Cartas para Jaz [Terminada] [En Edición]

Carta 17

Luke camina de la mano de Jaz, por los pasillos del instituto.

Ambos están sonriendo.

En los pasillos algunos abren sus casilleros, otros caminan con libros en mano, y otros hablan. El equipo de basquetbol al pasar, saludan a la pareja, devuelven el saludo.

«—¿Luke?»

Mira atrás y ve que todo se esta tornando gris. 

Comienza a correr  y tira de la mano de Jaz. De pronto siente si su brazo estuviera flotando y entumecida.

No la puede mover. Para en seco

Baja la mirada hacia la  unión de su mano con la de Jaz.

Ella esta volviéndose gris, como los demás, pero no queda congelada al igual que el resto de los otros, sino que se desvanece en cenizas, y luego en... nada

—Adiós Luke— dice, y su cara se torna gris rápidamente.

—¡¡Jaz!!— grita, extendiendo su mano para tocar lo que queda de Jaz.

Ella desaparece por completo.

—Jaz— susurra, dejándose caer de rodillas.

El pasillo se vuelve negro, como un túnel y el hunde su cabeza en las manos, tirando de las raíces de su pelo.

Se enciende una luz de algún lado.

—¿Luke?— pregunta un voz y deja escapar un sollozo.

El levanta la vista y se encandila, la luz es al final del túnel. Una silueta, negra, que sale de la luz y llama a Luke.

Se incorpora rápidamente y corre hacía la silueta.

Llego con la respiración entrecortada, abrazo a la silueta y susurro:

—Jaz, no me dejes jamas

—Luke, necesita que la dejes

—¿Qué?— se aparto y se dio cuenta de que no era Jaz. Era Bianca.

—Ella me mando, dijo que tienes que dejarla ir. Esta perdida entre el cielo y los espíritus perdidos, porque tu no la dejas ir. Déjala ir, Luke.

—¡Jamas!— grito lleno de remordimiento—Ella me ama, yo lo sé, ella lo sabe.

—Lo siento, Luke. Ella quiere ser libre, pero tu sufrimiento la aferra a la tierra, y esta luchando por ser libre, por estar en un sitio. Necesita paz.

—¡Tú no eres quien para decirme si ella se queda o no! ¡Tú no tienes derecho a hablar por ella!

Bianca miro hacia arriba, ignorando las palabras de el chico y dijo:

—Lo lamento, no puedo hacer mas nada.

Y ella desapareció, con un aplauso, del cuál salieron chispas.

...