, Terminator.
-Lo averiguaré.
Chris salió del despacho, y Eunhyuk se tiró sobre el respaldo de su silla respirando profundamente. No se había enamorado, que no tuviera ganas de salir no significaba nada de nada.
-No significa nada –dijo en voz alta- Nada.
-¡Mierda! –exclamó _____ cuando un pack de latas de coca-cola Light se estrelló contra el suelo- ¡Joder, mierda! –dijo mientras dejaba las bolsas en el suelo y se disponía a recogerlas.
Una de las latas se había abierto y comenzó a salpicarla, enfadada la esquivó el chorro volviendo la lata y se secó la cara. Y justo en ese momento un chorro más grueso le empapó la camiseta blanca.
-¡A la mierda! –gritó y estampó las latas en el suelo. Su respiración se había agitado, estaba enfadada con las latas, y quería pisarlas, no debía de haberlas estrellado más, pero en ese momento no le importaría saltar sobre ellas.
-Vaya… -susurró la voz sensual de su vecino desde atrás- ¿estás bien?
-¡Si! –contestó ella furiosa.
-Pues creo que las latas no están nada bien… algo les ha pasado.
_____ se rió.
-¿Estás bien? –preguntó Eunhyuk de nuevo.
-Si, un poco enfadada, como has dicho las que no están bien, son mis latas.
-Me he dado cuenta.
-¿Y quién no?
Ella miró el suelo de nuevo, estaba encharcado.
-¿Habrá sobrevivido alguna? –preguntó Eunhyuk.
-No lo creo –contestó _____- tendré que ir a comprar de nuevo –dijo mientras se agachaba y recogía las latas.
-Deja que te ayude –se ofreció Eunhyuk, cogiendo las latas que se habían soltado.
-Eh… voy a ir por una bolsa y a por la fregona –dijo _____.
Abrió la puerta de su casa, y entró corriendo hasta la cocina, una vez allí sacó una bolsa y cogió el cubo y la fregona, y volvió a salir.
-Ya estoy aquí –dijo, echó las latas dentro de la bolsa. Y Eunhyuk hizo lo mismo.
-Mira –dijo Eunhyuk alzando unas tres latas- están se han salvado, las demás están reventadas.
-Gracias –contestó _____ con una amable sonrisa- Eh… voy a soltar la bolsa, y…
-Si quieres le voy dando al suelo.
-Oh no, no te molestes.
-No es molestia.
-Pero…
-De verdad. Venga, dámela, mientras puedes ir por una bayeta y le das a las salpicaduras.
-Está bien –sonrió _____. Tras darle la fregona a Eunhyuk entró en la casa, y después de soltar la bolsa, cogió la bayeta y salió de nuevo. Sin mirarlo se dispuso a frotar puertas, y paredes. No tardó nada en quitar las salpicaduras- ¡Ya está! –dijo orgullosa.
-Si, todo ha quedado bien –añadió Eunhyuk, _____ de inmediato se fijo en el suelo, estaba muy limpio.
-Gracias –le dijo _____ de nuevo.
-Ha sido un placer –contestó Eunhyuk. Sus ojos se encontraron, y _____ se sintió perdida por unos instantes, ahora no sabía que decir. Se fijó en Eunhyuk.
-¡Oh! –Exclamó- mira como te has puesto la chaqueta.
Él bajó la vista y se fijó en su chaqueta gris manchada de coca-cola.
-Me debí manchar cuando me apoyé las latas. Soy un poco patoso… pero tú no te has quedado atrás –susurró fijándose en su escote manchado.
-Las latas –dijo ella- que tenían ganas de juego –la mirada de Eunhyuk se oscureció, y _____ tragó saliva- anda ven y te limpio la mancha –se ofreció.
-Oh, no hace falta –dijo él- la llevo a la tintorería.
-No digas tonterías –contestó _____- además después podemos bebernos las latas sobrevivientes.
-Si insistes –dijo él.
-Vamos.
Poco después _____ se sentía rara, había insistido en que Eunhyuk entrara para limpiarle la chaqueta, y después de que lo hubiera hecho estaban sentados en el sofá con un vaso lleno de hielo y coca-cola. Eunhyuk los había servido mientras ella se daba una ducha rápida para quitarse la ropa sucia y la coca-cola de encima.
Cuando había llegado al salón, se había encontrado dos de sus vasos gigantes llenos de coca-cola y hielo. A Eunhyuk sentado con las mangas de las camisa remangadas hasta los codos y descalzo.
-Espero que no te importe –había dicho él- era para no ensuciarte el suelo.
-Oh no, no me importa. Gracias –dijo sentándose a su lado, y cogiendo uno de los vasos.
-A ti –dijo él, y un silencio tenso se había apoderado de la habitación.
¿Qué decir? Ninguno de los dos hablaba.
_____ clavó la vista en el suelo, luego la dirigió a los pies de Eunhyuk cubiertos por los calcetines y supo que quería verlos desnudos, tragando saliva desvió la vista hasta los zapatos de él que estaban en la esquina. Cuando alzó la vista se encontró la vista de Eunhyuk clavada en él.
-Yo… -tartamudeó.
-Shh –siseó él.
_____ cogió el vaso de coca-cola nerviosa y bebió apurando el vaso. Una gota de coca-cola se escapó de entre sus labios y comenzó a recorrer su cuello «Solo a mí, solo me pasa a mi» maldijo para sus adentros. Alzó la mano para parar la gota antes de que alcanzara sus senos, pero la mano de Eunhyuk se cerró en torno a su muñeca.
Alzó la vista y la clavó en los ojos oscuros de Eunhyuk. Su boca se secó repentinamente, y su corazón palpitó con fuerza. Un estremecimiento inundó su cuerpo, y un calor insoportable empezaba a acosarla.
Vio como Eunhyuk se inclinaba sobre ella, y sacando la lengua lamió aquella maliciosa gota.
-Sobre ti… sabe mucho mejor.
Ella jadeó, su respiración se agitó. Eunhyuk tiró de ella y la acercó a su cuerpo.
-No –susurró ella- esto no…
-Shh –siseó él- una tregua _____, es lo que ambos queremos. Lo necesitamos.

[FIN] Jugando Con Fuego - (Eunhyuk Y Tú) - [+14] -(ADAPTADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora