» E p í l o g o

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Riley caminó durante mucho tiempo, sin rumbo, sólo quería alejarse de todos y estar sola. Se sentó en el pasto de un parque, no sabía qué parque era, no sabía dónde estaba, y eso le gustaba.

Era ella, Riley Matthews, sentada en el pasto en un parque desconocido en una calle desconocida contemplando el ocaso.

"Es tiempo." Dijo Riley en un suspiro. Riley sabía de qué era tiempo y estaba segura de lo que iba a hacer. La castaña sacó un frasco de píldoras de algún lugar, ni siquiera se molestó en saber para qué eran, y una botella de agua.
Contó hasta 3, luego hasta 3 otra vez, no contó hasta 6, contó dos veces hasta 3, porque fue el 3 de marzo el día en que su vida se arruinó. Tomó una pastilla, contó de nuevo dos veces hasta 3 y tomó otra pastilla, hizo esto hasta que se encontró con un frasco vacío.

Un rato después, sin saber en dónde estaba, sin saber cuánto tiempo pasó, Riley se sentía mareada y tenía ganas de vomitar pero se contuvo pues si vomitaba su plan no saldría como lo planeó, se recostó en el pasto de nuevo pensando en Maya, en sus ojos azules, en su pelo rubio, en sus labios, en los labios que esa chica tuvo el privilegio de probar mientras a Riley se le rompía el corazón, recordó su voz y las veces que le dijo "te amo".

Riley comenzó a alucinar sobre la voz de Maya y la imaginó ahí, en el parque. "¡RILEY!, ¡¿DÓNDE TE ENCUENTRAS?!" Gritaba la chica preocupada en la imaginación de Riley, pero lo que Riley descubrió, más tarde que temprano, era que no estaba alucinando, no estaba imaginando, era Maya, Maya la estaba buscando en ese parque, que era el parque que quedaba a una calle de su casa, el parque al que alguna vez fueron y Maya le dijo "te amo".

Cuando Maya vio a Riley tirada en el pasto corrió hacia ella y la sostuvo en sus brazos. "Riley, siempre te amé, siempre me gustaste, no quise decírtelo porque creí que estabas confundida, no creí que llegases a este punto. Yo no te conté que me gustaban las mujeres antes y que tú dijeses que yo te gustaba para mí era algo loco. No pensé que alguien como tú se pudiera sentir atraída por una mujer, creí que debías pensarlo muy bien, no sabía que ya lo habías pensado muy bien durante estos años. Riley, te amo, quiero estar contigo. Por favor, no me dejes, me siento incompleta sin ti. Yo no puedo vivir sin ti, Riley Matthews, por favor, quédate conmigoDijo la rubia con la voz quebradiza hasta que lloró.
Los ojos de Riley se cerraron lentamente justo después de sonreír por última vez.

Maya gritaba y se culpaba por no aprovechar lo que Riley tenía para darle, Maya amaba a Riley, pero la hizo creer que no la quería porque creyó que era la castaña quien se confundía, pero no lo era, era ella. 

Maya Hart fue la que tuvo que ver morir al amor de su vida en sus brazos para darse cuenta que era el amor de su vida.

Her; rilayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora