Capítulo 36

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Dos días después intentaba conciliar el sueño. El colchón donde yacía acostada no tenía punto de comparación con aquel donde durmió en Suiza, la habitación miserable que alquilaron a penas y tenía agua.

Extrañaba el jacuzzi. Mucho.

Se levantó de la cama con un suspiro cansado, miró a David roncando a todo pulmón en una silla a escasos metros de la cama. Ese chico podía dormir prácticamente donde sea, su capacidad de sueño era la misma que la de una roca. Todo a su alrededor desaparecía. Sus ronquidos era otra de las razones por las que conciliar el sueño era difícil, temía que en cualquier momento alguien los descubriera a causa de ese extraño ruido.

Salió de la habitación. Fue bueno encontrar el motel de carretera, nadie hacía preguntas y mucho menos se entrometían en sus asuntos, algo agradable para variar. Evitar pensar en cómo era su vida hace escasas semanas... Claudius tenía toda la intención de que ella misma terminará con David, lo único con que no contaba era la conservación de una sola fotografía familiar. No hubiera deseado enterarse nunca de la verdad, para ser sincera; su trabajo resultaba sencillo al bloquear sus sentimientos, cuando iba tras un blanco era simple, pues su mentalidad era la de una heroína oculta tras las sombras: acabar con aquellos que hacían el mal. Casi como Dexter.

Pronto cayó en la cuenta que pocos blancos eran verdaderos criminales. Sintió culpa por primera vez en muchos años, hasta ahora estando del otro lado del mundo y recapitulando la situación, la culpa la asediaba. Odiaba sentirla. Y el odio ya era de por si un sentimiento muy profundo.

Casi tanto como el enojo que sentía hacia prácticamente a todos quienes la rodeaban. Todavía debatía consigo misma quien se merecía el primer puesto en el pódium, si Adam, Claudius o su padre. Difícil decisión. No se dio cuenta, por sus divagaciones mentales, que alguien la observaba a la distancia.

Se llevó la mano al cuello cuando sintió un pinchazo, se arrancó el dardo de un tirón. Las piernas se le doblaron y ni siquiera logro identificar a su captor.


¿Siempre que se desmayaba tenía que terminar amordazada de alguna manera? Ha sido secuestrada más veces en los últimos tres meses que en los tres años anteriores, un hecho casi inaudito. Colgaba cual res con los brazos extendidos. Incluso el exhalaba vapor por la boca, el frio palpable le erizaba los vellos del cuerpo. Sus pies estaban a unos buenos quince centímetros del suelo.

—Miren quien despertó. — un hombre corpulento pronunció en un horrible ruso.

—Lo siento, no entendí lo que dijiste. — le habló con una entonación prácticamente perfecta, recibió una bofetada a causa de su burla. — Auch. — el golpe le dejó viendo puntos negros. Claro, no diría eso en voz alta.

—¿Sabes quiénes somos? — la amenaza latente presente en la voz de su captor.

—Si no respondo, ¿dirás que eres mi peor pesadilla? — aventuró enarcando una ceja en dirección del hombre que la golpeo. Hecho un vistazo a su cuello, sus sospechas se confirmaron: los samphir la secuestraron. Su visión se aclaró por completo.

—Ni siquiera tuve que decirlo en voz alta. — el hombre llevó ambas manos al aire. Estirándose y tronando sus nudillos. Ese sonido le da escalofríos, aunado al hecho que el ambiente en el lugar era frío, la sensación era simplemente desagradable. — Bienvenida a nuestra guarida. — señalo el lugar como si se enorgulleciera de ello.

—¿Una carnicería? ¿En serio? — preguntó y se mordió la lengua enseguida. Eso solo quería decir que el lugar era un gran congelador, en todos los sentidos de la palabra.

—Creo que necesitas un tiempo para aclarar tus ideas, — por supuesto, estando atada de manos, literalmente, cualquiera puede burlarse. — nos vemos más tarde.

Respiró profundamente soltando el aire contenido con lentitud. Tenía a lo mucho una hora antes que el tipo regresara, para probablemente utilizarla como saco de boxeo. Eso se veía mal por donde se mirará. Simplemente horrible.

Miró hacia sus brazos y luego la poca distancia de sus pies al suelo. Sus escasos cincuenta kilos comenzaban a pesarle, estar en la misma posición durante tanto tiempo no es bueno para nadie. Ojalá David fuera inteligente y no la buscara, de otra forma tendrían a dos prisioneros en lugar de uno, y era lo último que le faltaba para aplicar la ley de Murphy.

Hecho la cabeza hacia atrás y soltó un largo suspiro. Oyó como la puerta se abría, con algo de suerte no la golpearían mucho. 


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¡Hola, de nuevo! Estoy feliz, la historia tiene mas de 2K de lecturas y me quede o_o simplemente no creí que llegaría demasiado lejos. Muchas gracias a todos esos lectores silenciosos, que invito a que se manifiesten xD. A los no tan silenciosos también :D

Bien, vengo a pedir un súper favor... estoy nominada en los DarkInsideAwards en la categoría Fanfic con "Cazadores de Sombras: El Regreso". No soy pedir votos o comentarios, pero una parte del concurso depende del voto del público... así que si pueden ir al link (que dejare en comentarios y en mi tablero) y dejar un comentario donde mencionan el nombre del fic que diga lo siguiente: Voto por Cazadores de Sombras: El Regreso, los amaré por siempre... Nah, no se crean pero me ayudarían un montón. 

Espero que les guste el capítulo, cualquier cosas comentenla aquí abajo :D  

P.D. La canción en multimedia me inspiro mucho en el personaje de Carolyn ;) solo como dato curioso. 

Agentes del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora