NORAH
Al cerrar la maleta, miré la habitación y suspiré; esta había sido mi habitación por 17 años y ahora pasará a ser habitación de alguien más; ni siquiera me di cuenta de que empezaba a llorar, hasta que mi hermana mayor entró en la habitación:
-No te puedo decir que todo estará bien, porque no sé si lo estará –me miró con los ojos llenos de lágrimas- Pero prometo que te cuidaré como siempre lo he hecho – sonrió y dicho esto, me abrazó y empezamos a llorar juntas; llorando la pérdida que ahora nos había unido del todo.
-Si no quieres ir lo entenderemos.- dijo Ryan, mi cuñado; mientras trataba de aparentar verse fuerte, como todos.
-Quiero ir.- dije con una voz que nunca había escuchado, era una voz apagada y débil, y jodidamente triste.
-Está bien.- suspiró y puso en marcha el automóvil.
Solo trataba de no llorar mientras veía la carretera, incluso sentía que esto era como una mala película; pero no lo era, era la estúpida y fría realidad, una realidad que pensé que no llegaría; no, ahora.
Al ver los ataúdes descender solo pensaba en que mis padres saldrían de algún arbusto y gritarían: "¡Cayeron!"; pero eso nunca sucedió, solo pude ver como echaban tierra encima de estos y a una señora acercarse lentamente hacia nosotros.
-Buenos días.- se dirigió a mi hermana mayor-. Mis más sinceras condolencias.- nos miró a todos-. Soy la Srta. Banes y soy asistente social del seguro, necesito hablar con los apoderados de los niños.
-Somos nosotros.- intervino Kate.
-Bueno, solo quería hacerles recordar que tienen que firmar unos asuntos mañana por la tarde y, que se les ha asignado un psicólogo a cada uno de sus hermanos.- nos miró nuevamente y continuó.- En serio lamento mucho su pérdida.- concluyó y dio la vuelta, saliendo del cementerio.
-Bueno Norah, sé que esto es duro y tal vez te duela hablar acerca de esto, pero puedes confiar en mí, entiendo lo duro que debe de ser y....- empezó a hablar la psicóloga tratando de que hable con ella, pero no podía, no con ella fingiendo interesarse en mí, no cuando piensa entender mi dolor sin sentirlo.
-Usted no entiende.- miré al suelo, que parecía estar más reluciente que nunca.- Sus padres no murieron en un accidente cuando era joven, de hecho, ni siquiera mueren aún.- dije con la voz llena de dolor y envidia.- Están disfrutando las maravillosas playas de Cancún, gracias al dinero que gana fingiendo ayudar a la gente que "le importa".- hice las comillas en el aire, tomé mi bolso y me retiré de allí, ni siquiera había terminado la sesión; pero la mujer quedó tan atónita que no me detuvo.
Habían pasado 3 semanas desde la muerte de mis padres; dejé mi antiguo hogar para mudarme a uno más grande; antes lo hubiera disfrutado pero, ahora no podía estar ni un minuto en mi habitación sin sentir que no pertenecía. Ya no hablaba con muchos de mis amigos, a pesar de las llamadas y mensajes recibidos; en "casa" las cosas no iban del todo bien, mi hermana trataba de unirnos, pero nadie se reunía en la mesa, no sin que no fuera por obligación.
Al llegar a casa estaba absolutamente en silencio, algo raro considerando que hay niños viviendo aquí; pero común, dada nuestra situación.
Ingresé con desgana y me dirigí directamente a mi habitación, hasta que escuché el llanto de Edward, mi sobrino; al parecer, despertó de su siesta. Lo escuché llorar aun más fuerte, y supuse que Kate no estaba en casa. Bajé las escaleras e ingresé en la habitación, alcé a Edward y lo hamaqué, tratando de que se tranquilizara, le miré los ojos, y sonreí, después de mucho tiempo; sus ojos, eran verdes con manchas grises, tenía los ojos de mi papá y su nombre. Escuché el sonido de la puerta cerrándose y grité:
-¡Edward despertó!-. Escuché el sonido de unas bolsas cayendo en la sala y las pisadas de Kate dirigiéndose hacia la habitación.
-Hola.- dijo acercando los brazos para tomar al bebé en brazos.- ¿Qué tal tu día?
-Pudo haber estado mejor.- suspiré.
-Entiendo.- miró al suelo y luego a mí.- ¿Me harías un gran favor?
-Claro.- sonreí levemente y pregunté.- ¿De qué se trata?
-Necesito tu ayuda con los pequeños, llegarán en unas horas y les prometí un buen aperitivo para el equipo, ¿podrías preparar tus Oreo's Shakes?- sonreí al recordar uno de mis bocadillos favoritos; pero, se me borró la sonrisa al recordar al inventor de estos,..Papá.
-Oye, nena..., yo...- quiso disculparse Kate, pero la detuve.
-No, está bien.- sonreí levemente y me encaminé hacia la cocina.
Mientras sacaba las galletas del empaque, recordé a mi padre enseñándonos la receta.
-¿Entonces las Oreos son las almohadas de las hadas?-. Pregunté curiosa.
-No amor, son las camas de las hadas.- sonrió divertido.
-¡Ay papá! ¡Eso no puede ser!- dijo Kate mientras rodaba los ojos; siempre decía cosas como esas, mi papá decía que a ella la había atacado una maldición llamada "adolescencia", y que sería muy probable que me atacara a mí también.
-Cállate Kate, déjalos vivir.- sonrió mamá, mientras alzaba en un brazo a Sophia y con el otro sacaba más paquetes de galletas.
-Pero si él sigue diciéndole esas cosas, ella nunca madurará.- dijo Kate totalmente furiosa, papá decía que la maldición traía esos cambios de humor consigo.
-Kate Morgan Harries, deja que tu inmaduro padre, haga soñar a tu hermana las veces que aún pueda.- dijo mi madre, mientras la apuntaba con el cucharón lleno de crema y le embarraba la nariz; Sophia rió.
-¡Ay mamá! ¡El maquillaje!- dijo totalmente frustrada, mientras corría a su habitación.
-Creo que alguien necesita un conjuro contra la maldición, ¿ustedes qué dicen?- sonrió papá.
-¡SÍ!- dijimos mamá y yo al unísono; ella alzó la mano de Sophia en señal de afirmación.
Mi padre me alzó y nos dirigimos hacia la habitación de Kate.
-Ojos invertidos, uñas de rata, pelajes de gato.- dije sonriendo.- QUE LA ADOLESCENCIA NO ENTRE A TU CUARTO.- Kate rodó los ojos, sonrió y se tiró al suelo mientras decía:
-EL CONJURO HA FUNCIONADO, DE LA ADOLESCENCIA ME HAS LIBRADO.- dijo sonriendo y me hizo cosquillas.
Mientras yo reía sin parar, Kate sonreía, Sophia aplaudía enérgica y mis padres se abrazaban mientras nos veían divertidos.
Sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla, los extrañaba mucho.
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Together
Teen FictionUn accidente nos quito lo más preciado. Pero también nos unió .. Tal vez no de la mejor forma .. Pero lo hizo . -"¿Juntos? -Por siempre." 26/06/2016