Drabble número cero(?:
"Nuevos Amigos"
Descripción:
Un manicomio. Con personas.
Un manicomio. Con locos.
Un manicomio. Lleno de miedo, trauma y psicopatía.
Un manicomio. Al que debo llamar
Hogar...
Estado: Sin TerminarLa chica de baja estatura caminó dubitativa por una larga acera. Tenía cabellos rubios y ojos violeta. En sus manos, cargaba un bloc de notas y estaba perdida en sus pensamientos. Miraba lejos, más no podía dejar de pensar en lo que haría dentro de pocos minutos. Iba a ser enfermera en un manicomio. Extraño, demasiado, pensaba esta muchacha.El nombre de esta joven, era "Chica", algo irónico, ¿no?.Mientras caminaba, tropezó con un pie que le había hecho zancadilla accidentalmente. Cayó de rostro, con su bloc aún en las manos. Intentó levantarse, en vano.
—¡Eh!..—Exclamó una voz con un tono aburrido, y escucho unos pasos alejarse— Mira por dónde caminas..—suspiro esta voz, al alejarse.
Chica finalmente se incorporo, sin mirar atrás, aunque molesta siguió caminando de manera un tanto frustrada
—¡Qué caballero, eh!—pensó—Vaya, es que ahora una se cae y...—sus pensamientos fueron interrumpidos por el silencio que había a su alrededor. Estaba segura de que estaba cerca del lugar que pronto sería su trabajo, porque como le habían dicho: El silencio llega solo donde las personas son silenciadas y muchos (ella incluida) sabían que en ese lugar se ocultaban muchos tipos de personas, uno de los que habían hablado, era un muchacho piromano, obsesionado con el fuego.También le comentaron de que habían largas listas de personas con esquizofrenia, y ella atendería a dos de ellos que eran casi de su edad, pero bastante mal según le habían contado. Nuestra protagonista levanto la mirada al dejar de pensar en sus próximos pacientes, enfocando la mirada en una puerta. En sus tiempos, pudo haber sido una bella entrada, pero como sus pacientes, se había deteriorado con él tiempo. Era grisácea, y tenía dos esculturas de ángel en cada lado. Aunque fueran Ángeles, Chica sintió un escalofrío en su cuello al verlos, quizá porque tenían ojos plateados que parecían entrar en el alma de la rubia e intimidarla sin hablar. Abrió la puerta, que emitió un chirrido ensordecedor que hizo gruñir a la joven. Entro, y miro al hospital psiquiátrico. Era como una gran mansión, si ignorabas las tablas de madera en algunas de las ventanas. Se alcanzaban a ver algunas personas asomadas, aunque daba un poco de miedo, por así decirlo. Chica continuo por la entrada en donde vio un lindo jardín, que brillaba en contra del triste edificio. Habían rosas, violetas, tulipanes....
—Que hermoso....—Suspiró Chica, como colegiala enamorada. Su felicidad duró poco, ya que escucho a una persona acercarse. Era una chica de piel levemente bronceada, cabello celeste y ojos verdes, que utilizaba el uniforme del lugar. Sonrío y le tendió la mano a Chica.
—¡Hola!—dijo esta, con una voz alegre, que parecía fuera de lugar en tal silencio que rodeaba el pequeño jardín—Soy Bonbon, un gusto enorme.
Chica titubeo, pero le tomó la mano, agitándola levemente.
—Mi nombre es Chica, el gusto es mío—esta le soltó la mano, e hizo una elegante reverencia.
—Bueno, como ya sabes, esto es un hospital psiquiátrico, estamos atendiendo a personas...eh...."con unos tornillos fuera", no están del todo mal, pero aún así, no están del todo bien—explicó Bonbon, aún sonriendo—Déjame enseñarte, sígueme—le tomó la mano otra vez, dirigiéndola hacia el edificio. Adentro, le llegó una oleada de frío, ya que el aire estaba justo al frente de ella. El lugar era simple, solo con unas sillas, una mesa y unas revistas viejas. La rubia las observó, tenían fechas como 1987, 2007, 2014...etcétera.Habían escaleras, por las cuales pasaron ambas. La ojiverde había tomado una bandeja de una de las mesas que había alrededor, la cual cargaba un paquete de osos de gomita, un jugo de manzana de tamaño infantil y un pote de pudín.Se dirigieron a la derecha donde había un largo pasillo de color blanco. Las puertas eran de color amarillo, excepto la del fondo, que era de blanco. Bonbon tomó unas llaves de su bolsillo delantero, y miro a Chica, quien se veía interesada.
—Bueno, sabrás que aquí hay pacientes y cada...—saco una hoja de su bolsillo trasero, poniendo la bandeja en una mesa cercana en la que la contraria no había fijado la vista— tres veces al día hay que alimentarlos. Pues, ¡he decidido que seas tú la que alimente a este paciente!—estaba entusiasmada, tal vez porque no había trabajado con alguien joven por un largo tiempo.
—E-Esta bien...–Chica asintió, y observó la puerta donde iría en pocos segundos.—¿Quién es?—añadió con curiosidad.
Bonbon sacó otro papel, guardando el otro, pasándole la llave a Chica.
