Era una fria mañana de domingo y tú, como ya era costumbre desde hace unos cinco meses, te levantaste corriendo de la cama por que llegabas tarde a tu cita con tu madre. Fuiste casi volando a la ducha, te vestitste veloz como un rayo y como pudiste llegaste a tiempo a esa extraña comida.
Después de que pasases una comida bastante movidita y casi toda la tarde de compras, llegaste a casa. Estaba todo en silencio. Demasiado silencio. Le echabas muchísimo de menos al pequeño pingüino y todavía te quedaba más de un mes para poder verle, tocarle.
Te sentaste en el sofá con una taza de chocolante caliente recubierta de nuebs, y te pusiste a ver Toy Story 3. Te encantaban todas las películas de Disney, pero especialmente las de Toy Story eran tu debilidad. Ibas por la mitad de la película cuando empezó a entrarte el sueño.
"Buenas noches Luke. Te echo de menos, mucho." Como ya era costumbre lo decías en voz alta, por si acaso o por arte de magía él te estuviese escuchando donde estuierá en esos momentos. Te acabaste de acomodar en la cama y te tapaste con la manta. Justo antes de que te durmieses, notaste como alguien se acurrucaba a tu lado. Tan siquiera te asustaste, estabas demasiado agotada hasta para eso.
"Yo también te he echado de menos pequeña. " Era él.