Untitled part

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  Nos volvimos hablar, como si nada, como si todo fuera perfecto y ya nada doliera, así parecía todo pero lo único que provocó fue avivar ese pequeño fuego que parecía estar apunto de extinguirse, se sintió una pequeña presión en el pecho y un hueco en el estómago, el tragar saliva de los nervios como el meditar cada palabra antes de escribir para evitar un choque inoportuno. Ya a los ojos les era imposible mentir, salían lentamente las lágrimas tras cada texto enviado, maldecía y agradecía que todo fuera solo por textos, que gracias a ellos me era fácil ocultar las verdaderas emociones.
Tras el último mensaje me acosté aferrándome a aquel peluche que estaba al fondo, si justo ese que me entregó, mire al techo y suspire, sólo a mí se me ocurriría aún sentir algo después de todo.  

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