Sin fin

45 1 0
                                    

Otro dia más y sigue igual. No cambié, intento. Pero no puedo. Esta botella es mi salvación por un par de horas. No quiero recordar mi historia, no quiero ver la realidad, quiero que esto cambie. Mañana voy a cambiar es lo que me repito a diario y no, no sucede. La rutina es la misma.
Sé que puedo conseguir lo que quiero, voy a buscar la felicidad. Quizá mi marido no sea mi felicidad. Y así es como busco la felicidad en varios hombres más.
Fui infiel más de diez veces, quizá.
Fui obvia, demasiado para ser cierto. Pero no me importa. La relación no da para más y aún soy joven y hermosa. Puedo casarme las veces que quiera y conseguir lo que se me plazca. Quiero otra botella.

Un día me fui por un par de horas de casa, mi marido y los niños estaban ahí. Había conocido otro hombre que me gustó y bueno, subí a la camioneta y sólo fui a divertirme un rato. Mi marido lo sabía pero lo ignoraba. El sabía todo. Tomé de más nuevamente. Regreso a casa a altas horas de la madrugada, siento que borracha manejo mucho mejor.
Jamás el portón había estado cerrado. Pero hoy si lo estaba. Esto es raro. Veo nublado, capas lo estoy imaginando. Intento abrir pero no puedo. Me estoy poniendo nerviosa. Esto se está saliendo de control. No pienso, sólo actuo. Mi corazón late a mil por hora y comienzo a sacudir el portón con todas mis fuerzas, busco las botellas que estaban en la camioneta, tomo una cerveza, otra más, otra más y las comienzo a arrojar hacia la casa, me estoy sintiendo más nerviosa y necesito romperlas a todas, estoy llorando. Quiero entrar. Busco la ultima botella para arrojarla y observo el bolsillo del asiento de atrás, recordé que teníamos oculto un arma en caso de robo. La miro unos quince minutos. La agarro y apunto hacia la puerta, disparo..

— ¡¡¡ABRAN LA PUERTA!!! — Exclamé.

Observo que alguien se acerca a la ventana y es mi marido.

— Andate. No vuelvas nunca más. —

No. Esto no es posible. ¿Cómo es que mi propio marido me hecha de mi casa? Estoy demasiado nerviosa, quiero gritar quiero matar a alguien.
El abre más la puerta y disparo. La bala da hacía la columna del comedor donde mi hijo estaba a unos 10cm. Estoy en shock. Sé que esto traerá problemas. Pero sé también que puedo manejarlo. Corro hacía la comisaría que está más cerca, llego y simulo desesperación el comisario me mira y me pregunta que había sucedido.

— Yo solo estaba en mi casa y mi marido me atacó con un arma porque estaba tomando.— Contesté.

El incrédulo me creyó, sólo con un poco de acting y lágrimas falsas esto sale bien. Como siempre. Si no salgo de este problema me acostaré con el jefe y todo saldrá bien. Yo se como arreglármelas.
Diez minutos después observo a mi marido entrando a la comisaría, actuó como si nada, sólo tengo que disimular y actuar como una persona que fue atacada.
Nadie le creyó. Me tomaron la denuncia al igual que a el. Está bien, todo está bajo mi control, una vez más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 28, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CastellumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora