Capitulo II - Un ángel en mi camino

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Capitulo II

- ¡ Intentas reprimir tus recuerdos! , no creo que no me recuerdes, es mas, desde que nos conocimos no has dejado de pensar en mi ni un solo instante. ¿ no es cierto Ada ? Ah por cierto  te veías muy guapa con ese  brasier,    - respondió Ian.

Al ver el mensaje, la expresión de mi rostro cambio totalmente, me sorprendió mucho que fuese el., aunque  realmente no estaba segura de  quien esperaba que fuese. No se muy bien si tenia rabia por lo que estaba diciendo Ian  o si simplemente era emoción, emoción por el hecho de que me hablara, era una mezcla extraña de sentimientos,  hasta un gran nudo en la garganta se me hizo.
En eso, cuando estaba atrapada en ese conflicto con migo misma, sin sentido alguno , entra mi madre en la habitación. Ella  se veía algo desaliñada y cansada, en sus brazos cargaba un montón de ropa sucia que casi la cubría por completo.
De un momento a otro su mano toca mi espalda y aparece tras de mi como si tratase de espiar mis conversaciones, pronto se acerca un poco mas y en un descuido ya estaba junto a mi rostro, es ahí cuando me susurra en el oído "deja de reirte sola" , no pude evitar soltar una carcajada esta vez consciente de que me reía  sin embargo no pude prestarle mayor atención ya que en ese instante  solo tenia espacio en mi cabeza para  Ian.
¿De verdad este tal Ian era el chico  de esgrima, ese chico de los ojos misteriosos y  extrañamente bellos? ¿me estaba hablando a mi por su cuenta? ¿me encuentra guapa? muchas preguntas venían a mi mente,  sin embargo no pude evitar sentir una gran decepción al ver que no es mas que un idiota arrogante como muchos otros que he conocido en mi vida.
Los minutos pasaban y debía responder algo, aun no sabia muy bien  que decir, mis ideas eran cada  vez  mas confusas, hasta que luego de minutos  por fin decidí decir algo.

- sabes que, tienes razón , no he dejado de pensar en ti, en tu rostro, en tus ojos.- Dije  tras    escribir, borrar y escribir  varias   veces.

-Oh Dios ¿Que acabo de hacer? ¿me habré vuelto loca?  ¡me acabo de declarar!   no era lo que  quería decir, aunque tal vez si...- Pensé en voz alta. 

-   Se que te gusto.- Respondió al instante como si estuviese pendiente solo de mi. 

- Aparte de egocéntrico, no entiendes un sarcasmo. 

- Tranquila era solo una broma, solo quiero conocerte.

-  Ah bueno jajaja.

- Antes, ¿puedo hacerte una pregunta?

- Si, claro bueno depende...

- ¿Por que no dejabas de mirarme ? y ¿por que cuando lanzabas tu pelota morada y  te la entregaba , te sonrojabas, reías y te ponías nerviosa ?

- No me di cuenta que lo había hecho  jejeje 

-  Lo hiciste jajaja.

- pero no te rías de mi, me pongo roja con facilidad.- Dije mas tarde intentando desviar la conversación.

-  Pero pensé que...

-  No no pienses, porque me tengo que ir, debo cenar cuídate adiós.

- Cuídate linda, hablamos. 

Me despedí de el al ver que estaba escribiendo, mi piel se erizo al ver que estaba a punto de  decir algo que yo no podría responder, me pusieron nerviosas las palabras que pudo haber dicho. Sinceramente no quería cerrar la laptop, no quería irme, tampoco quería dejar de hablarle pero el seguía ahí, y si no lo hubiese hecho, esa conversación quizá donde habría  llegado finalmente. Ese "hablamos" que dijo me preocupo en cierta forma, ¿significaba que volveríamos a hablar?. 
Me dirigí a la cocina, por un refresco y luego al comedor como lo hacia todos los días antes de cenar , esta vez mis padres no estaban, la única que estaba en la mesa grande del comedor era Vanesa, mi hermana mayor. Su rostro pálido y con un sutil maquillaje mostraba gran seriedad , lo que me causo en mi un gran miedo, desde pequeña sabía lo que significa esa mirada cada vez que me observaba así era porque había hecho algo malo y de seguro esta vez no sería la excepción. Cuando cruce la puerta una  mirada penetrante  se centro justo en mi.

- Ada, tengo que hablar contigo. 

- Yo no fui, de verdad yo no rompí tu polvera azul.

- ¿Que? no, no es eso, jajaja quiero preguntarte sobre algo.

-  Todos quieren hacerme preguntas hoy. Dime.

- Me contaron que Lucía esta saliendo con un chico 5 años mayor ¿es verdad? 

-  No..  bueno al menos que yo sepa. 

- Es que el, es mi compañero y en mi clase no dejan de hablar de ellos, pero no lo creí.

Mi hermana siempre de alguna forma se enteraba de todo lo que sucedía en la escuela antes que otros, aveces me daba rabie que fuese tan popular, pero esta vez me sorprendí y mucho, no era el hecho de que no supiese el secreto sino que lo supe por otro, mi hermana.  Lucía era como mi  otra hermana,  y a pesar de que era una de mis amigas mas pequeñas me lo contaba todo y yo a ella. Le confiaba la mayor parte de mi vida tal vez no todo, la gente suele guardarse cosas para si, pero lo importante en mi vida si se lo contaba al igual que lo hacía con Ágata.

Por las noches suelo salir a caminar, recorrer las calles, sentir como el viento fresco mueve suavemente mi largo cabello,  ver como se ilumina con el resplandor de la luna, transformando un común castaño en un dorado como el de una princesa. Me gusta respirar el suave olor que expenden las hojas de los arboles cuando oscurece, también poder escuchar el sonido de la naturaleza que día a día se pierde en el sistema  y por sobre todo mirar como brillan las estrellas en el cielo reflejan su fulgor en los ojos de las personas, mostrando sin mascaras su interior. Hoy tenía que pensar un poco sobre todo, así que me puse un sweater y salí. Esta vez me dirigí  directamente a casa de Lucía, quería saber  mas detalles de su nueva relación y por que no había dicho nada, sus razones tendría. Cuando iba de camino un ruido estruendoso me distrajo, al voltear a ver que había ocurrido , mi taco se atoro en una grieta del pavimento por su fineza a pesar de que no eran muy altos , tras luchar unos segundos mi pie salio del zapato, sin embargo una piedra en el camino me hizo tropezar y caí al suelo y en ese instante como un ángel apareció un chico, el tenia una voz dulce y cálida que se me hacia muy conocida.

- ¿Ada? ¿eres tu? 

-  Si .- Dije sin reconocer quien era, el golpe me había dejado muy mareada. 

-  Déjame ayudarte.

Lo primero que vi o mas bien sentí de este chico fueron sus manos grandes y bronceadas, una se deslizo lentamente por mi cintura y la otra la puso en mi hombro, hizo fuerza intentando levantarme, pero fue en vano simplemente no podía sostenerme. El dolor en mi tobillo era irresistible, al parecer me lo había lesionado. El inmediatamente se dio cuenta que tenia un esguince, por lo que me tomo en brazos y me llevo a su casa para vendarme, el lugar donde vivía  estaba a unas dos cuadras de distancia. Al ver ese lugar, lo reconocí inmediatamente, ese chico que me estaba cargando, era quien menos esperaba que fuese y cuando levante mi rostro me di cuenta de que no estaba equivocada. 

continuara 

  

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2014 ⏰

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