Pesadillas, café y nerds.

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Estoy en una casa, eso es lo único que sé. Camino por un pasillo que parece interminable y al final de este veo una figura humana. Corro hacia ella y la abrazo, sin saber porque. De repente esa sombra se multiplica, parecen un hombre y una mujer... Mamá y papá. Lloro e intento explicarles, pero algo impide que las palabras salgan de mi boca. Esas sombras dan unos pasos hacia atrás, y se vuelven a multiplicar, haciendo que sean cinco personas las que están a mi alrededor. Se burlan, me golpean y me insultan.

Despierto muy sobresaltada, y casi al instante vuelvo a dormir.

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Abro los ojos y veo la luz del día por mi ventana, que raro... No es época de que amanezca temprano.

—Mmm... ¿Qué hora es?...— Miro el reloj y...—¡MIERDA, NO PROGRAMÉ LA ALARMA!

Me levanto y me visto a la velocidad de un rayo, tengo 20 minutos para que empiezen las clases, así que no es opción desayunar.

Inserto las llaves en mi moto y me dirijo a la universidad.

Llego con cinco minutos de retraso, al parecer el mundo está en mi contra hoy...

No tengo tiempo de ir a mi casillero, así que tomo mi libreta personal de mi bolsa/mochila, una pluma y me voy a mi salón.

— Disculpe profesor...— Noto que la mayoría de los alumnos levantan la cabeza para ver quien tuvo la desgracia de llegar tarde.—... Red, ¿puedo asistir a su clase?

— Con su debido retardo.— Siento una punzada en el estómago, no me gusta tener retardos. Me hace un ademán para que me siente, asiento con la cabeza en modo de agradecimiento y me siento en el único lugar desocupado, en frente y al medio junto con los nerds y lamebotas del los profesores.

Me pongo a pasar los apuntes de la pizarra a mi libreta, luego arrancaré las hojas para pegarlas en su debida libreta.

Pansan las horas y nada nuevo. Recuerdo que tendré que disculparme con mis amigas por llegar tarde y no hablar con ellas, espero que no se enfaden demasiado... El timbre suena y eso significa solo una cosa: comida.

Guardo mis innumerables cosas -nótese mi sarcasmo...- y me dirijo a mi casillero. Dejo mi libreta y saco lo de mi siguiente clase, lo guardo en mi bolso y cierro mi casillero. Ahora que lo pienso, Clara y Jazmine ya tendrían que haber venido a buscarme... Tal vez estén ocupadas con alguna tarea, si... Tarea.

Camino con mis pensamientos en las nubes y de repente siento un golpe en el pecho y cadera, junto con algo caliente encima mío.

—¡Ah!— Chillo con enojo lo suficientemente fuerte para que él note mi enfado, pero no para los alumnos que pasan.—¡Idiota, mira por dónde...!— No podía ser otro...— O'Lonell.— Acabo de notar que él no tiene ninguna expresión en su rostro, solo un leve rubor... Eso no me ayuda si lo quiero intimidar.— Pero mírate, al parecer te tomaste tu pastillitas de la confianza, porque si no, no veo otro motivo por el cuál hayas chocado conmigo...— Dije en tono de burla, no me gusta tener que hacerlo... Pero si no lo hago nunca me aceptarán.— Aléjate de mi vista, ya has hecho suficiente con manchar mu blusa favorita.— Mentira.—¡Shu, shu!— Recogió su vaso y se retiró, no salió tan bien como esperaba.

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— En definitiva el mundo está en contra tuya...— Me dijo Clara dándole un sorbo a su frappé.— Pero mira el lado bueno,— Dejé de comer mi ensalada nada sabrosa y le presté atención.— chocaste con el chico más sexy de la uni...— Me dijo con tono picarón. Bufé y señalé mi blusa.

— Si, y gané esto.

—¿A quién le importa tu blusa? Ni siquiera es bonita.— Dijo Jazmine por primera vez desde que me senté y les conté mi día, ella y su sinceridad.

—¿No importa si voy al baño?— Clara negó con la cabeza y una sonrisa, mientras que Jazmine le veía el trasero a Felipe, uno de los chicos populares. Sonreí a modo de disculpa y fui al baño a intentar quitar mi súper hermosa mancha de café. Entré, abrí la llave de agua y tomé un poco con mis manos, esta cosa al parecer quiere pelear...— Vamos mancha del diablo...— Dije entre dientes y... ¡Boom! El agua hizo que se me transparentara más mi blusa, ¿qué sigue? ¿me echan de de mi casa?

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— Lo lamento señorita Lieth, no puede seguir viviendo aquí...— JA JA JA... Al parecer mi maldición se cumplió, ya que ahora mismo estoy llegando a mi casa y la tonta de la dueña de la casa me dice que no puedo vivir aquí...

—¡No puede hacerme esto!— Dije a punto de llorar, no tengo a dónde ir...— Por favor... Deme una semana más...— Dije ya con lágrimas en mis ojos, este el el peor día de mi vida...

— Ok, solo porque ha sido mi cliente menos problemático.— Cabe recalcar que yo NO usé la aspiradora para secar los trastos, -Los Robinson eran unos problemáticos-.

— Gracias...— Dije secándome las lágrimas y entrando, lancé mi bolso al sillón y me encerré a llorar.

Te odio alarma...

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L: 7u7
S: :)
L: 7w7
S: :/
L: 77uu77
S: D:
L: 77ww77
S: ¡TE DIJE QUE ESO NO ERA CILANTRO!
L: Ay ya, que enojona... :P
S: Bueno, hay que despedirnos ¿no?
L: Nel perra >:v
S: Pos bye :'v
L: Bye :3

¡Los amamos beios gatitos!

- Sally y Luli les dicen: Pero mira este cumbión, papa :v

El Rockero que me enseñó matemáticas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora