Origen rotundo

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- Entonces, ¿hacia donde debo dirigirme para entregar esta carta? Su majestad - Pregunta Marlen mientras se arrodilla luego de haberse guardado la carta en su bolso. - Humilde joven proveniente de Medina del Campo, tu sagrado destino esta en en el Vaticano, esta carta esta dirigida a el Papa Francesco. El futuro de Castilla esta escrito en aquella carta que has guardado en tu bolso, por ahora no podemos proporcionarte apoyo en tu travesía hacia aquel lugar sagrado, cuídala como a tu corazón. Aquel documento posee información a la cual le debes tener dichosa precaución, puedo imaginar que conoces las reglas mas importantes de los carteros. Pero no puedo evitar mencionártelo... ¡No la abras! debe estar segura todo el camino, ahora no puedo hacer mas nada que desearte suerte en tu viaje ¡Dios bendiga tu camino! - Recita la reina Isabel la cual con cuello sudoroso se limpia blandiendo su mano para despedir a Marlen el cual salia del castillo.

Desde aquel momento Marlen sufrió  la preocupación incrustada profundamente en su caja torácica. No le quedo ninguna de otra que comenzar su camino, saliendo de los terrenos supremos y valiosos de la realeza, observo con mucha temple las edificaciones en los cuales se usaban valiosos recursos para su construcción, ademas vio cosechas inmensas en las que se veían invertidas grandes cantidades de dinero.

El sueño de Marlen era el de ser un pintor exitoso y reconocido por varias provincias, sencillamente como lo hubiera querido cualquier otro, pero el tenia un logro mas allá, era algo inimaginable por cualquier persona de su pueblo natal. Marlen quería dejar una huella, no solo en su historia. Si no en la historia de su época, el pensaba así, gracias a las inspiraciones que tenia de parte de su papa cuando el era joven, que lastimosamente ya no se encontraba vivo. En si, le dejo un legado a Marlen. No solo quería hacer arte, también quería hacer historia, era muy humilde y tenia la habilidad totalmente para hacer representaciones hermosas, pero esto ultimo a veces le deslumbraba un ego sospechable por cualquiera.

En su camino, había pasado por varios establecimientos; tabernas, kioscos, posadas, y otros. No le urgía la necesidad de comprar pequeños víveres para cubrir alguna necesidad aquel momento, en todos los casos no tenia mucho dinero. Debía ahorrarlo en todo el camino. No necesitaba cubrir el transporte gracias a una carta de viaje libre que le proporciono la realeza y firmada por la propia reina, así fuera mucho mas fácil el paso, por ser un documento de tal importancia. 

Marlen siempre fue de la clase baja, su talento para el arte se le dificultaba debido a ello, empezó dibujando desde niño y llegaba a hacer obras alucinantes, claro. No siempre podía hacer pinturas por el escaso dinero para la compra de materiales. A la edad de 15 años se volvió cartero sobre su propia provincia, se la empezó a conocer como la palma de su mano, y mientras mas crecía, mas cargo empezaba a apoderar. Hasta llegar a donde esta. El, un tiempo no muy lejano al de ahora. Pensó en hacerle una obra a la reina de Castilla para cobrar fama y poder conseguir con el cual valerse por medio del arte, ya que  no era algo rentable. Con este viaje conseguiría el suficiente dinero para la compra de materiales y concederle esta nueva pintura a la reina, ya el consideraba que podía hacer una obra decente para entregársela y de mejor manera ya habiendo tenido comunicación con ella.

Habiendo salido del reino de León. Se asentó en una de las posadas de aquel pueblo en el que se quedo, pago una baja cantidad para una cama para pasar la noche, este antes de subir al piso en el que se quedaría aquella noche, sale a el patio de la posada y se sienta en el banco a pensar en el viaje largo que hará, el mas largo que ha hecho en su vida hasta ahora, observa que este lugar detrás de la posada es muy espacioso, hay varias mesas y taburetes y un pequeño tabernero que estaba cerrado por el día y no había nadie, luego ve las estrellas y se dice así mismo. - Debo planear el camino que usare para llegar, como debo rendir el dinero y el no perderme en este trayecto tan largo, debo empezar a socializar y conocer. Debo disfrutar también este viaje. - Piensa mientras queda con la mirada perdida en la inmensidad del cielo oscuro. Escucha que el dueño de la posada sale de la puerta con la que se accede al patio y grita a los pocos visitantes que ahí se encontraban. - Sera mejor que vayan yendo a sus habitaciones que estas son horas de cerrar la posada.- Aparte de Marlen los demás alojados se levantan de los taburetes en los que estaban sentados y salen del patio, Marlen va a su habitación pero algunos quedan en la sala principal. 

Cansado, Marlen antes de dormir. Saca una libreta de su bolso de viaje y empieza a dibujar la posada, a lo cual tarda media hora. El dibujo queda bien acabado con algunos errores del cansancio, en el, firma y escribe el nombre de la posada "Parada del caminante". Marlen no iba a olvidar aquella noche, fue una de las mejores camas en las cuales habría podido descansar, o eso le parecía por el agotamiento.

En la mañana siguiente, Marlen camina alrededor de la plaza del pueblo en el que se encontraba, una piscina de aves al centro de esta plaza, con unas bancas a sus lados,  estaba despedazada por un lado y no poseía agua, pero al centro tenia una hermosa estatua de ángel. Se pensaba a si mismo en comprar un par de frutas para mantenerse activo en todo el día en uno de los mercados que rodeaban esta hermosa plaza de todo grisáceo. Las compra en el kiosco. Su objetivo era estar fuera de la corona de Castilla para ese día (cosa que no podía hacer pero no sabia. Nunca había salido del reino) Ya tenia lo suficiente y tenia los mejores ánimos y estaba lleno de energías. 

Disponiéndose a partir camina despacio para salir de la plaza en el camino de piedras talladas, en sentido contrario a el, corre un viejo de barba descuidada y ojos de mirada perdida con una bata sucia, corrió con la mirada fija en el ángel y con los pies torcidos. Antes de seguir, Marlen de la curiosidad voltea y espera a ver hacia donde se dirige el viejo. Este llega a la piscina vacia, escala la estatua y varios individuos que se encontraban en la plaza se le quedan mirando, este empieza a gritar. - ¡Bien aventurados los que creen en la palabra de Dios, porque aquellos que su fe arde como hoguera al fondo de su alma, no sufrirán la perdición de aquella terrible cosa, que como dicen las malas lenguas; Tortura aquel que no crea en el evangelio de la mas antiguas de las iglesias y termina en manos del ángel caído originario al principio de todos los tiempos! ¡Tengo información concreta de los sucesos, y se como evitarlo! ¡Debemos amar la iglesia! ¡Cuídense! ¡ESCÚCHENME! - Seguía gritando preocupado y despavorido.

Marlen voltea la cara y así mismo se dijo. - ¡Jaja! ¿Cuando faltara un supersticioso en alguna aldea? Estos trucos sucios para ser creyente, nunca pensé que caerían tan bajo y se aprovecharían hasta de los menos afortunados en conocimiento - Mientras siguió caminando para salir de la plaza, esta vez mas rápido con la decepción de quien seguía gritando falsas alarmas para el.


Tengo miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora