Capítulo 3

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No puedo decir que todo siguió como si nada luego de eso. A pesar de mi inexperiencia, estaba seguro de que Baekhyun tenía los mejores labios del mundo y me estaba volviendo adicto a ellos. Sentir que eso estaba mal, ya fuera porque éramos hombres o porque éramos mejores amigos, solo me incentivaba más. Nuestros encuentros se veían interrumpidos por besos fugaces, pero profundos, que luego fingíamos no habían pasado y continuábamos con lo que veníamos haciendo. De pronto se había vuelto tan necesario para mí que me encontraba en el colegio arrinconándolo en algún lugar poco visible para recibir lo que deseaba.

De a poco se convirtió en algo natural dentro de nuestra rutina. Más de unas cuantas películas habíamos visto sin ver realmente, demasiado ocupados en los labios del otro. Incluso cuando componía, momento sagrado en que no dejaba que nadie interrumpiera, no me molestaba que Baekhyun estuviera allí. Cuando me quedaba estancado en alguna parte de la letra, bastaba con sentarlo en mi regazo y besarlo para sentir que la inspiración volvía a mí. Y su carita de felicidad y vergüenza al mismo tiempo eran la cereza del postre.

No pasó mucho hasta que pasamos al siguiente nivel: caricias. Entre jugueteos y cosquillas, Baekhyun terminó una tarde arriba mío en la cama. Se sonrojó tímidamente y pensé que iba a intentar alejarse, aunque no estaba en mis planes permitírselo. Sin embargo me sorprendió cuando decidió besarme pausadamente, probando cada espacio de mi boca, dando pequeñas mordidas a mi labio inferior como si le fuera irresistible.

Abracé su cintura apegándolo más a mi cuerpo y correspondí sus besos con hambre y un dejo de seducción que no sabía que tenía. Su cuerpo delgado entraba perfectamente entre mis brazos y nuestros labios parecían pertenecer a los del otro. Giré hacia un lado para que quedara recostado debajo de mí y levanté un poco su camisa para poder tocar su piel. Tan suave y caliente. Estiró su cuello echando la cabeza hacia atrás y entendí lo que quería. Descendí lentamente desde la mandíbula con besos húmedos, hasta las clavículas. Observé sus reacciones en el trayecto. Se relamía con nerviosismo y se estremecía debajo de mí. Tenía ganas de mordisquearlo porque se veía tan apetecible... De seguro era delicioso, como sus labios. Me alejé un instante para verlo a los ojos.

- Baek...

Me congelé cuando sentí que levantaba su cadera y se frotaba conmigo. Notó mi reacción y se detuvo.

- L-lo siento – dijo y quitó las manos de mis hombros.

Me senté en la cama. Sabía que había decepción en su cara así que no me atreví a mirarlo. Mi cuerpo me pedía a gritos que le siguiera el juego, pero no podía. Todavía no podía admitir que me gustaba hacer esas cosas con un chico, que no era otro que mi mejor amigo. Menos podría aceptar haberlo hecho con él, sabiendo sus sentimientos y temiendo la gran posibilidad de lastimarlo.

Baekhyun se sentó y acomodó su ropa. Colocó una mano en mi nuca y la acarició. Lo miré y me regaló una de sus hermosas sonrisas, pero se veía un poco más apagada.

- Está bien, Chan. No tenemos que hacerlo si no quieres.

Asentí y dejé que siguiera acariciándome.




En un almuerzo me encontraba anonadado observándolo mientras comía su ramen instantáneo, e ignoré por completo el camino que había tomado la conversación.

- ¿Y tú, Chanyeol? – escuché de repente que Kyungsoo me nombraba.

- ¿Mh?

Frunció el ceño, y vi cómo Baekhyun se tapaba la boca detrás de los demás para que no se escuchara su risa.

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