Pereza

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[AU: Presente]

Los rayos filtrados por la ventana hicieron que la morena se recolocara en la cama,haciendo que las sábanas se deslizaran por su cuerpo.

Unos fuertes brazos apretaron su cintura, haciendo que abriera los ojos al momento.

Sus mejillas se colorearon

¡Dios! ¿Cómo había podido olvidar su presencia?

Intentó alejarse un poco mientras recordaba la noche anterior, pero le fue imposible, estaba acostada sobre aquel muchacho que no tenía ninguna intención de dejarla ir.

Suspiró y se acurrucó en su pecho con recelo sintiendo su respiración bajo su cuerpo.

Entonces se acordó, ellos habían discutido dos días atrás, Miroku se presentó en su habitación ayer noche, pidiendo disculpas, besando sus labios mientras ella le decía que se fuera, que estaban en la residencia de la universidad, que compartía piso con su amiga Kagome; pero, el ojizarco hizo caso omiso a todo y entro en su habitación mientras se quitaba la ropa.

Esperaba que Kagome no los hubiera oído, porque sino se le caería la cara de vergüenza.

Decidió disfrutar de esa estupenda mañana, acomodada a horcajadas encima de su novio ya tapados con una manta... Sabía que tenía que echarlo de allí lo más pronto posible, cuanto más tarde se hiciera más probabilidades había de que todas las de la facultad se enteraran de quién era su novio.

Pero, ahora le daba un poco igual, sentirse querida por esos brazos que la abrazaban era la mejor sensación del mundo.

Lo que tuviera que pasar, pasaría.

Y con esos pensamientos volvió a dormirse durante un rato, unos gloriosos minutos que echó a perder su compañera de habitación abriendo la puerta e su cuarto.

Los Siete Pecados Capitales (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora