LLUVIA

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Las gotas de lluvia caían suaves contra el asfalto, provocando pequeñas ondas en el agua que se acumulaba a ambos lados de la calle. Un joven de cabello negro se encontraba de camino a su casa observando con atención cada detalle de aquella magnifica escena.

Shigeo nunca fue un chico de muchas palabras, por lo que se divertía observando cada cosa a su alrededor. A veces era la lluvia deslizandose por el parabrisas de los automóviles estacionados, una hilera de hormigas recolectoras o algo tan sensillo como un grupo de aves en el parque. Para él, todo era un espectáculo digno de ser admirado.

Caminó a paso lento dejando que su ropa se empapara, podía usar sus poderes para repeler la lluvia; pero la sensación del agua fría mojando su cabello le agradaba bastante, así que solo se limitó a seguir su camino deteniendose a veces para mirar al cielo que parecía despejarse.

A los pocos metros sintió una mano en su espalda y de repente las gotas de lluvia cesaron. Se quedo estático un segundo hasta que sintió la voz de alguien familiar a sus espaldas.

-Oye Mob, ¿que haces?¿A caso quieres enfermarte?

El azabache se giró para quedar de frente a su maestro que lo miraba preocupado esperando una respuesta. Fue entonces que se percato que Reigen lo había cubierto con su paraguas y ahora era él quien se estaba mojando con la lluvia.

-¿M-maestro que hace aquí?

-Solo salí a hacer unas compras y tú, ¿que haces caminando bajo la lluvia?

-y-yo solo voy de camino a casa-

- si te enfermas no podras ir a la oficina y eso seria un problema- dijo Reigen extendiendo la mano con la que sostenia su paraguas.

-Pero... maestro, si usted se enferma tampoco podrá trabajar. Además mí ropa ya esta mojada.

Después de meditarlo por un segundo el mayor paso su brazo por la espalda de su alumno atrayendolo hasta que ambos quedaron debajo del paraguas y a escasos centimetros el uno del otro.

-bien, vamos.

Mob no necesito más palabras para saber cual era la intención de su maestro, por lo que comenzó a caminar rumbo a su hogar.

La lluvia fue disminuyendo hasta que solo quedaron rastros de ella y el sol no tardó en bañar la ciudad con su calida luz llenando el cielo de hermosos todos anaranjados.

-Oye Mob, mirá- el joven esper levantó la vista y aunque su expresión no cambio en absoluto; Reigen podía notar un brillo especial en aquellos ojos negros.

Había algo que Mob desconocía, y es que su maestro al igual que él, era buen observador y lo conocía a la perfección.

Reigen no pudo evitar sonreir, adoraba las expresiones que ponía Mob. Aunque fueran casi imperceptible para cualquier persona, para él no lo eran.

Aquel joven que alguna vez había llegado a su oficina pidiendo ayuda, se había convertido en algo importante en su vida y quería atesorar cada momento juntos.

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Gracias por leer ❤

Cualquier crítica constructiva es bien recibida.

Espero mejorar con el tiempo!

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