Capítulo 2

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A la mañana siguiente, Alexandra no se despertó muy animada a pesar de que hubiera sonado su canción favorita, A thousand years de Christina Perri, como tono de alarma. No se calentó mucho la cabeza pensando lo que se iba a poner, si no que cogió lo primero que pilló: una camiseta de Obey y sus pantalones vaqueros rajados que quiso combinar con sus Vans rojas. Cogió su mochila negra y bajó las escaleras.

En la cocina la estaban esperando sus padres. Había varios alimentos sobre la mesa y ellos estaban de pie; su madre estaba haciendo el café y su padre preparando unas tostadas. Parecían felices a pesar de haber madrugado.

- Buenos días Alex – dijo su padre con una sonrisa.- ¿De qué quieres las tostadas?

- De mantequilla con mermelada de fresa, por favor – dijo ella con la voz un poco cansada.

No hubo mucha más conversación durante aquellos minutos, sólo cuando su madre le dijo que no se pusiera nerviosa a pesar de ser nueva y empezar nuevo curso, pero ambas sabían que aquello no era posible. Volvió a subir las escaleras para dirigirse al cuarto de Claire y darle un beso de despedida a pesar de que estuviera dormida y después de esto, se puso en camino al instituto.

Nunca había ido a aquel instituto, pero su padre el día anterior le había enseñado a través de Google Maps cómo llegar. El camino no era muy largo pero había que cruzar varias carreteras y girar a la derecha, a la izquierda, a la derecha... Finalmente llegó. El edificio no era excesivamente grande, como lo esperaba, pero sí era más grande que el de Londres. Se dio cuenta de que algunos la miraban y la señalaban diciendo: “Mirad, ¡esa es nueva!”, pero ella prefería no escucharlos y hacerse la tonta.

En su antiguo instituto solían mirarla cuando iba por los pasillos y susurrar cosas a sus amigos como "esa es la friki" o "mira la antisocial". Desde el primer momento, Alexandra siempre había actuado como si no lo importara, lo que nadie sabía es que ella moría por dentro cada vez que oía uno de aquellos comentarios, pero de eso nadie se daba cuenta, a nadie le importaba lo que pensara aquella chica, tan indiferente por fuera y tan frágil por dentro. 

Entró en el edificio. No sabía qué era lo que tenía que hacer ahora. ¿Preguntar al conserje? ¿Buscar a su tutor? Perdida entre sus preguntas, pudo ver que un grupo de chicas se acercaban a un corcho, ¿serían las listas de las clases? Se dirigió hacia allí y observó como aquel grupo de chicas se marchaban felices, seguramente porque habían caído en la misma clase. Buscó las clases de primero de bachillerato y ahí estaba ella, Alexandra Diana Anderson, primero C. Se preocupó ya que ahora tendría que buscar su clase, pero gracias a Dios había carteles que indicaban las clases para los novatos como ella. Su clase estaba en la primera planta de tres que había, lo cuál le pareció muy afortunado por su parte. No le resultó difícil encontrar su clase, estaba cerca de las escaleras, justo al lado de estas. Era una clase grande, con dos pizarras, corchos y pupitres separados entre ellos, y ya había gente sentada. Era muy diferente a las clases de su antiguo instituto, aunque no se llevó una mala impresión de esta. Eligió que debía sentarse en un pupitre que no estuviera muy cerca, muy lejos, muy a la derecha ni muy a la izquierda, así que se sentó en una mesa por el centro, aunque estaba más lejos que cerca y más a a derecha que a la izquierda. Pronto empezó a llegar gente y la clase se llenó por completo, y poco después llegó un hombre de unos treinta años que debía ser el tutor.

- Hola a todos. Para los que no me conozcáis, mi nombre es Simon, y voy a ser vuestro tutor. Lo primero que voy a hacer es pasar lista, para irme quedando con vuestros nombres.

Empezaron a salir muchos nombres de su boca, pero Alexandra sólo estaba esperando a que dijera el suyo, ya que estaba muy nerviosa. Algunas personas hacían bromas cuando decían su nombre, Alexandra sonreía como si le divirtieran, cuando en realidad no prestaba atención a lo que estaban diciendo.

- Alexandra Diana Anderson – dijo Simon.

Alexandra, sobresaltada levantó su mano, para que el tutor supiera que estaba allí. El profesor la miró e hizo una anotación en su cuaderno.

- Puedes hablar. Decir “aquí estoy” o algo – dijo una voz detrás de Alexandra. Esta se dio la vuelta y se encontró con el rostro de un adolescente que le sonreía.

Alexandra sonrió ante la broma y volvió a girarse. Agachó la cabeza de la vergüenza. No esperaba que lo primero que le dijeran aquel día fuera eso, había esperado algo peor, así que después de todo, se sentía satisfecha, y el chico era muy mono. Puede que no fuera el más atractivo de la clase, pero le parecía bastante mono.

Quiso sacar de su cabeza lo que estaba pensaba. Acababa de entrar al instituto y ya se estaba haciendo ilusiones. <<¡No Alex!>>, pensaba en su cabeza, <<solo eres una más, una del montón, volverás a estar sóla, no encontrarás a nadie que te comprenda y te quiera>>. Pero quizá se equivocaba. Quizá había alguien en aquella sala dispuesto a ayudarla, a hacerla sonreir y a conseguir que no se odiara tanto, pero eso ella no lo sabía, y quizá aquella persona en ese momento tampoco, pero el destino se iba a encargar de juntarles tarde o temprano. 

- Calum Thomas Hood – dijo Simon. Fue uno de los únicos nombres a los que Alexandra prestó atención.

- Aquí – dijo una voz tras ella.

Se dio la vuelta y vio que se trataba del chico que le había dicho antes aquella broma. Este al ver que ella le estaba mirando, le dedicó una sonrisa apretada, pero ella se dio la vuelta, sin más. 

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Hola lectores. Bueno, el primer capítulo no ha tenido mucho éxito, así que intentaré darle más promoción. Como podéis ver, ya a aparecido el precioso Calum, aunque los demás miembros de la banda aparecerán más adelante. Espero que os esté gustando y un beso enorme de mi parte. 

Beside you (5 SECONDS OF SUMMER, 1D, JUSTIN BIEBER y muchos más)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora