INTRO (la bruja del árbol)

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La señora Emilia Thomas lloraba desconsolada sobre el cuerpo del *ahora* hombre que yacía muerto sobre su sillón, cuando kyungsoo tenía tan solo 3 años ella lo había adoptado, él era el hijo de una amiga muy querida que había muerto de una enfermedad muy extraña, kyungsoo había muerto de la misma. Miro el rostro pálido del pelinegro llorando desoladoramente, se encontraba sola en casa y para llegar desde allí a un hospital se tomaba mucho tiempo, la casa era de campo y los vecinos más cercanos se encontraban a un kilometro de distancia, la mujer ya mayor para de sollozar de pronto, estira el cuello lentamente y mira con los ojos bien abiertos a su "hijo", pronto y como puede toma el cuerpo sin vida y lo sube con mucho esfuerzo al auto, se le ha ocurrido una idea escalofriante y tétrica pero nada pierde con intentarlo. Conduce durante dos horas por unos fríos y oscuros caminos de tierra, allí el ambiente siempre era gélido y hostil aun siendo el medio día, llega a la casa precisa escondida en las montañas, una vieja casa de madera bastante espaciosa, Emilia observa con un leve temblor sobre su quijada evidentemente nerviosa, se encuentra petrificada al ver como atrás de la casa se extendía un gran prado de rosas violetas y algunas se podían ver casi azules, y en medio del jardín se encontraba un árbol gigantesco y de sus ramas colgaban lo que parecían ser manzanas pero entre medio también colgaban ciruelas.

-es un injerto- la voz de una anciana la saco del ostracismo en el que se encontraba profundamente sumergida, la anciana era pálida, de grandes pómulos y ojos negros como la noche misma, estos estaban hundidos haciendo de su aspecto algo difícil de ver sin poner cara de estreñido- sabia que algún día volverías Emilia-.

-necesito de tu ayuda- contesta tratando de ocultar el nerviosismo- serás bien recompensada Brasilia-

-lo sé- contesta echando un leve vistazo al cuerpo dentro del auto- necesitaremos ayuda, probablemente estará tieso ya- Emilia siente un leve revoltijo sobre su estomago.

-se que no podrás, ya sabes, traerlo de vuelta- comienza a llorar- pero necesito por lo menos el consuelo de...- llora con fuerza sin contención, Brasilia hace un ademan con sus manos y un extraño ser encapuchado llega a su lado.

- trae adentro al chico- el "ser" abre la puerta del coche y medio entra, saca al pequeño cuerpo que si, ya estaba algo tieso y totalmente sin color y lo lleva dentro de la casa mientras Brasilia y Emilia van atrás.

-¿sabes lo que es un injerto?-

-años atrás cuando nos vimos por primera vez me lo explicaste pero ya no lo recuerdo bien...- responde débil, la anciana asiente con la cabeza comprensiva.

-un injerto es cuando adjuntas una rama de un árbol quebrado a otro árbol en perfectas condiciones para su supervivencia, obligándolos a vivir como un solo organismo, es lo que yo hago, soy experta- dice con una sonrisa esperanzadora.

-lo tengo claro Brasilia-

-bien, entremos... ¿hace cuanto rato que se fue?-

-fue en la mañana como las nueve y treinta aproximadamente-

-bien entonces estamos a tiempo- dice acercándose al cuerpo inerte del menor- cuanta belleza, su nuevo habitante estará realmente feliz con su apariencia- comenta mas para ella que para el resto, saca algo que para la vista de Emilia seria como tiza y marca el suelo con un extraño símbolo- rápido zozo ponlo aquí, se dirigió al extraño ser- corta una rosas del jardín y ponlas aquí, procura que sean las que están celestes- apuntó los laterales del muerto- y trae cuatro manzanas y dos ciruelas del árbol- ordeno, el ahora nombrado como "zozo" se apresuro para cinco minutos después volver con lo pedido, Brasilia se había puesto una túnica celeste y estaba tocando un instrumento extraño parecida a un arpa- allí, rápido- ordeno a zozo poner las manzanas y ciruelas del árbol injertado en un plato de madera en los pies del difunto- ahora necesitare completo silencio, Emilia miro por última vez al que sabía era el kyungsoo real, sabía que el que despertaría no iba a ser el, las lagrimas se escurrieron por sus mejillas.

-inamitsu enchimalen...- hablo en palabras incomprensibles, Emilia salto sobremanera cuando las frutas que estaban en los pies de kyungsoo ardieron en enormes llamas y se apagaron de repente, de dentro del plato salieron tres luces del porte de una pelota de tenis, estas eran rojizas, y se movían con facilidad por el aire.

-vallan, búsquenlo, mehiel, a mehiel, tráiganlo...- ordeno la gran bruja Brasilia y estas luces salieron por las ventanas con prisa, alrededor de media hora después llegaron de vuelta con una gran luz adicional.

-vamos mehiel, se que quieres experimentar esto, ahora encontraste un receptor...- la gran luz que había llegado revoloteo un poco para luego sumergirse en el pecho del joven que había muerto pero luego de aproximadamente diez minutos había vuelto a vivir, el cuerpo pequeño encorvo la espalda y respiro cansino mientras habría los ojos por primera vez en un cuerpo humano, Emilia intento ir donde él pero zozo la detuvo.

-aun no- medio grito la bruja que no había dejado de tocar el extraño instrumento- dime mehiel ¿Cómo te sientes?-

-yo, estoy... bien- la voz le parecía extraña, su tono de voz fue muy bajo, se sentó dentro de este gran dibujo y observo toda la habitación con ojos humanos y rio al ver que todo parecía ser diferente desde esos ojos.

-ella- la gran bruja apuntó a Emilia- será tu madre en este periodo ¿sabes que no será mucho verdad?- ahora la pregunta era para Emilia.

-lo sé Brasilia, sé que es alrededor de un año...- la bruja asintió breve, mientras el joven se paraba del piso trabajosamente mirando a todos lados, vio algo brillante en la pared y se acerco curioso y salto al ver un rostro en la pared.

-eres tu mehiel- dijo Brasilia y el joven se toco la cara sorprendido, su rostro parecía realmente el de un niño- tienes suerte, tu receptor era una persona joven... ¿Cuántos años tiene, el cuerpo, claro?-

-el martes cumplía 20- Emilia se acerco por fin al joven, mirándolo fijamente y sus lagrimas se escurrieron al ver al joven estirarle una gran sonrisa.

-gracias Brasilia- se dio vuelta para mirarla- ¿cuánto te debo? lo que me digas te lo daré-

-no me des nada- Emilia abrió los ojos a tope- solo necesito que lo cuides con tu vida- Emilia torció el rostro- te explicare, el no es cualquier alma, no es un ente benigno como el que injerte a tu esposo hace años cuando este murió, Emilia el ser que ahora habita el cuerpo de tu hijo es un ángel – Emilia trago saliva duro- es un ser de luz supremo, el es un guardián de dios Emilia, es - un- ángel- dijo entrecortado como para que Emilia asimilara bien que no es cualquier cosa.

-¿por qué no metiste un ente benigno?, ¿Por qué tenía que ser un ángel?, ¿necesita un cuidado especial?-

-todavía no lo sé-

-¡¿Qué?!-

-él es el primer ángel que injerto a un cuerpo humano, tendremos que ver su desarrollo-

-pero ¿Por qué un ángel?- la bruja le sonrió al ángel.

-porque cuando vi su rostro sin vida pensé que nadie más que un ángel podría habitar en un cuerpo tan hermoso-

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