Destino

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Prólogo

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Prólogo

Hace mucho tiempo en un antiguo bosque, de aquellos en donde la naturaleza habla con magia propia y por entre sus hojas nos cuenta historias, se escucha una en particular sobre una conejita y un lobito, que luchando contra su aparente naturaleza para dar lugar a un gran amor capaz de atravesar todas las barreras entre ellos y haciendo testigos a todos aquellos que vieron como aquel ser mortal subió a donde no podría con tal de llegar a los brazos de aquel su amor.

Lobo

Bien habían dicho que yo no era como ellos

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Bien habían dicho que yo no era como ellos... que tenía algo diferente, me trataban aparte y la verdad no me importaban sus palabras, no podía quedarme allí yo no podía vivir normal, así que por ello decidí viajar, quería descubrir mi propio camino, llevaba sintiendo desde que puedo recordar una presión en mi pecho que solo se apaciguaba cuando miraba a la bella luna por las noches, subía a lo más alto solo para apreciarla mejor, con esto en mente decidí después de ser reconocido como adulto, salir de mi manada y buscar mi camino, quería llegar al sitio más cercano al cielo para que mis palabras y el deseo intenso de poder tocar mi luna se vieran satisfechos, sonaba tonto pero no perdía nada y quizás esta presión este deseo de estar a su lado podría ser resuelto.

Di las gracias aquel día de otoño las hojas caían por todos lados y yo buscaba sitio en el cual descansar y en la noche poder mirar a mi luna que me iluminaba con su luz y me había sentir tan completo, habían algunos sitios más altos desde donde poder mirarla pero estaban ocupados por oso quienes no son muy cordiales y menos con un lobo.

Hallé un claro en el bosque y decidí dormir allí pues la luna pasaba de lado a lado situándose en el centro para velarme mientras le apreciaba desde abajo, le platicaba de lo que hacía en el día sin saber por qué y me sentía escuchado, no sé que habrán pensado los demás habitantes del bosque al verme platicar con la nada aparente a esas horas de la madrugada, no era algo que me importara.

Por la mañana hable con muchos mientras caminaba sin rumbo algún indicio que me ayudara a buscar un camino, algo acerca de algún lugar tan alto que tocara las nubes, todos coincidían en que debía subir a la montaña de las luces que se levantaba al norte, eran muy cordiales pues andaba solo, si me hubieran visto con una manada no hubieran dudado en alejarse de mí, fue mi decisión certera el decidir incursionar yo solo en esto, no perdía el tiempo y viajaba hacia mi lejano destino esperando encontrar respuestas sobre lo que sentía por quien nunca podría tocar.

Recuerdo que por las noches me dormía mientras le miraba, a veces dolía sentir este deseo que quizás nunca se vería resulto, y me dormía intentado descifrar que hacer con él, me oprimía el pecho de tal forma cual brújula insistente apuntado a su norte, no sabía si era alguna obsesión, no sabía nada, solo quería probar el brillo de su luz y acurrucarme allí mismo, yo seguiría mi camino guiado por ese sueño, a veces cuando le hablaba por sobre el brillo de los ríos ella tambaleaba y sentía que me hablaba, una sensación cálida me recorría de mi cola a mis orejas intentado escuchar las palabras que sabia entonaba para mí.

Así fui hacia la montaña solitario por los días y acompañado por su luz en las noches.

Luna, Conejita y LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora