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Desde que tengo uso de razón fantaseo con ser escritora.

Hoy creo que, de una u otra manera, lo soy; aunque no sea reconocida ni publicada, ni tenga una novela terminada. Pero me doy ese “título” porque la escritura ya vino conmigo, nadie me dijo “tomá esta hoja y este lápiz, usalos para escribir”, fue un proceso orgánico.

Cuando todavía no entendía que existen los escritores (ni lo que hacen por el mundo) lo daba por sentado, no entendía qué hacía cada vez que se me ocurrían oraciones o necesitaba salir corriendo para encontrar un cuaderno en donde escribir y meterme en otros mundos. Es lo que soy: alguien que escribe por gusto, dolor y porque es lo que necesita. Junto letras porque prefiero sangrar a través de mis dedos para que el dolor (o alegría, o nostalgia, o lo que sea) pierda poder o se magnifique, dependiendo de la ocasión.

Escribir siempre fue una cuenta pendiente en mi vida. Dejar de huir de mi misma y escribir constantemente. Tengo cuadernos, papeles y cartitas de casi todas las etapas de mi vida. En algunas hojas hay poemas, en otras ideas para novelas, ideas en general, hechos que no entendía, historias ajenas, dolores, cartas de amor, catarsis, alegrías, cuentas, palabras lindas y feas también. Verlas me recuerda que la escritura es mi elemento, es como me conecto conmigo y con el mundo, es como logro entender y recordar ciertas cosas y lo que le da sentido a mi vida.

Soy todo eso que vuelco en el papel porque cada palabra que baja hacia mis dedos es nace de mi. Y no lo quiero dejar ir, quiero preservar este arte para siempre.

Lo que somos puede ir mutando con el pasar de los años y las experiencias pero somos tanto…

Somos lenguaje.

Somos lo que escriben de nosotros.

Somos lo que escribirnos sobre los demás.

Somos las palabras que juntamos y cómo lo hacemos.

Somos nuestras elecciones.

Somos el tono en el que hablamos.

Somos, también, nuestros silencios. Lo que aprendimos a callar y el momento que elegimos para romper el silencio.

Somos lo que dejamos atrás y lo que guardamos.

Somos las huellas que dejamos en otros y las que ellos dejan en nosotros.

Somos ese anhelo utópico que va cambiando de caras.

Somos los puentes que cruzamos (los reales y los emocionales).

Somos lo que recuerdan de nosotros.

Y vos, ¿sos lo que querés ser?

// simplicidad //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora