Prólogo

65 7 7
                                    

Narra Nico:

Conozco a Alfred desde los 9 años.
Ambos llegamos a la escuela el mismo año, y de todos mis compañeros el era el que más me llamaba la atención.
El se veía hermoso... tiene un cabello castaño, y... en ese momento era un poco más alto que yo. Sus ojos son preciosos, aunque no sabría decirte el color que tienen. Eso era lo que más me llamaba la atención de el. No era muy alegre, más bien, le costaba sonreir. Pero eso no me importaba. Me acerqué a el unos días después de empezar, ya que no me atrevía. Siempre he sido muy tímido... aunque bueno, no fue muy difícil ya que el siempre estaba solo. Al principio no era muy lindo conmigo, pasaba pegado a el y eso le molestaba, pero con el tiempo aprendió a quererme.

Narra Alfred:

Para mi Nico era una molestia.
En ese momento lo único que quería era estar solo. No tenía ningún motivo, simplemente no me gustaban las personas. El me parecía un tanto irritante, era como una niña. Tenía cabello rubio hasta el cuello y ojos azules, también es más bajo y delgado que yo. Siempre sonreía y me abrazaba... incluso una vez le regalé un lápiz con dibujos de gatos en el, y se puso tan feliz que me besó. Simplemente, no lo entendía. Pero ya qué, era la única persona que me comprendía y acompañaba, y se convirtió en mi mejor amigo, ugh.

-----------------------------------------------------------

Martes 22 de marzo / 2:30PM

Ya con 16 años, la jornada de clases había terminado y ya debían salir.
Como era habitual, Nico estaba esperando a Alfred en la puerta que da salida al patio.
Sostenía su bolso con ambas manos y tenía las piernas cruzadas, su pelo ahora estaba un tanto más largo, ya que no dejaba que creciera mucho.
Alfred estaba tardando más de lo normal, y Nico empezaba a preocuparse. Caminó lentamente hacia delante, y asomó un poco su cabeza para ver si el chico estaba en el otro pasillo.
Acertó.
Alfred estaba ahí.

Narra Nico:

«Está tardando mucho... Donde se habrá metido»
Caminé hacia el otro pasillo y me asomé intentando que nadie me viera.
Ahí estaba Alfred, se veía tan lindo como siempre.
Pude ver que una chica, de la cual desconozco su nombre, se despidió de el con un beso en la mejilla, cosa que el normalmente no aceptaría.
Ignorando eso, corrí hacia el y lo abracé por detrás.
-Oyeee, ¿Que estabas haciendo?-
Hice un puchero y froté mi cabeza contra su espalda.

Alfred despegó al chico de su espalda y lo alejó.
-Ah, lo siento, estaba haciendo algo, vamos. - Tomó a Nico por un brazo y lo llevó.
-Recuerda, tenemos que terminar lo de matemáticas. Vamos a tu casa.- Dijo Nico y soltó una pequeña y tierna risa.

«¿Qué le pasa? Se está invitando sólo...» Pensó Alfred.

-Bueno, pero debes irte temprano.-

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

3:22PM

Alfred abrió la puerta y la sostuvo para que Nico entrara, luego pasó el y la cerró.
Subieron las escaleras y se dirigieron al cuarto de Alfred, al cual Nico ya había ido en reiteradas ocasiones.
Como era costumbre, Nico entró corriendo y se lanzó sobre la cama a olorosar la almohada, le encantaba sentir el aroma que tenía.
Luego de unos segundos se sentó en la orilla de la cama, y Alfred junto a él.

-Hace tiempo no estábamos solos...- Dijo Nico sentándose en las piernas del chico y lo abrazó.
Alfred se sintió un poco incómodo, aunque de igual forma correspondió al abrazo.

-Supongo que sí- Soltó una risa -Bueno, ¿En que habíamos qued...-

Antes de que Alfred pudiera empezar a hablar sobre su tarea, Nico lo besó.
Lo hizo de forma rápida y compulsiva, hace tiempo tenía ganas de volver a besarlo.
Alfred no dijo nada, sus labios se separaron y Nico volvió a juntarlos pero de manera suave y lenta.

-¿Quién era esa chica?- Dijo Nico y luego suspiró

-¿Hmn? No es nadie importante.-

-No estarás pensando en cambiarme... ¿O si?-

-Nico...-

Narra Alfred:

No resistí más, tomé a Nico y lo puse contra la cama.
Sé que esto está mal... Pero... Lo amo.
¿Es eso realmente posible? ¿Dos hombres amándose? Para cualquiera sería repulsivo.
Y peor aún, estamos hablando de Nico.
Empecé a besar sus labios y metí mis manos bajo su camiseta para acariciar su torso.
Su piel es muy suave, y tiene una linda cintura, muy similar a la de una chica, me encanta.
Subí mis manos y comencé a acariciar sus pezones y pellizcarlos mientras mis labios bajaban hasta su cuello.

Cuando Nico dejó salir un par de gemidos fue cuando supe que debía detenerme.
No sé que fue lo que me pasó... Esto está mal.
Muy mal.

UnpredictableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora