Capítulo 2

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-Tuve una infancia maravillosa y amigos especiales como Aaron Jones –dijo Mary, mientras volvían a su mente los gratos recuerdos de Florida- el fue mi primer gran amigo.

-¿Tienes más familia ahí? –Preguntó la doctora Willson-.

Mary agachó la cabeza ya que le costaba mucho hablar del tema. Su padre era la única familia que le quedaba, después de que su madre falleciera hace poco.

-Solo tengo a mi padre, mi madre murió –dijo ella un poco incómoda- Preferiría no hablar de eso.

-Debió ser muy difícil para ti -insistió la doctora.

-¡Oh, sí! Claro que lo fue –algo ya había cambiado nuevamente en Mary, se había relajado en el asiento y subido sus pies en el escritorio de la doctora. Mientras agarraba su cabello y sonreía, añadió:-Me ocupé de mi madre y al final... nunca fuimos tan cercanas... incluso cuando... ella estaba muriendo.

*-¡Rebeca! –gritó su madre, con un hilo de voz.

-¿Qué pasa, madre? –preguntó Rebeca fastidiada.

Su madre ya estaba muy enferma y solo les quedaba esperar lo peor. Ella era hija única por lo tanto era la encargada de cuidar a su madre hasta el último de sus días.

-Lo siento, hija. Siempre fui muy ruda contigo –dijo la madre al borde de las lágrimas.

Rebeca se levantó de la cama, la miró y salió de la habitación. Ella nunca le perdonaría todo lo que le hizo. *

Mary dejó de sonreír, de agarrar su cabello y bajó los pies del escritorio, agachó la cabeza y su mirada ahora era confusa.

-¿Mary? –La doctora Willson, estaba tan confundida como Mary, no entendía esos cambios repentinos en ella, pero ella sabía que tenía que seguir insistiendo si quería entenderla. -¿Qué quiso decir con que ella era ruda con usted?

Ella levantó su cabeza, se acercó al escritorio y le dijo:

-Mi madre era una santa. Éramos como hermanas. Ella me llevaba a todos lados a donde iba, estábamos siempre juntas. –Mary no entendía porque la doctora no creía en su palabra, ni porque parecía tan confundida. El silencio de la doctora la estaba incomodando así que decidió continuar:-Mire, mi madre tenía más de 40 años cuando me tuvo, después de que muriera el otro bebé. Ella casi se muere también. Yo pesaba 2.5 kilos y ella siempre se preocupó por mí. Mi papá también se preocupaba, era constructor. Construyó la iglesia a la íbamos. ¿Cree en Dios?

La doctora tomó notas en su libreta. Mary parecía tener un problema muy grave ¿pero de qué? La doctora aún no estaba segura y realmente deseaba continuar con ese caso. Nunca había visto a una persona cambiar de actitud, de expresión y de voz tan rápido como lo hacía ella.

Si un sacerdote la hubiera visto, seguro habría afirmado que lo que había que practicarle era un exorcismo, pero la verdad era que su problema iba más allá de eso.


El Color del SufrimientoWhere stories live. Discover now