OO1.

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A veces tenía envidia de las personas que lograban entablar una conversación sin siquiera pensar en las palabras correctas que deberían pronunciar.

Él, antes de hablar, elaboraba un monólogo mental sobre como decir Hola sin atragantarse entre el mar de su nerviosismo o decir cualquier palabra fuera de lugar.

Pero siempre sus miedos internos atacaban de la peor manera y en el momento preciso, teniendo como única escapatoria, correr.

- Y así fue como me caí de la cama.

Pero todo tiene su lado malo, y el de las personas, estadísticamente consideradas, más sociables era que no se callaban ni un solo segundo, para nada. Tanta habladuría ya le estaba causando estrés y ganas de gritarle, pero su timidez siempre ganaba antes de exclamar un...

¡Cállate la maldita boca de una vez, TaeHyung!

Si, aquel chico de extraña pero agradable personalidad, ni siquiera era su amigo; pero siempre se sentaba con él, en el almuerzo y le platicaba sobre la primera idea escurridiza que saltara hacia su mente.

- Nos vemos, ¡adiós!

Y antes de tan solo asentir, pues era lo único que hacia, TaeHyung ya se había ido.

Soltando un suspiro sonoro alguien, de llamativa cabellera, se sentó junto a él.

Era simplemente ilógico, sudaba, temblaba y jugaba con su cabello totalmente nervioso.

Quería hablar, pronunciar siquiera una sola frase pero no, otra vez, nada.

- Hola.

Diablos, él chico notó su existencia, necesitaba salir del aula cuanto antes.

- Soy HoSeok, ¿y tu?

Podía jurar que sintió el aleteo se una mosca cerca de su cara, y por eso cerró su boca, logrando producir alguna frase coherente.

- S-soy J-jungkook.

Eso estuvo demasiado cerca, a decir verdad, todavía sentía la adrenalina y antes de que su contrario pudiera decir algo entró un docente al lugar.

- Un gusto.

Sonrió.

one kiss ✧ hopekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora