El 30 de Junio de 1971, se inició uno de los más grandes hechos extraordinarios de los años 70. Al emplear su aterrizaje aútomatico la nave espacial soviética "Soyus XI" después de 24 días viajando por el espacio, y de haber pérdido el contácto con sus tripulantes: Dobrovoisky, Vlokov y Patsayev, era de esperar que en la base se sintieran satisfechos con los resultados de regreso, aparentemente, exitosos, sin embargo, no fue hasta que los técnicos abrieran la puerta de la astronave para ver que los astronautas estaban sonriendo, pero, ningúno se movió ni para saludar. Todos estaban muertos.
Las personas que se encontraban en ese entonces, fueron téstigos de aquella escena tan pertúrbadora como lo eran los cadáveres sonrientes.
Fue ahí cuando se comenzarón a formúlar varias hipótesis del por qué los tres hombres estaban muertos pero sin ninguna deformación o rasgo de haber pasado miedo en el aterrizaje.
Primero se le echo la culpa a la descompresión, pero la autopsia no revelo hemorragias internas. Otros sugirieron una trombosis o el pánico que condujo a un paro cardiaco, al pensar los astronautas que se estrellaban sin remedio, pero la sonrisa de sus rostros era un enigma.
último diálogo entre los cosmonautas y la Tierra da motivos para pensar en otra posible hipótesis.
"Aquí Yantar - dijo Dobrovolski - todo va perfectamente a bordo. Estamos en plena forma. Preparados para el aterrizaje. Ya veo la estación. Brilla el sol."
"Hasta ahora Yantar - respondió el control en la Tierra - Pronto nos veremos en la Patria. "Inicio maniobra de orientación".
Según todas las apariencias, estas fueron las últimas palabras registradas. Si hubo algo más, las autoridades soviéticas no quisieron revelarlo. No obstante subsiste un misterio, aún cuando un fallo técnico determinara una descompresión de la cápsula. El examen de la cabina demostró "que no presentaba ningún defecto de estructura", y que solo la pérdida de una juntura del sistema de cierre hermético pudo provocar la catástrofe. Un fallo como éste condenaba a los cosmonautas sin posibilidad de escape.
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