—Su nombre es Bonnie, es un chico algo agradable, solo que...—se mordió el labio, pensando en que decir—Bueno, es esquizofrénico, y tiene un pequeño parasito llamado Cosa Roja, el cual lo "ayuda a juzgar a las personas malas", según el....Pero, usualmente no es nada malo, no te preocupes. Y si te mira por mucho tiempo, sal de la habitación, no es nada bueno.—Agarro nuevamente la bandeja, pasándosela a Chica; quien volteo de una manera impaciente y abrió la puerta con una mano, balanceando la bandeja con la otra. Un chirrido profundo hizo que una persona se moviera adentro del cuarto. La habitación era blanca y tenía cosas escritas en las paredes, junto a una cama pequeña de color violeta.El tal Bonnie estaba sentado en esta, y Chica lo analizo. Era un muchacho casi de la misma edad de Chica, que la miraba fijamente. Sus ojos eran rojos con ojeras que marcaban noches de desvelo. Su cabello morado le llegaba a los hombros, que estaban bajados de una manera perezosa, como si estuviera cansado de algo. Chica recorrió la habitación con la mirada, y descubrió unos lentes en el suelo. Lo único que quería la joven era que le hablara de una vez.
—No te conozco—murmuró al fin, después de fijar la mirada en la blanca pared.
—Eh..¡Hola! Soy Chica, vengo a dejarte tu...—La rubia fue interrumpida por el de ojos rojos.
—Cosa Roja piensa que debes dejar la comida e irte de una vez, y concuerdo.—suspiro este, de una manera fría. Se levanto, y agarro la bandeja de las manos de Chica, quien se veía confundida— Gracias. Puedes marcharte.—Bonnie abrió el paquete que le entregó y volvió a subir la mirada a ver solo una puerta cerrada.
Chica estaba ligeramente confusa, pero aliviada de que hubiera terminado. Bonbon había observado todo, pero ya había dejado de sonreír.
—Parece que te fue bien, ¿no?—exclamó la peliazul.
—Si...¿Siempre es tan cortante?—pregunto la rubia acomodándose la blusa de rosado pálido.
—Bueno...A veces, depende de con quien este, pues con algunos otros pacientes es bastante amable.—explicó Bonbon, volviendo a tomar a Chica para llevarla a otra puerta. Al dejar atrás a Bonnie, se escucho su voz entablando una conversación con la tal "Cosa Roja".
Chica continuó caminando, agarrada de su compañera hasta llegar a la siguiente puerta que llevaba una de esas cartas que ponen los niños que leen "¡No entren! Peligro aproximado" con una escritura un tanto infantil, junto a un dibujo de lo que parecía ser un humano de piel gris y ojos con la pupila blanca y fondo negro.
—Bueno, este es uno de los que no están tan mal. Escucha, su nombre es...—saco el mismo papel, a lo que Chica observó atentamente.—Freddy, ¿vale? Tiene....—miro al papel—Síndrome de Doble personalidad, es decir; es sí mismo pero no al mismo tiempo—se rió con su propio chiste, pero se puso seria casi enseguida.—Igual, siempre que le ocurre algo mal, dice que fue su parasito mental, que hasta nombre tiene, déjame ver si recuerdo.....—chasqueo sus dedos, y miro a la ventana más cercana— Fred, creo que le decía o algo parecido
Chica ya estaba algo confundida, y espero a que su compañera buscara la bandeja del chico. Mientras llegaba la peliazul, la rubia se acercó a un puerta, que tenía a alguien asomado a la ventana. Era una chica de piel morena, mejillas maquilladas de rojo y unos ojos azules zafiro. Era muy guapa, por así decirlo. Chica observó que en la puerta, había un papel pegado que decía "TODDY" escrito en una caligrafía bastante elegante.
La suspuesta chica se volteó, tomando un espejo que estaba sobre su cama de color rojo vino. Las paredes eran blancas, tal como las de Bonnie, pero estas no estaban rayadas, pero llenas de artísticos dibujos....algo peculiares. Eran tres de la chica, uno era de cómo estaba actualmente detallado hasta el menor detalle. El segundo que estaba arriba de su cama, era de la misma chica acostada con los ojos cerrados en un ataúd. El tercero estaba en la pared derecha, y era un esqueleto con los ojos aún allí y muy abiertos del mismo tono de azul que tenían los luceros de la pelirroja. Era tan real que Chica sintió un leve escalofrío correr de su espalda a su nuca. Toddy se dio la vuelta, con una cara de enojo al darse cuenta de que Chica seguía allí.
—¿Qué quieres?—pregunto al ver que Chica iba a decir algo.
—Solo iba a chequear...—explicó Chica, aún viendo a la muchacha al frente suyo.
—Pues ya lo hiciste. ¿Porque no te das la vuelta y te vas a algún lado? A ver si te pierdes y me dejas en paz.—le dijo y volvió a mirarse en el espejo.
Un ruido de pisadas las hizo mirar al pasillo. Bonbon llevaba la bandeja de Freddy, el muchacho que habían mencionado antes. Chica se volvió hacia la peliazul olvidándose de la pelirroja.Gracias por leer, por ahora, no está terminado. Si les gusto, pueden comentar a quien quieren que atienda Chica después :v
