Cap 1

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Narra Sam:

Son las siete de las mañana, el cielo está claro casi por completo, he estado conduciendo por cuatro hora seguidas. No he pegado los ojos aunque estoy exhausta, física y mentalmente, pero no me quiero detener todavía, quiero estar lo más lejos posible de Los Ángeles. No me he permitido llorar, se me han escapado algunas lagrimas inevitablemente, pero no me he podido desahogar, tengo un nudo en el estomago desde que vi a...Ethan con Daniela. trato de no pensar en ello, pero se me hace difícil, el mismo maldito momento se reproduce sin parar en mi mente. Pueden pensar que esto es una exageración, un berrinche, un acto de cobardía al huir de los problemas, no sé, como le quieran llamar, pero no estoy dispuesta a pasar otra vez por algo así. El estúpido de mi ex novio juro que me quería, que jamás me dañaría, pero lo hizo, no solo me engaño, sino que acabó con una parte de mí, como la confianza a los demás, mi auto valoración y auto estima. Lo que sucedió en Seattle con el al fin y al cabo me ayudó, me hizo más fuerte de lo que ya era y tenía salvaguardas emocionales, no se en que pensaba al creer que con Ethan sería distinto; ambos me usaron, me engañaron, quebraron mi confianza en otros y a la vez mi corazón. Cuando pasó lo qué pasó en Seattle no me alejé, y fue lo peor (no solo por la venganza que tuvimos en su contra, eso fue hermoso) sino que el tener que seguir viendo su falsa cara me hizo mucho daño, acabó conmigo, me llene de inseguridades... fue horrible, y no estoy dispuesta a pasar por eso de nuevo, así que como ven me largo por un tiempo y volveré al inicio de clases.

A lo lejos veo un letrero diciendo que estoy entrando en un pequeño pueblo donde a los pocos metros hay una gasolinera. me detengo en ella para echar combustible, con todo el viaje ya estoy con las ultimas gotas en el tanque.

 
Con el estanque ya lleno estaciono el vehículo afuera de una tienda que está en el mismo lugar. Necesito pasar a un baño y comprar comida. No he comido nada hace horas, creo que mi última comida fueron unos pequeños bocadillos que habían en la fiesta. Ingresó al baño, me apoyó con las dos manos en el lavamanos, miro mi rostro en el espejo. 

Hay un poco de maquillaje corrido por las lágrimas, la nariz y mejillas coloradas y el resto de mi piel blanca como la leche...estoy hecha un asco. Tomo una toalla para secar manos y la humedezco. Doy miedo, parezco un espectro, debe ser por eso que al pasar me quedaban viendo extraño. Me empiezo a sacar todo el maquillaje corrido con mucho cuidado, siento la piel de mis mejillas muy delicadas. 

Ya lista salgo del baño y entro a la tienda casi vacía. 

Recorro los corredores en busca de algo rápido para comer, como unas galletas o algún panecillo. Las personas a mi alrededor me quedan viendo preocupados, parece que ni lavando la cara de muerta que traigo paso desapercibida.  

Saco unos paquetes de galletas y unas botellas de agua. 

Me formo en la fila para pagar. a mi derecha hay una especie de mural informativo, "arreglo de calzados","lavado de autos", "cuido niños", etc, etc. Pero en la parte más escondida del mural hay un afiche que llama mi atención. es un afiche de una hospedería, que esta a quince minutos de aquí cerca de la costa.

-Hola-Me saluda la cajera, que es una señora como de unos cincuenta años de cabello corto y rizado.

-Hola

-¿Solo llevaras esto?-Me pregunta con tono amable. afirmo con una pequeña y forzada sonrisa.

-¿Usted sabe como es esa hospedería?- señalo el colorido afiche.

-Si, es buena, claro si te gusta dormir en un lugar pequeño y muy antihigiénico-hace una mueca con lo ultimo- pero- se acerca a mi- te recomiendo estas- me pasa otro afiche- me los vinieron a dejar hace unos pocos días pero he escuchado maravillas de esta lugar, te lo recomiendo, así no te darán anta o te pegarás un. Iris en la otra pocilga-rie con lo ultimo- debo recordar sacar ese afiche.

Enséñame a vivir sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora