Cap 2. La Experiencia

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El Templo de Cristal de las Gemas, Cinco Meses Después
Cinco meses habían pasado desde la gran cita de Steven y Connie. Él estaba preocupado de que tuviera algo que ver con la "experiencia" que tuvieron en el fondo del océano. Aunque él había visto a Connie muchas veces hasta ahora, ella parecía estar diferente que antes. Estaba usando ropa más encubierta y parecía más distante que antes. Su extraño comportamiento hacía que Steven se alterara. Quería decírselo a alguien, pero aparentemente Garnet y Amatista habían salido a hacer algo importante, a pesar del hecho de que no pudo encontrar ninguna nota de dónde estaban o qué estaban haciendo. Al menos Perla estaba ahí para ayudar al joven mitad gema en su momento de crisis. Sin embargo, de lo que Steven no se dio cuenta era que Perla estaba cambiando. Su gema parecía más tenue y ligeramente rajada; su cabello tenía mechas grises oscuras, sus ojos azules ahora tenían una pequeña mezcla de negro en ellos como una sombra en un claro charco azul, se veía más delgada de lo usual. Una noche, después de un fallido intento de hablar con Connie, lo cual incluyó un pequeño confrontamiento con el padre de la joven, Steven estaba en su cama enojado y lleno de impotencia cuando de pronto Perla vino a apoyarlo.

"Oye, Perla" dijo Steven entre gemidos antes de dejar caer su rostro sobre su almohada. 

"Steven," dijo Perla, quien levantó a Steven de la cama y colocó el rostro del menor sobre su regazo. "¿Aún sigues preocupado por esa cita con Connie?"

"¡Tan solo no sé qué hice mal!" dijo Steven con lágrimas en sus ojos, "Yo quería que esta cita fuera perfecta pero ahora siento que la he jodido. ¿Qué hice mal? ¿Fue algo que dije? Algo que hice. Me siento como un completo fracasado."

La gema de nariz puntiaguda bajó la mirada hacia el chico que yacía llorando sobre su regazo, luego lo ayudó a sentarse y lo abrazó con fuerza, presionando la cabeza del menor contra su pecho y meciéndolo lentamente. "No te preocupes, Steven" dijo ella en una reconfortante voz, "Todos cometemos errores de vez en cuando, lo que importa es lo que aprendemos de ellos."

Steven alzó la mirada hacia Perla, las luces de esperanza volvieron a los ojos del menor. "¿Qué hay de los errores más grandes como el de la Torre del Mar, el error que no puede ser arreglado?" Él estaba esperando un sermón de excepciones pero en vez de eso sintió las manos de Perla sobre su rostro mientras lo besaba en la frente. A esto le procedió una simple respuesta por parte de Perla que le dio a Steven un extraño presentimiento de inseguridad e incomodidad:

"Yo siempre te perdonaré."

Steven se desplomó sobre su cama rápidamente mientras Perla lo acomodaba dentro de las sábanas, le dio su antifaz especial para dormir, y le dio un buen beso de buenas noches. Steven estaba feliz al saber que aún tenía una oportunidad para arreglar las cosas con Connie.

Horas después, Steven cayó profundamente dormido. Mientras dormía, empezó a soñar. Se vio a sí mismo en la orilla de la playa donde tuvo su cita con Connie. Pudo sentir el frío aire sobre su rostro y pudo sentir la arena entre los dedos de sus pies. Al bajar la mirada se dio cuenta de que estaba desnudo e intentó buscar algo para cubrirse. Sin embargo, no había nada a su alrededor más que arena y playa. Dirigió su mirada hacia el océano, vio una silueta parada ahí; se veía como una joven niña con largo cabello marrón y lentes. Era Connie. La menor volteó la mirada hacia Steven, le sonrió y extendió su mano hacia él.

"¡Ven, Steven," dijo ella en una tranquila y animada voz, "el agua está fresca!"

Steven soltó una risa y empezó a correr hacia su novia, esperando reponer el tiempo perdido entre ambos. Sin embargo, algo no estaba bien, la arena que rodeaba a Connie empezó a moverse y elevarse, convirtiéndose en grandes manos de tono negro que agarraron a Connie y empezaron a arrastrarla hacia el abismo debajo. Connie lanzó un grito e intentó alcanzar a Steven, pero a medida que Steven corría hacia ella, más se alejaba. Mientras Connie se hundía completamente bajo la arena, Steven finalmente alcanzó el lugar e intentó sacar a Connie de esta, a medida que excavaba y excavaba, unas voces le empezaron a gritar "DELIQUIUM" y "COMMASCULO" una y otra vez. Steven, exhausto de escavar, observó sus manos y empezó a sollozar por haber perdido a su amada otra vez. De pronto, Steven escuchó un rugido y al voltear la mirada pudo ver un enorme titán de tono oscuro surgiendo justo sobre él. Steven observó con horror cómo el gigante alzó sus brazos y las dirigió abajo hacia él. Justo cuando el monstruo cerró su mandíbula alrededor de Steven, escuchó una voz decirle algo.

Steven Universe: Todos cometemos erroresWo Geschichten leben. Entdecke jetzt