Querer de a uno

El principio y el final

Aun nos recuerdo. Cuando descansaba en tu pecho después del sexo... Acariciaba tu pelo y deseaba que tus rizos se enredaran en mis dedos para no alejarme nunca. Nos quedábamos hasta la madrugada porque yo quería sentir tu cuerpo una vez más y siempre una vez más; porque quería que tu me sintieras a mi. En las mañanas despertábamos juntos y yo me duchaba sin querer desprenderme de tu aroma. Ibamos juntos hasta la facultad, nos reíamos como niños y sufríamos como adultos. Todo un día a tu lado hasta que llegaba la hora en que te bajabas de la micro y había que despedirse. Ojalá nunca te hubieras bajado esa vez. Porque la próxima volviste distinto. Se acabaron las noches junto a ti y mis madrugadas ahora eran solitarias. Te convertiste en alguien más... Mis trayectos a la facultad eran soledad, tu asiento pasaba vacío y nadie nunca lo pudo llenar. Ya no reías, yo lo sabia. Todos los días sin ti hasta que pasaba por tu casa y la vida me entregaba un pedacito de lo que fuimos, el paradero que siempre compartiamos.