Armando: Sé que tengo un defecto, el único y es que me gustan las mujeres, pero que importa con cuantas me acueste, cuando a la única que amo y quiero hacer mi esposa eres tu.-dijo y se arrodillo ante ella.
Andrea: Armando...-susurro con lágrimas en los ojos cuando vio que el sacaba una cajita pequeña color azul.
Armando: ¿Andrea del Junco, me harías el honor de ser mi esposa?-pregunto y ella se quedó en shock.
No sabía que responder una parte de su cuerpo le decía que si, había pasado casi toda su vida esperando esa propuesta de Armando, no sabía exactamente cuántas veces había rogado a Dios y a todos los santos porque eso pasara y ella por fin convertirse en su mujer, sin embargo ahora no estaba segura de la respuesta que iba a dar ni si quería intentarlo de nuevo con Armando aunque tenía que aceptar que fue un lindo detalle el que hubiera regresado solo por ella.
Andrea: No se.-dijo mirándolo y cerro la cajita cubriendo de nuevo el anillo.
Armando: Andrea mi amor no seas tan rencorosa, solo fue una vez la que me acosté con esa mujer, sé que quieres ser mi esposa así que ya no te hagas del rogar y acepta el anillo.-dijo y Andrea lo miro pensativa.-Mi amor, durante muchos años me rogaste para que yo te pidiera matrimonio y ahora que se presenta la oportunidad tú la rechazas?
Andrea: Dame tiempo por favor Armando, no se si eso es lo que quiero en ese momento.
Armando: Ya no me quieres solo por lo que yo hice?-pregunto incorporándose y ella negó.-¿Entonces?
Andrea: No se si me quiero casar, antes estaba segura pero ahora no se.
Armando: ¿Existe otro hombre?-pregunto mirándola seria y ella se apresuró a negar, aunque no pudo evitar que a su mente llegara la imagen de Samuel.-Eso espero, porque sería de muy mal gusto que me reclamaras cuando tu te estabas revolcando con otro.
Andrea: Ya te dije que no.
Armando: Bueno, por lo menos permíteme pasar no? Hace mucho frió .-dijo y ella asintió quitándose de la puerta.
Andrea: Si hubiera sabido que vendrías, tal vez hubiera arreglado mejor.-dijo limpiando la cama para hacerle espacio.-La cama no es muy grande pero podemos ver la forma de compartirla.
Armando: Y a mi se me ocurre una muy buena forma, 'para que me ayudes a entrar en calor y también para que nos acomodemos mejor.-dijo tomándola de la cintura y la pego a él besándola con intensidad mientras desabrochaba su blusa.
Andrea: No.-dijo separándolo.
Armando: ¿Cómo qué no? ¿Por qué?
Andrea: Estoy cansada y me duele la cabeza, además mañana tengo que trabajar muy temprano.-dijo mientras el la miraba desconcertado.
Armando: Esta bien, hasta mañana mi amor.-dijo y la beso para después comenzarse a quitar la ropa...
Samuel estaba en el estudio, tenía mucho trabajo por terminar y lo peor era que eso no lo podía posponer más tiempo ya que se trataba de algo realmente importante, desde la muerte de Aimé rara vez había hablado, solo lo hacía con su hija y cuando ella preguntaba. La mayor parte del tiempo se la pasaba en su casa y viendo como Andrea y su hija jugaban o bien hacían otras actividades, muchas veces lo habían invitado a jugar con ella pero veía ridículo el que una persona como el jugara.
Aunque algunas veces la persistencia de Andrea lo tentaban a querer integrarse con ella pero rápidamente inventaba que tenía trabajo y lo dejaba en paz. Se recargo sobre su asiento y cerró los ojos tratando de relajarse, no entendía lo que le pasaba, últimamente pensaba mucho en Andrea y eso lo veía a mal porque pensaba que estaba traicionando a su esposa, la cual no tenía ni medio año de muerta.
Andrea: Hola, buenos días.-dijo entrando al despacho y el la miro con una ligera sonrisa. Ella llevaba unos vaqueros ajustados, una playera azul pegada a su cuerpo y zapatillas deportivas, llevaba también el cabello suelto y una ligera capa de maquillaje.
Samuel: Buen día, ¿Qué haces aquí?-pregunto con amabilidad mientras Andrea lo miraba.
Andrea: Me topé con esto en la entrada y quise ayudar a las empleadas trayéndoselo personalmente.-dijo entregándole un sobre blanco.
Samuel: Bueno, gracias.-dijo observando el sobre y lo abrió mientras Andrea lo miraba insistente.-Oh es de la empresa, me invitan a la fiesta que están organizando los empleados.
Andrea: ¿Ira?
Samuel: No, mi hija se duerme temprano y yo no tengo tiempo.-dijo y ella asintió.- Hablando de Camila, ¿Cómo se ha comportado?
Andrea: Bien, creo que usted nos ha visto, nuestra relación ha mejorado mucho y casi podría decir que somos amigas.-dijo y Samuel la miro con una sonrisa.- Dije casi.
Samuel: Me dijo que hoy saldrían.
Andrea: Si, me dijo que tenía que hacer una tarea en relación a un museo y la llevare.-dijo y Samuel solo se dedicó a mirarla, cosa que empezó a incomodarla.-Bueno, voy a buscar a su hija para que nos vayamos.
Samuel: Quiero acompañarlas.-dijo y Andrea lo miro perpleja.-Bueno, si tú estás de acuerdo., ya he acabado con lo que tenía pendiente y me siento un poco más tranquilo así.
Andrea: Si, claro que si.-dijo sonriendo y salió de ahí para avisarle a Camila.
Ambas esperaron impacientes a que Samuel terminara de arreglarse y después todos se fueron, Andrea veía con adoración como Samuel y su hija platicaban con tanta confianza, le gustaba la relación padre a hija que tenían, y le parecía fascinante ya que ella nunca se pudo entender con ninguno de sus padres.
Después cuando llegaron entraron al museo y Camila se adelantó para mirar todo mucho mejor y con más calma esperando a que ellos llegaran al lugar donde estaban.
Andrea: Creo que le gusta venir al museo.-supuso al ver lo feliz que estaba Camila.
Samuel: De hecho es la primera vez que viene, al igual que yo.-dijo y sonrió al ver la cara de Andrea.-Te lo juro.
Andrea: No lo puedo creer, cualquiera ha venido al museo, claro no a muchos les gusta, por ejemplo a mi me parece aburrido y poco grato, solo vengo cuando necesito de él. Creo que un museo es como la iglesia, algunas personas solo van cuando les conviene.
Samuel: Si, puede ser.-dijo mientras caminaban.-Yo soy más de juntas, negocios, cocteles, en fin todo relacionado a mi trabajo, a veces si salía al parque de diversiones o una fiesta pero era por insistencia de mi hija o esposa.
Andrea: Ya veo y es difícil no divertirse mucho? Es decir, yo pienso que es un martirio, mucho más cuando te acostumbras, es como una regla que tienes que acatar.
Samuel: Algo así, pero no se te hace pesado cuando alguien te acompaña, o tiene un fin por ejemplo el ganar dinero para tu familia o pasar cocteles junto a mi esposa o alguien especial.-dijo sonriendo y la miro mientras Andrea se detenía a mirar una escultura.
Andrea: Si, es bueno salir con alguien especial y estar a su lado hace que las horas se vuelvan segundos.-susurro con la mirada perdida y después intento caminar de nuevo para llegar a Camila, pero la mano de Samuel lo impidió.
Samuel: Ven conmigo a la fiesta que organizaran.-dijo mirándola intensamente.-Te prometo que no te vas arrepentir...